Ama y vive unido a la
vida, eso hace al mundo menos mundano, menos denso, más transparente a la
dimensión divina, a la luz de la consciencia misma.
EN LA UNIDAD CON LA
VIDA
1. Ir más allá del
pensamiento
Que liberación darse cuenta
de que “la voz de mi cabeza” no es lo que yo soy.
¿Quién soy yo entonces?
El que ve eso. La conciencia que es anterior al pensamiento, al espacio en el
cual ocurre el pensamiento, o la emoción o percepción sensorial.
La causa primaria de la
infelicidad no es nunca la situación, sino sus pensamientos sobre ella.
Sea consciente de los
pensamientos que está pensando. Sepárelos de la situación, que es siempre
neutra, que es siempre como es. Allí está la situación o el hecho y aquí están
mis pensamientos sobre ello. Por ejemplo, “Estoy arruinado” es una historia. Lo
limita y le impide actuar con eficacia. “Me quedan cincuenta centavos en la
cuenta” es un hecho. Enfrentar los hechos siempre fortalece. Ser consciente de
lo que piensa, en gran medida, produce las emociones que usted siente. Vea la
relación entre su pensamiento y sus emociones. Más que ser sus pensamientos y
emociones, sea la consciencia que está más allá de ellos.
El Universo es un todo
indivisible en el cual todo está interconectado, en el cual nada existe de
manera aislada. La más profunda interconexión de todas las cosas y eventos
implica que los niveles mentales de “bueno” y “malo” son ilusorios en última
instancia.
No hay acontecimientos
al azar, ni eventos o cosas que existan por y para sí mismos, aisladamente. Los
átomos que constituyen su cuerpo fueron forjados en algún momento en las
estrellas y las causas del más pequeño suceso son prácticamente infinitas y
están relacionadas con el todo de maneras incomprensibles.
El Cosmos no es
caótico. La misma palabra cosmos significa orden.
Fíjese en si puede
atrapar, es decir, notar, la voz en la cabeza, quizás en el mismo momento en
que se queja de algo, y reconózcala como lo que es: la voz del Ego, nada más
que un patrón mental condicionado, un pensamiento. Siempre que note esa voz se
dará cuenta también de que usted no es la voz, sino el que es consciente de
ella.
En el fondo, está la
consciencia. En el primer plano, está la voz, el que piensa.
Cuando usted no oculta
el mundo con palabras y etiquetas, regresa a su vida una sensación de milagro
que se perdió hace mucho tiempo cuando la humanidad, en vez de usar el
pensamiento, se dejó dominar por él. Retorna a su vida una profundidad. Las
cosas recuperan su novedad, su frescura. Para que esto ocurra, usted necesita
desenredar su sentido del yo, del Ser, de todas las cosas son las que se ha
revuelto, es decir, un sentido del yo con identidad.
2. El poder del momento
presente
El mayor enemigo del
ego es el momento presente, que es lo mismo que decir la vida misma.
El tiempo se percibe
como la sucesión interminable de momentos, algunos “buenos”, algunos “malos”.
Pero si usted lo mira con más detenimiento, es decir, a través de su
experiencia inmediata, descubre que no hay momentos en absoluto. Descubre que
solo hay este momento siempre. La vida es siempre ahora. Toda su vida se
despliega en este constante, ahora. Incluso los momentos pasados o futuros
existen solamente cuando usted los recuerda o los anticipa, y usted lo hace
pensando en ellos en el único momento que existe: este.
La mayoría de los egos
quieren cosas diferentes en momentos diferentes o incluso puede que no sepan lo
que quieren excepto que no quieren lo que es: el momento presente.
Significa no
etiquetarlo mentalmente como bueno o malo, sino dejarlo ser. ¿Significa esto
que usted no puede ya actuar para producir cambios en su vida? Al contrario.
Cuando la base de su acción es la alineación interior con el momento presente,
sus actos se fortalecen con la inteligencia de la Vida misma.
Cuando usted reacciona
contra la forma que toma la Vida en este momento, cuando trata al Ahora como un
medio, un obstáculo o un enemigo, refuerza la identidad de su propia forma, el ego.
