El guerrero de la luz
conoce el valor de la persistencia y del coraje. Y comprende que, durante la
guerra, el enemigo vencerá algunas de las batallas.
EL GUERRERO DE LA LUZ
PERSISTENTE
El guerrero de la luz
conoce el valor de la persistencia y del coraje.
Muchas veces, durante
el combate, él recibe golpes que no esperaba. Y comprende que, durante la
guerra, el enemigo vencerá algunas batallas.
Cuando esto sucede, él
llora sus penas y descansa para recuperar un poco las energías. Pero
inmediatamente después vuelve a luchar por sus sueños.
Porque cuanto más
tiempo permanezca alejado, mayores son las probabilidades de sentirse débil,
miedoso, intimidado. Cuando un jinete cae del caballo y no vuelve a montarlo al
minuto siguiente, jamás tendrá el valor de hacerlo nuevamente.
POR QUÉ LEER A COELHO
ES EQUIVALENTE A ESCUCHAR A ARJONA
Nota de Jo Thomatis
Esta nota se trata de
un análisis personal que he realizado a través del tiempo acerca de la
“industria cultural”. Al decir que es personal, advierto que mi intención no es
herir susceptibilidades ni mofarme de gustos ajenos, sólo deseo hacer
exposición de un punto de vista elaborado en base a mis conocimientos. En este
trabajo mi intención es explicar por qué leer a Paulo Coelho es equivalente a
escuchar la música de Ricardo Arjona.
¿Por qué Coelho y
Arjona? Porque los dos son íconos de la cultura de masas. Paulo Coelho
representa a toda una comunidad de escritores de autoayuda que basan su lucro
en el deseo de los individuos de sentirse mejor frente a una vida vacía de
espiritualidad. Y Ricardo Arjona es un ejemplo extraído de toda una población
de cantautores y músicos que llenan el hueco de la necesidad de lujuria y
machismo en nuestra sociedad. Además, en lo que hacen, son grandes exponentes
desde hace mucho tiempo y no les va nada mal en el negocio, por eso son ellos
los “conejillos de indias” y no cualquier otro (hay muchos más).
El Alquimista de los
huevos de oro
Paulo Coelho es un
escritor brasilero que hizo furor en el mundo editorial. Sus libros se han
traducido a más de 100 idiomas, se han vendido por billones y han perdurado
como éxitos de venta a lo largo de los años. Cada vez que este señor presenta
un nuevo texto, en muy poco tiempo se convierte en un best seller. Cualquier
persona que haya leído más de diez libros en su vida, al tomar un trabajo de
Coelho en sus manos puede adivinar que sus dotes narrativos no son algo
evidente. Que de hecho, no se evidencian en ninguno de sus textos. Su
literatura es simplista, facilista, barata. Tome cualquiera de sus libros y
compruébelo usted mismo.
Entonces, si no es
bueno para la literatura, ¿por qué tiene tanto éxito? En su artículo “Por qué
es tan malo Paulo Coelho”, el escritor colombiano Héctor Abad Faciolince lo
explica de manera muy clara. Él sostiene que Coelho utiliza recursos narrativos
muy baratos para captar la atención y el deseo del lector promedio. Dice el
colombiano: ” Coelho disfrazaba de misterio y asombro las puras tonterías.
Oigan esta, por ejemplo: “Era un día caluroso y el vino, por uno de estos
misterios insondables, conseguía refrescar un poco su cuerpo”. De verdad, qué
misterio insondable que un líquido quite la sed”. Faciolince está en lo
correcto, Coelho se llena de recursos que le sacan tuercas al cerebro para que
el lector se deje embelezar por espejitos de colores. Otro as sobre la mesa más
que evidente es la apelación del escritor a lo “esotérico”, la magia, la
adivinación. Cosas que de por sí atraen al humano, lo “irreal” y magnífico.
Héctor lo explica, “Ya Thomas Hobbes en su clásico Leviatán (1651) señalaba la
irresistible atracción (y por lo tanto el fácil engaño) que padecemos los seres
humanos ante todo tipo de presagios. Es una tradición muy antigua (una
socorridísima mina de oro, una piedra filosofal) explotar esta debilidad de
nuestra psicología. (…) Éste es el paso siguiente en el libro de Coelho: un
adivino escribe sobre la arena los episidios más significativos del pasado del
joven protagonista, incluyendo la primera vez que se hizo la paja. Cabe aclarar
que esta íntima revelación se expresa con palabras mucho más recatadas: “Leyó
cosas que jamás había contado a nadie, como (…) su primera y solitaria
experiencia sexual”.
