Todo el
mundo tiene un propósito en la vida... un don único o talento especial para
ofrecer a los demás. Y cuando combinamos ese talento único con el servicio a
los demás, experimentamos el éxtasis y el júbilo de nuestro propio espíritu,
que es la meta última de todas las metas.
Cuando
trabajas, eres como una flauta a través de cuyo corazón el susurro de las horas
se convierte en música... ¿Y qué es trabajar con amor? Es tejer una tela con
hilos sacados de tu corazón, como si tu amado fuese a vestirse con esa tela...
- KHALIL
GIBRAN, El profeta
La
séptima ley espiritual del éxito es la ley del dharma.
"Dharma"
es un vocablo sánscrito que significa "propósito en la vida". Esta
ley dice que nos hemos manifestado en forma física para cumplir un propósito.
El campo de la potencialidad pura es la divinidad en su esencia, y la divinidad
adopta la forma humana para cumplir un propósito.
De
acuerdo con esta ley, cada uno de nosotros tiene un talento único y una manera
única de expresarlo. Hay una cosa que cada individuo puede hacer mejor que
cualquier otro en todo el mundo - y por cada talento único y por cada expresión
única de dicho talento, también existen unas necesidades únicas. Cuando estas
necesidades se unen con la expresión creativa de nuestro talento se produce la
chispa que crea la abundancia. El expresar nuestros talentos para satisfacer
necesidades, crea riqueza y abundancia sin límites.
Si
pudiéramos enseñarles a los niños desde el principio esta manera de pensar, veríamos
el efecto que esto tendría en su vida. En realidad, yo lo hice con mis hijos.
Les dije una y otra vez que había una razón para que ellos estuvieran aquí, y
que ellos debían descubrir esa razón por sí mismos. Eso fue algo que oyeron
desde los cuatro años. También les enseñé a meditar cuando tenían
aproximadamente esa edad, y les dije: "No quiero que se preocupen, nunca,
por ganarse la vida. Si cuando sean mayores no pueden ganarse la vida, yo les
daré lo necesario, de manera que no se preocupen por eso. No quiero que se
concentren en ser los mejores de la escuela, en obtener las mejores notas o en
ir a la mejor universidad. En lo que realmente quiero que se concentren es en
preguntarse a sí mismos cómo pueden servir a la humanidad y cuáles son sus talentos
únicos. Porque cada uno de ustedes tiene un talento único que nadie más tiene,
y una manera especial de expresarlo, que tampoco tiene nadie más". Mis
hijos acabaron estudiando en las mejores escuelas, obteniendo las mejores notas
e incluso en la universidad son los únicos que son económicamente
autosuficientes, porque ellos tienen su atención puesta en el propósito por el
cual están aquí. Ésta, entonces, es la ley del dharma.
La ley
del dharma tiene tres componentes. El primero dice que cada uno de nosotros
está aquí para descubrir su verdadero yo, para descubrir por su cuenta que el
verdadero yo es espiritual y que somos en esencia seres espirituales que han
adoptado una forma física para manifestarse. No somos seres humanos que tienen
experiencias espirituales ocasionales, sino todo lo contrario: somos seres
espirituales que tienen experiencias humanas ocasionales.
Cada uno
de nosotros está aquí para descubrir su yo superior o su yo espiritual. Esa es
la primera forma de cumplir la ley del dharma. Debemos descubrir por nuestra
cuenta que dentro de nosotros hay un dios en embrión que desea nacer para que
podamos expresar nuestra divinidad.
El
segundo componente de la ley del dharma es la expresión de nuestro talento
único. La ley del dharma dice que todo ser humano tiene un talento único. Cada
uno de nosotros tiene un talento tan único en su expresión que no existe otro
ser sobre el planeta que tenga ese talento o que lo exprese de esa manera. Eso
quiere decir que hay una cosa que podemos hacer, y una manera de hacerlo, que
es mejor que la de cualquier otra persona, en este planeta. Cuando estamos
desarrollando esa actividad, perdemos la noción del tiempo. La expresión de ese
talento único - o más de uno, en muchos casos - nos introduce en un estado de conciencia
atemporal.
El tercer
componente de la ley del dharma es el servicio a la humanidad - servir a los
demás seres humanos y preguntarse: "¿Cómo puedo ayudar? ¿Cómo puedo ayudar
a todas las personas con quienes tengo contacto?" Cuando combinamos la capacidad
de expresar nuestro talento único con el servicio a la humanidad, usamos
plenamente la ley del dharma. Y cuando unimos esto al conocimiento de nuestra
propia espiritualidad, el campo de la potencialidad pura, es imposible que no
tengamos acceso a la abundancia ilimitada, porque ésa es la verdadera manera de
lograr la abundancia.