De ahí la reactividad del ego. ¿Qué es la reactividad? Volverse adicto a la
reacción. Cuanto más reactivo sea, mas enredado se vuelve con la forma. Cuanto
mas identificado con la forma, más fuerte es el ego. Su Ser entonces ya no
brilla a través de la forma, o solo lo hace ligeramente.
La gente cree que
depende de lo que ocurre para su felicidad, es decir, depende de la forma. No
se da cuenta de que lo que ocurre es lo más inestable del universo. Cambia
continuamente. Ellos miran el momento presente, bien empañado por algo que ha
sucedido y no debería haber sucedido, o deficiente por algo que no ha sucedido
y debería haber sucedido. Y así se pierden de la perfección más profunda que es
inherente a la vida misma, una perfección que está aquí ya, que subyace más
allá de lo que está o no está ocurriendo, más allá de la forma.
Acepte el momento
presente y descubra la perfección que es más profunda que cualquier forma, y
que además, ante el tiempo, permanece intacta.
La relación más
importante, mas primordial en su vida, es su relación con el Ahora o, más bien,
con la forma que toma el Ahora, sea la que sea; es decir, lo que es o lo que
ocurre. Si su relación con él Ahora es disfuncional, esta disfunción se
reflejara en toda relación y toda situación con la que se enfrente. El ego
podría definirse sencillamente así: una relación disfuncional con el momento
presente.
¿Quiero que el momento
presente sea mi amigo o mi enemigo? El momento presente es inseparable de la
vida, así que usted está decidiendo en realidad qué clase de relación quiere
tener con la vida. Una vez que haya decidido que si quiere que el momento
presente sea su amigo, sea amigable con él, dele la bienvenida sin importar
como venga ataviado y pronto vera los resultados. La vida se vuelve amistosa
con usted; la gente ayudan las circunstancias cooperan. Una decisión cambia
toda su realidad. Pero esta única decisión debe tomarla una y otra vez, hasta
que se vuelva natural vivir de esta
manera.
La eliminación del
tiempo de su consciencia es la eliminación del ego. Es la única práctica
espiritual verdadera… De lo que estamos hablando es de la eliminación del
tiempo psicológico, que es la preocupación interminable de la mente egoísta por
el pasado y el futuro y su reticencia a ser uno solo con la vida al vivir
alineado con la existencia inevitable del momento presente.
Cada vez que un no
habitual a la vida se vuelve un sí, siempre que usted permite que este momento
sea como es, usted disuelve el tiempo, así como el ego. Para que el ego
sobreviva tiene que considerar el tiempo –pasado y futuro- más importante que
el momento presente.
A través del momento
presente, usted tiene acceso al poder de la vida misma, eso que
tradicionalmente ha recibido el nombre de “Dios”. Incluso la fe en Dios es un mal sustituto de
la realidad viva de Dios que manifiesta cada momento de su vida.
3. ¿Quién soy yo?
La verdad suprema de
quién es usted no es yo soy esto o yo soy aquello, sino yo Soy.
El ego surge cuando su
sentido del Ser, de “yo soy”, que es consciencia sin forma, se enreda con la
forma. Este es el significado de la identificación. Este es el olvido del Ser,
el error primordial, la ilusión de la separación absoluta que convierte a la realidad
en una pesadilla.
El ego es siempre
identificación con la forma, buscarse a sí mismo y, por lo tanto, perderse en
alguna forma. Las formas no son solo objetos materiales y los cuerpos físicos.
Más fundamentales que las formas externas –cosas y cuerpos- son las formas del
pensamiento que surgen continuamente en el campo de la consciencia.
“¿Cómo puedo ser yo
mismo?” es la pregunta equivocada. Implica que usted tiene que hacer algo para
ser usted mismo. Pero el cómo no viene a cuento aquí, porque usted ya es usted
mismo. Solamente deje de añadir equipaje innecesario a quien ya es. “Pero no sé
quién soy. No sé lo que significa ser yo mismo”. Si puede estar absolutamente
cómodo con no saber quién es, entonces lo que queda es quién es usted, el Ser detrás
de lo humano, un campo de pura potencialidad más que algo que ya está definido.
