Cuando meditamos
sentados debemos sumergirnos de forma natural hasta el fondo de nuestra postura
de meditación, descansando sin ningún esfuerzo.
MEDITACIÓN FUNCIONAL
La energía de nuestros
hábitos es a menudo más fuerte que nuestra voluntad. Decimos y hacemos cosas
que no deseamos, y más tarde nos arrepentimos. Nos causamos sufrimiento a
nosotros mismos y a los demás.
Nos prometemos no
volverlo a hacer pero reincidimos nuevamente.
Necesitamos la energía
de la plena consciencia para reconocer y estar atentos a la energía de nuestros
hábitos en el momento en que se manifiesta. La consciencia nos permitirá evitar
que los hábitos nos dominen.
La primera función de
la meditación es Detener.
Bebemos una taza de té
pero no somos conscientes de que la estamos bebiendo. Nos sentamos junto a la
persona que amamos pero olvidamos que está allí. En lugar de vivir el momento
estamos en otro sitio, pensando en el pasado o en el futuro. Debemos iluminar
con la luz de la consciencia todo cuanto hagamos para que la oscuridad que
provoca la falta de atención desaparezca.
La segunda función de
la meditación es Serenar.
Cuando experimentamos
una fuerte emoción, sabemos que puede ser peligroso actuar, pero no tenemos la
fuerza ni la claridad suficientes para evitar hacerlo. Debemos aprender el arte
de inspirar y espirar serenando nuestras emociones. Debemos ser sólidos y
estables como un roble, al cual la tormenta no puede llevarlo de un lado al
otro.
Buda enseñó muchas
técnicas para serenar el cuerpo y la mente y observarlos profundamente.
Se resumen en 5 etapas:
Reconocer si estamos
enojados.
Aceptamos lo que
sentimos.
Abrazar nuestra ira con
la consciencia.
Observar profundamente,
una vez que nos calmamos, qué es lo que provocó nuestra ira.
Obtener una clara
visión de las causas y condiciones primarias y secundarias que ocasionaron
nuestra ira.
La tercera función de
la meditación es Descansar.
Cuando meditamos
sentados debemos sumergirnos de forma natural hasta el fondo de nuestra postura
de meditación, descansando sin ningún esfuerzo. Debemos aprender el arte de
descansar dejando que el cuerpo y la mente se relajen. Si tenemos heridas en el
cuerpo o en la mente, debemos descansar para que puedan curarse.
La meditación no tiene
que ser una ardua labor. Deja que tu cuerpo y tu mente descansen, no luches, no
hay necesidad de alcanzar nada.
Buda dijo: Mi Dharma es
la práctica de la no práctica.
Practica de modo que no
te canse, de una forma que dé a tu cuerpo, a tus emociones y a tu consciencia
una oportunidad para descansar. Nuestro cuerpo y nuestra mente tienen la
oportunidad de curarse a si mismos si les permitimos descansar.
Detenerse, serenarse y
descansar son las condiciones previas para la curación.
THICH NHAT HANH
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