En casi todos los
libros de Coelho se puede observar cómo el autor narra historias
extraordinarias, le da gran importancia a los sueños, la adivinación del
futuro, los presagios. Entonces la historia de un hombre que va hasta unas
pirámides y vuelve después a su casa, se convierte en un texto fascinante
porque de repente aparece un huevo que todo lo convierte en oro (no miento,
lean El Alquimista), y una señora que lee la mano, y después unos pajaros que
presagian males. En un triz, un libro sumamente vacío, se vende durante décadas
y contando. Y ojo, el autor nunca se olvida de que sus lectores son “gente de
bien”: dice Faciolince, “Hay un ingrediente adicional que hace más eficaz el
recurso al pensamiento esotérico. Para volverlo doctrinalmente inofensivo, para
despojarlo de todo peligro satánico, Coelho lo combina con dosis adecuadas de
cristianismo tradicional: citas de la Biblia, cuadros del Sagrado Corazón de
Jesús, rezos del Padrenuestro… El público mayoritario no se siente en pecado
porque lee herejías, y el narrador, al tiempo que se hace pasar por alguien
dotado de poderes paranormales (capaz incluso de telepatía), deja saber que él
es también un buen cristiano, a pesar de sus coqueteos con la magia.”
Por otro lado, a Coelho
no le alcanzaba con ganar algunos millones creando libros que combinaran
paganismo con religión y autocomplaciencia, así que para hacer más felices a
los sellos (bolsillos) editoriales, también apeló a la utilización de premisas
o frases que parecen encerrar sabiduría pero que realmente son enseñanzas nulas
de contenido. Y estas frases en algún punto se convierten en una burla no sólo
hacia los grandes pensadores de la humanidad, sino hacia la inocencia de las
personas que lo leen. Estas son sólo algunos ejemplos: “Cuando quieres
realmente una cosa, todo el Universo conspira para ayudarte a conseguirla.”;
“No tenía miedo a las dificultades: lo que la asustaba era la obligación de
tener que escoger un camino. Escoger un camino significaba abandonar otros.”;
“Algunas veces hay que decidirse entre una cosa a la que se está acostumbrado y
otra que nos gustaría conocer.”
Claro que todas esas
frases suenan bonitas y hasta ciertas, pero eso no les quita lo vacías y
fáciles. El recurso “coelhístico”, por llamarle de alguna manera, es algo que
hasta un niño podría aplicar, es un robo sistemático de nuestra atención; es la
apelación a fibras íntimas de las personas. Son sentencias de pocas palabras
para explicar el sentido de las cosas, que realmente son un poco más complejas
que lo que Coelho nos quiere hacer creer. El sol sale cada mañana, sólo tienes
que abrir tu ventana para poder verlo, ¿dónde están los millones de dólares que
me corresponden por una frase tan aguda y certera? Claro, Coelho fue un
visionario, supo justo dónde poner la aguja para dar el pinchazo y sacar oro de
las venas de los ojos hambrientos del lector.
El problema no es
quererlo… El problema es que es Arjona
Edgar Ricardo Arjona,
es un músico guatemalteco aclamado en toda Latinoamérica, con más de quince
discos en su haber y acreedor de muchos galardones musicales. Pero su
característica más contundente es el amor – odio que recibe de la sociedad
constantemente. Sus fans son incondicionales, y no se trata sólo de mujeres.
Muchos hombres son los que se ven por la calle, con la ventanilla del auto
subida canturreando las cursilerías de este personaje. Y lo defienden a muerte.
Se encuentran hipnotizados por sus letras llenas (hasta el hastío) de escenas
amorosas sensuales que pueden empalagar hasta al ingenio Ledesma. La
característica principal de sus seguidores, es que no suelen escuchar ningún
otro tipo de música más que Arjona, o algo parecido. Por otro lado se
encuentran los fastidiados, los cansados de que este personaje nefasto siga
existiendo y que además lo tengamos que llamar músico. Los que creen que el
orgullo de ser artista es algo que se gana desgarrándose por fuera y por
dentro, y no vendiendo fórmulas mágicas.
Tal vez el alquimista
que se encuentra un huevo que produce oro en el libro de Coelho, no sea otro
que Ricardo Arjona; quien encontró en su camino por la vida la fórmula exacta
de escribir canciones que les bajen las defensas a los cerebros de la población.
La teoría de la aguja hipodérmica se queda corta en comparación con el fenómeno
Arjona (que hoy en día le pasa la posta a Romeo Santos). Diego Mancusi,
periodista de la revista Rolling Stones Argentina lo explicó muy bien en un
artículo del año 2010: “Qué es y qué no es una letra digna puede variar de
persona a persona de acuerdo a los gustos individuales, pero hay un parámetro
objetivo que no se puede soslayar: la fórmula. Arjona tiene desarrollado un
sistema de metáforas por contradicción que repite sistemáticamente a lo largo
de muchas de sus canciones (“como alejarme de ti si estás tan lejos”,
“acompañame a estar solo”, etc.) ya sea por falta de talento para evitar la
reiteración o porque sabe qué funciona y punto.”