Renuncie a definirse, a
definirse usted o a los demás. No morirá. Vendrá a la vida. Y no se preocupe
por como lo definen los demás. Cuando lo definen, se están limitando, así que
es su problema. Siempre que interactúe con las personas, no esté allí
primordialmente como una función o un papel, sino como un campo de Presencia
consciente.
Por medio de la
completa aceptación de la forma del Ahora usted se alinea internamente con el
espacio, que es la esencia del Ahora. Por medio de la aceptación usted se
vuelve espacioso interiormente. Alineado con el espacio en lugar de la forma:
eso trae una verdadera perspectiva y equilibrio a su vida.
La gente cree que
depende de lo que ocurre para su felicidad, es decir, que depende de la forma.
Ellos no se dan cuenta de que lo que ocurre es lo más inestable del universo.
Cambia constantemente. Miran al momento presente como si estuviera dañado por
algo que ha ocurrido y no debió ocurrir, o como si fuera deficiente por algo
que no ha ocurrido y debió ocurrir. Y así pierden la perfección más profunda
que es inherente a la vida misma, una perfección que está siempre aquí, que
está más allá de lo que está ocurriendo o no, más allá de la forma. Acepte el
momento presente y descubra la perfección que es más profunda que cualquier
forma, que además, ante el tiempo, permanece intacta.
La alegría de vivir,
que es la única felicidad verdadera, no puede llegar a usted a través de
ninguna forma, posesión, logro, persona, o suceso, a través de nada que ocurra.
Esa alegría no puede llegar a usted, nunca. Emana de la dimensión sin forma que
hay en su interior, de la consciencia misma y, por tanto, es una con quien
usted es.
4. El despertar
Uno de los ilusorios
pensamientos del ego es: “Yo no debería sufrir”.
Ese pensamiento en sí
mismo es la raíz del sufrimiento. El sufrimiento tiene un propósito noble: la
evolución de la consciencia (el despertar) y la extinción del ego. El hombre en
la cruz es una imagen arquetípica. Es todos los hombres y todas las mujeres.
Mientras usted se oponga al sufrimiento, será un proceso lento, porque la
resistencia produce más ego para consumir. Sin embargo, cuando usted acepta el
sufrimiento, hay una aceleración de ese proceso que se ocasiona por el hecho de
que usted sufre conscientemente. Usted puede aceptar el sufrimiento para usted,
o puede aceptarlo para otro, como su hijo o su padre o madre. El fuego del
sufrimiento se convierte en la luz de la consciencia.
El ego dice “yo no
debería sufrir”, y ese pensamiento lo hace sufrir mucho más. La verdad es que
usted debe decir si al sufrimiento antes de que pueda trascenderlo. El
sufrimiento, aunque en gran medida es creado por el ego, es finalmente
destructor del ego también. Es el fuego en el cual el ego se consume.
5. Espacio interior
Esta libertad es el
surgimiento del espacio interior.
Cuando usted ya no está
totalmente identificado con las formas, la consciencia –quien usted es- se
libera de su encarcelamiento en la forma. Esta libertad es el surgimiento del
espacio interior. Llega como un silencio, una paz sutil en lo profundo de
usted, incluso ante algo aparentemente malo. Hay también espacio en torno a los
altibajos emocionales, incluso en torno al dolor. Y sobre todo, hay espacio
entre sus pensamientos. Y de este espacio emana una paz que no es “de este
mundo”, porque este mundo es forma, y la paz es espacio. Esta es la paz de
Dios.
Ahora puede disfrutar y
honrar las cosas de este mundo sin darles una importancia y una significación
que no tienen. Puede participar de la danza de la creación y ser activo sin
apego a los resultados y sin hacerle exigencias no razonables al mundo: realízame,
hazme feliz, hazme sentir seguro, dime quien soy. El mundo no puede darle esas
cosas, y cuando usted ya no tiene tales expectativas, todo el sufrimiento
auto-creado termina. Cuando esa dimensión está presente en su vida, usted puede
disfrutar las cosas, las experiencias y los placeres de los sentidos sin
perderse en ellos, sin un apego interior a ellos, es decir, sin volverse adicto
al mundo.