Y no se
trata de una abundancia transitoria; ésta es permanente en virtud de nuestro
talento único, de nuestra manera de expresarlo y de nuestro servicio y
dedicación a los demás seres humanos, que descubrimos preguntando: "¿Cómo
puedo ayudar?", en lugar de: "¿Qué gano yo con eso?"
La
pregunta "¿Qué gano yo con eso?" es el diálogo interno del ego. La
pregunta "¿Cómo puedo ayudar?" es el diálogo interno del espíritu. El
espíritu es ese campo de la conciencia en donde experimentamos nuestra
universalidad. Con sólo cambiar el diálogo interno y no preguntar "¿Qué
gano yo con eso?" sino "¿Cómo puedo ayudar?", automáticamente
vamos más allá del ego para entrar en el campo del espíritu. Y aunque la
meditación es la manera más fácil de entrar en el campo del espíritu, el simple
hecho de cambiar nuestro diálogo interno de esta manera también nos brinda
acceso al espíritu, ese campo de la conciencia donde experimentamos nuestra
universalidad.
Si
deseamos utilizar al máximo la ley del dharma, es necesario que nos
comprometamos a hacer varias cosas:
Primer
compromiso: Por medio de la práctica espiritual buscaremos nuestro yo superior,
el cual está más allá de nuestro ego.
Segundo
compromiso: Descubriremos nuestros talentos únicos, y después de descubrirlos
disfrutaremos de la vida, porque el proceso del gozo tiene lugar cuando
entramos en la conciencia atemporal. En ese momento, estaremos en un estado de
dicha absoluta.
Tercer
compromiso: Nos preguntaremos cuál es la mejor manera en que podemos servir a
la humanidad. Responderemos esa pregunta, y luego pondremos la respuesta en
práctica. Utilizaremos nuestros talentos únicos para atender a las necesidades
de nuestros congéneres los seres humanos; combinaremos esas necesidades con
nuestro deseo de ayudar y servir a los demás.
Hagamos
una lista de nuestras respuestas a estas dos preguntas: ¿Qué haría yo si no
tuviera que preocuparme por el dinero y si a la vez dispusiera de todo el
tiempo y el dinero del mundo? Si de todas maneras quisiéramos seguir haciendo
lo que hacemos ahora, es porque estamos en dharma, porque sentimos pasión por
lo que hacemos, porque estamos expresando nuestros talentos únicos. La segunda
pregunta es: "¿Cuál es la mejor manera en que puedo servir a la
humanidad?" Respondamos esa pregunta y pongamos la respuesta en práctica.
Descubramos
nuestra divinidad, encontremos nuestro talento único y sirvamos a la humanidad
con él; de esa manera podremos generar toda la riqueza que deseamos. Cuando
nuestras expresiones creativas concuerden con las necesidades del prójimo, la
riqueza pasará espontáneamente de lo inmanifiesto a lo manifiesto, del reino
del espíritu al mundo de la forma. Comenzaremos a experimentar la vida como una
expresión milagrosa de la divinidad - no ocasionalmente, sino a toda hora. Y
conoceremos la alegría verdadera y el significado real del éxito - el éxtasis y
el júbilo de nuestro propio espíritu.
CÓMO
APLICAR LA LEY DEL "DHARMA" O PROPÓSITO EN LA VIDA
Pondré a
funcionar la ley del dharma comprometiéndome a hacer lo siguiente:
1) Hoy
cultivaré con amor al dios en embrión que reside en el fondo de mi alma.
Prestaré atención al espíritu interior que anima tanto a mi cuerpo como a mi
mente. Despertaré a esa quietud profunda del interior de mi corazón. Mantendré
la conciencia del ser atemporal y eterno, en medio de la experiencia limitada
por el tiempo.
2) Haré
una lista de mis talentos únicos. Después haré una lista de las cosas que me
encanta hacer cuando estoy expresando mis talentos únicos. Cuando expreso mis
talentos únicos y los utilizo en servicio de la humanidad, pierdo la noción del
tiempo y produzco abundancia tanto en mi vida como en la vida de los demás.
3) Todos
los días me preguntaré: "¿Cómo puedo servir?" y "¿Cómo puedo
ayudar?" Las respuestas a estas preguntas me permitirán ayudar y servir
con amor a los demás seres humanos.
Fuente:
Camino a la Conciencia
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