El río de la
evolución con todos sus afluentes y el mar de la unidad al que se dirige
tendrían una sola esencia: la conciencia. Esa esencia sería el componente de
los quarks y las galaxias ; la conciencia daría al vacío su plenitud de posibilidades y haría de cada
punto del espacio el sitio de cruce de
múltiples hilos o dimensiones de un
tejido dinámico que se teje a si mismo en cada instante.
Talvez sea
la consciencia ese campo unificado que buscamos y constituya una matriz virtual
subyacente a todas las interacciones. En esta visión expandida la conciencia es esencia del
amor y del dolor, del apego y de
la libertad. Es sustancia de la partícula y sus interacciones; es el campo
relacional en todas las relaciones. La conciencia llevaría así implícita la tendencia hacia la unión, como
un campo invisible y omnipresente de relación. En ese campo de conciencia nacemos,
soñamos, aprendemos, crecemos, morimos, renacemos.
Podríamos
asimilar los reinos de la naturaleza a
estados evolutivos de la conciencia. Con
el ascenso a niveles sucesivamente emergentes y cada vez más incluyentes, los
estados superiores de conciencia pueden así jalonar el proceso
ascendente y dar cuenta de cómo toda la evolución asciende.
En esta
perspectiva la progresiva emergencia de
lo humano como el nivel evolutivo en que la conciencia se hace consciente de si
misma, nos permite vislumbrar el paisaje de fondo de una evolución, en la
que la humanidad asciende hacia
si misma con todos los reinos de la
tierra . Conciencia de la conciencia, todas las facetas de la evolución se
conjugan en el hombre para ascender al nivel superior, el quinto reino o reino
del alma.
Seríamos así la
evidencia de un sendero de regreso,
hollado antes de nosotros por esos héroes interiores que señalaron con sus
propios pasos, la posibilidad de un camino espiritual a través del ser
humano. La humanización es el proceso de
la creación en el que la criatura
participa conscientemente del rol del Creador. El hombre crea. Recrea la vida. Esto implica la renovación de antiguas formas y la
adaptación del plan evolutivo a las condiciones del presente. La naturaleza se
actualiza en el hombre. El hombre actualiza la naturaleza - sembramos
conciencia- Cosechamos una conciencia
expandida y con las mejores semillas escogidas renovamos la siembra. Así toda
la naturaleza se renueva.
Cada acción
consciente es una señal en el sendero para todos aquellos o aquello que
aún remotamente nos han de suceder, ya sea
el hijo que prolonga nuestra vida, la
piedra que pisamos, el perro que nos
mira o la flor que nos brinda su aroma.
Cuando este
proceso evolutivo se acelera en ese punto crucial en que la conciencia se hace
reflexiva volviéndose sobre si misma, la espiral evolutiva gira cada vez más
rápidamente, hasta un nivel crítico de la evolución, en que los espacios se comprimen en el punto
y los tiempos se funden en el instante. En ese espacio.-tiempo de infinita densidad la sincronicidad
y la no localidad son propiedades emergentes de una conciencia que
resuelve el misterio de tiempos y distancias en la quinta esencia del alma.
Cesa entonces el movimiento de la conciencia y en el punto cero del presente
la quietud y el silencio revelan la desnudez el ser.
Somos el
encuentro de posibilidades infinitas de la conciencia evolutiva, con la que
nuestra propia conciencia puede
interactuar. La conciencia, el
observador, el alma, interactúan con el campo cuántico para emerger al mundo
tangible. La conciencia alcanza así su faceta creadora.
La
conciencia fluye en la gran cadena de la vida, encadenando todo al número, a
las matemáticas, a la geometría, a la psicología, a la ciencia y en particular
a ese arte sublime del regreso por el sendero de la unión que pareciera
ser la religión del amor. Todo en todo, lo minúsculo en la esencia de
lo más expandido, el programa del macrocosmos aún implícito en el punto
infinitesimal del vacío, es conciencia,
ora expandida y desplegada, ora implicada e infinitamente contraída.
En el
instante cósmico en el que el camino de regreso de la naturaleza pasa a través
del cuarto reino, la conciencia se hace reflexiva y es consciente de si misma.
La
conciencia despierta la conciencia. Cuando el científico investiga, descubre las leyes de la
naturaleza y revela las propiedades de los elementos, la conciencia viaja al
fondo de si misma y se despierta.
La
conciencia de la conciencia o conciencia reflexiva es una cualidad especial que
empieza ya a manifestarse en la evolución con la capacidad que tiene la vida de
autorecrearse. Esta autopoiesis es catalizada por la conciencia de la
conciencia, inherente a aquello que es humano. El ser humano es un catalizador
de la evolución, un punto centro- reunión de los tres reinos de la naturaleza,
un espacio tiempo sagrado y especial
donde se pueden revelar las fuerzas implícitas del amor, que han conducido la
creación por el progresivo sendero de la fusión .
Jorge Ivan Carvajal Posada.
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