Cuando la dimensión del
espacio está perdida, o más bien no es conocida, las cosas del mundo adquieren
una importancia absoluta, una seriedad y una pesadez que en realidad no tienen.
Cuando el mundo no se ve desde la perspectiva de lo sin forma, se convierte en
un lugar amenazador y en ultimo termino en un lugar de desesperación.
Siempre que usted se
siente molesto por un suceso, una persona o una situación, la causa real no es
el suceso, persona o situación, sino una pérdida de la perspectiva verdadera,
que solo puede proporcionar el espacio.
El mayor impedimento para descubrir el
espacio interior, el mayor impedimento para encontrar al experimentador, al yo
Soy sin forma, es enredarse tanto con la experiencia que se pierda usted en
ella. Usted queda atrapado en cada pensamiento, en cada emoción y en cada
experiencia, hasta tal punto, que de hecho esta en un estado similar al sueño.
Siempre que haya
belleza, bondad, el reconocimiento de la bondad de las cosas sencillas de su
vida, busque el fondo de esta experiencia dentro de usted. Pero no lo busque
como si estuviera buscando algo. No puede sujetarlo y decir, “Ya lo tengo”, o
agarrarlo mentalmente y definirlo de alguna manera. Es como el cielo sin nubes.
No tiene forma. Es espacio: es silencio, la dulzura del Ser, e infinitamente
más que estas palabras, que son solo señales. Cuando usted puede sentirlo
directamente dentro de usted, se profundiza. Así pues, cuando usted aprecia
algo sencillo –un sonido, algo que ve, que toca- cuando ve belleza, cuando
siente bondad amorosa hacia otro, sienta la espaciosidad interior que es la
fuente y el fondo de esa experiencia.
6. Su propósito en la
vida
Fluye a sus
pensamientos y los inspira.
El actuar despierto es
la alineación de su propósito externo –lo que usted hace- con su propósito
interno, despertar y permanecer despierto. Por medio del actuar despierto usted
se vuelve uno con el propósito manifiesto del universo. Fluye a sus
pensamientos y los inspira. Fluye hacia lo que usted hace y lo guía y le da
fuerza.
Las modalidades del
actuar despierto son la aceptación, el gozo y el entusiasmo. Si usted no está
en estado de aceptación, gozo o entusiasmo, mire detenidamente y descubrirá que
está produciendo sufrimiento a usted y a los demás.
Cualquier cosa que no
disfrute hacer, puede por lo menos aceptar que eso es lo que tiene que hacer.
Aceptación significa: por ahora, esto es lo que esta situación, este momento,
requiere que haga, así que lo hago con gusto.
Si usted no puede ni
disfrutar ni llevar aceptación a lo que hace, deténgase. De lo contrario no
está asumiendo la responsabilidad por la única cosa por la que puede realmente
responsabilizarse, que resultar ser también lo único que realmente importa: su
estado de consciencia. Y si no está asumiendo la responsabilidad por su estado
de consciencia, no está asumiendo la responsabilidad por su vida.
Cuando usted hace del
momento presente, en vez del pasado o futuro, el punto focal de su vida, su
capacidad de disfrutar lo que hace –y con ella la calidad de su vida- aumenta
drásticamente.
Usted disfrutara
cualquier actividad en la que esté plenamente presente, cualquier actividad que
no sea solo un medio para un fin. No es la acción que realiza lo que usted
disfruta en realidad, sino el profundo sentido de vida que fluye en ella. Esa
vida es una con lo que usted es. Esto significa que cuando usted disfruta al
hacer algo, está experimentando realmente la alegría del Ser en su aspecto
dinámico.
Al contrario del
estrés, el entusiasmo tiene una alta frecuencia de energía y, por lo tanto,
resuena con el poder creativo del universo. Por eso, Ralph Waldo Emerson dijo
que “Nada grande se ha logrado nunca sin entusiasmo”.
7. Volverse Presente
Cuando usted está
presente, esa Presencia fluirá hacia lo que usted hace y lo transformara.
Podemos aprender a no
mantener las situaciones o los eventos vivos en nuestra mente, sino a volver
nuestra atención continuamente al pristino y eterno momento presente más que a
ser atrapados en la elaboración mental de películas. Nuestra misma Presencia se
convierte entonces en nuestra identidad, en lugar de nuestros pensamientos y
emociones.
Este alerta. Si hay
consciencia en usted, usted podrá reconocer la voz de su cabeza como lo que es:
un pensamiento viejo, condicionado por el pasado. Si hay conciencia en usted,
no necesita ya creer en cada pensamiento que tenga. Es un pensamiento viejo,
nada más. Consciencia significa Presencia, y solo la Presencia puede disolver
el pasado inconsciente en usted.
Siempre que usted está
en un estado negativo hay algo en usted que quiere la negatividad, que la
percibe como placentera, o que cree que lo llevara a donde usted quiere. De lo
contrario, ¿Quién querría aferrarse a la negatividad, sufrir y hacer sufrir a
los demás y producir enfermedad en el cuerpo? Así pues, siempre que hay
negatividad en usted, si puede ser consciente en ese momento de que hay algo en
usted que saca placer de ella o que cree que tiene un propósito útil, está
haciéndose consciente del ego directamente. En el momento que eso ocurre, su
identidad ha pasado del ego a la consciencia. Esto significa que el ego se está
encogiendo y la consciencia está creciendo.
Cuanto más pasado
compartido hay en una relación con otra persona, más presente necesita ser; de
lo contrario, usted se verá forzado a volver a vivir el pasado una y otra vez.
El perdón ocurre
naturalmente cuando usted ve que sus motivos de queja no tienen más propósito
que reforzar un falso sentido de identidad, mantener el ego en su lugar. Ver es
liberarse.
Cuando usted está
presente, cuando su atención está plenamente en el Ahora, esa Presencia fluirá
hacia lo que usted hace y lo transformara. Habrá calidad y fuerza en ello. Y,
por supuesto, no puede estar presente a menos que entable amistad con el
momento presente. Esa es la base para la acción efectiva, no contaminada por la
negatividad.
8. Consciencia
Jesús dijo: “Niégate a
ti mismo”
La realización
espiritual es ver claramente que lo que percibo, experimento, pienso o siento
no es en último término lo que soy, que no puedo encontrarme en todas esas
cosas que desaparecen continuamente.
El Buda fue
probablemente el primer ser humano que vio esto con claridad y entonces anata
(el no ser) se convirtió en uno de los puntos centrales de su enseñanza. Y
cuando Jesús dijo: “Niégate a ti mismo”, lo que quiso decir era: niega (y
deshaz así) la ilusión de ser individual. Si el ser –el ego- fuera
verdaderamente lo que soy, sería absurdo “negarlo”.
Lo que queda es la luz
de la consciencia en la cual las percepciones, las experiencias, los pensamientos
y los sentimientos vienen y van. Ese es el Ser, que es el yo verdadero, más
profundo. Cuando me conozco a mí mismo como tal, cualquier cosa que ocurra en
mi vida no es ya de importancia absoluta sino relativa. Lo honro, pero pierde
su seriedad absoluta, su pesadez.
¿Puedo sentir mi
identidad esencial como consciencia? ¿O me estoy perdiendo en lo que ocurre, en
la mente, en el mundo?
Se ha dicho: “El
silencio es el lenguaje que habla Dios y todo lo demás es una mala traducción”.
Hacerse consciente del silencio siempre que nos lo encontramos en la vida nos
pondrá en contacto con la dimensión sin forma ni tiempo que hay dentro de
nosotros, esa que está más allá del pensamiento, más allá del ego. Puede ser el
silencio que empapa el mundo de la naturaleza, o los lapsos silenciosos entre
los sonidos. El silencio no tiene forma, por eso no podemos hacernos
conscientes de el por medio del pensamiento. El pensamiento es forma. Ser
consciente del silencio significa ser silencioso. Ser silencioso es ser consciente
sin pensamiento. Usted no es nunca más esencial, más profundamente usted mismo
que cuando está en silencio.
9. El cuerpo interior
En vez de preguntarle a
su mente, vaya directamente a sus manos.
Si usted no está
familiarizado con la consciencia del “cuerpo interior”, cierro los ojos durante
un momento y descubra si hay vida en sus manos. No le pregunte a su mente.
Dirá: “No puedo sentir nada”. Probablemente dirá también: “Dame algo más
interesante en lo que pensar”. En vez de preguntarle a su mente, vaya
directamente a sus manos. Con esto quiero decir que se haga consciente de la
sensación sutil de vitalidad que hay dentro de ellas. Está ahí. Después vaya a
sus pies, mantenga su atención allí durante un minuto más o menos y empiece a
sentir sus manos y sus pies al mismo tiempo. Después, incorpore otras partes
del cuerpo –piernas, abdomen, pecho, etcétera- a esa sensación, hasta que sea
consciente del cuerpo interior como una sensación general de vitalidad,
extendida por todo el cuerpo.
10. En unidad con la vida
Jesús dijo: “Yo soy el
camino, la verdad y la vida”.
¿Qué “Yo” podría estar
separado de la vida, separado del Ser? Es absolutamente imposible. Así pues no
hay algo como “mi vida”, y no tengo una vida. Soy vida. Yo y la vida son uno.
No puede ser de otra forma. Así que ¿Cómo podría perder mi vida? Para empezar
¿Cómo puedo perder algo que no tengo? ¿Cómo puedo perder algo que Soy? Es
imposible.
La verdad es
inseparable de lo que usted es. Si, usted es la Verdad. El mismo Ser que usted
es, es la Verdad. Jesús trato de
expresar eso cuando dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”.
Estas palabras son unas
de las señales más poderosas y que apuntan más directamente hacia la Verdad, si
se entienden correctamente. Jesús habla del yo Soy más íntimo, de la identidad
esencial de todo hombre y mujer, de toda forma de vida, de hecho. Habla de la
vida que usted es.
Cuando usted está en
contacto con esa dimensión en su interior –y estar en contacto con ella en su
estado natural, no un logro milagroso-, todas sus acciones y relaciones
reflejaran la unidad con toda la vida que usted siente profundamente dentro de
usted. Esto es amor.
Si paz es realmente lo
que quiere, entonces escogerá la paz. Si la paz le importara más que ninguna
otra cosa y si realmente supiera que usted es espíritu más que un pequeño yo,
se mantendría sin reaccionar y absolutamente alerta cuando se enfrenta a
personas o situaciones retadoras. Aceptaría inmediatamente la situación y así
se volvería uno con ella en vez de separarse de ella. Entonces, de su estado de
alerta vendría una respuesta. Quién es usted (la consciencia), no quien cree
que es (un pequeño yo), respondería. Su respuesta seria poderosa y efectiva, y
no convertiría a ninguna persona o situación en un enemigo.
La vida le dará la
experiencia que sea más útil para la evolución de su consciencia.
¿Cómo estar en paz
ahora? Haciendo las paces con el momento presente. El momento presente es el
campo en el cual ocurre el juego de la vida. No puede ocurrir en ningún otro
lugar. Una vez que usted ha hecho las paces con el momento presente, mire lo
que pasa, que puede hacer o escoger hacer, o más bien que hace la vida a través
de usted.
Hay cuatro palabras que
expresan el secreto del arte de vivir, el secreto de todo éxito y felicidad:
Uno con la Vida. Ser uno con la vida es ser uno con el Ahora.
Usted se da cuenta de
que no vive la vida, sino que la vida lo vive a usted. La vida es la bailarina
y usted es el baile.
Dios es la Vida Única
dentro y más allá de las incontables formas de vida. El amor implica dualidad:
amante y amado, sujeto y objeto. Así pues, el amor es el reconocimiento de la
unidad en el mundo de la dualidad. El amor hace al mundo menos mundano, menos
denso, más transparente a la dimensión divina, a la luz de la consciencia
misma.
Eckhart Tolle
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