La repetición por
contradicción no es la única herramienta de Arjona para hacer lobotomías con
cada una de sus canciones, su recurso más triste es disfrazarse de popular y de
protector de pobres y ausentes, dando grandes golpes bajos con las canciones
que compone. En muchas de sus canciones habla de comprender a las mujeres, de
los inmigrantes ilegales, los homosexuales, los trabajadores, etc. Todo es una
farsa, una cursilería barata para sobrevender todos sus productos. El ejemplo
más que claro de este cinismo, está en su relación con el sexo femenino, su
manera de manejarse a la hora de hablar de las mujeres. Por ejemplo, escribió
una canción en la que habla de cómo se siente una mujer pasando por la etapa de
la menstruación, y frente a los ojos de sus seguidores quedó como un poeta del
sexo femenino, comprendiendo a las mujeres en sus peores días. ¿Alguien se ha
tomado el tiempo de detenerse frente a la letra aberrante de esa canción?
Veamos lo que dice Arjona:
“De vez en mes soy
invisible,
Para intentar en lo
posible,
No promover tu mal humor.
De vez en mes no hay
quien te aguante,
Y es tu pecado estar
distante,
Y otro peor quedarme
ahí.
Y aunque hay receso
obligatorio,
Y el cielo se hace un
purgatorio,
Te amo más, de vez en
mes.”
Si esta metáfora
horrorosa necesita de una traducción, sería esta: una vez por mes te ponés mal
y yo no te aguanto, entonces me desaparezco. Lo que me gusta de vos, deja de
gustarme, pero aunque sea un intolerante y me desagrades porque desconozco lo
que te pasa, te amo.
Pero Arjona va por más
al fondo de nuestra indignación de seres racionales, y agrega a su poema:
“De vez en mes,
Tú me propones huelga
de hambre,
Yo algo de
imaginación.”
Traducción: cuando
menstruas me pedís que no tengamos sexo. Como no te entiendo, yo quiero que
tengamos sexo igual.
Arjona en persona
hablando sobre machismo:
Si eso no alcanza para
dar a entender que el trabajo de Arjona como “artista” es aberrante, hay muchos
más ejemplos de su machismo y su falsedad. En la canción “Mujeres”, con la cual
se hace alarde de estar “homenajeando” a las mujeres, se realza más que nunca
un machismo encubierto por palabras “bonitas”. Los espejitos de colores de los
que hablábamos más arriba.
“No se quien las
invento…
no se quien nos hizo
ese favor…
tuvo que ser dios
que vio al hombre tan
solo
y sin dudarlo
penso en dos… en dos
Dicen que fue una
costilla
hubiese dado mi columna
vertebral…
por verlas andar
depues de hacer el amor
hasta el tocador
y sin voltear… sin
voltear…
sin voltear”
Traducción: Este
“músico” no puede pensar en la mujer más que en un accesorio útil para el sexo.
Y claro, el hombre fue antes que la mujer, y mejor, sólo que necesitaba un
perro de compañía, por eso existen las mujeres. Lo dice la biblia y lo dice
Arjona, ¿qué otras pruebas necesitamos de que la mujer es inferior? Pero la
canción sigue, para dejarnos en claro que el hombre es el motor de todas las
cosas en nuestra humanidad, y el estribillo nos divierte diciendo:
“mujeres
lo que nos pidan
podemos
si no podemos no existe
y si no existe lo
inventamos
por ustedes
mujeres
que hubiera escrito
Neruda
que habría pintado
Picasso
si no existieran musas
como ustedes”
Traducción: Mujeres, si
necesitan algo, se lo tienen que pedir a los hombres. Si los hombres no lo
hacen, no va a haber nadie que lo haga.
No sé qué dirían Marie
Curie, Simon De Beauvoir, Edith Piaf, si escucharan o leyeran la letra de esta
canción, tan coreada en los boliches.
¿En qué se parecen el
autor de Adulterio y el cantante de Señora de Las Cuatro Décadas?
En que los dos son
nefastos. Los dos se ríen del arte de la literatura y la música. Los dos
encontraron un nicho que los provee de caudales enormes de dinero a cambio de
obras vacías que atestan los mostradores. Pero ellos sólo son los
representantes, cada uno de su género. Coelho representa a miles de autores y
editoriales chupasangre que basan su lucro en la necesidad que tiene la
población de llenar sus vidas con la fantasía de que leyendo un libro de
autoayuda su existencia va a mejorar (Stamateas, Riso, Sordo, Tolle, Chopra son
algunos de tantos autores del estilo). Arjona representa a muchos músicos que
roban con fórmulas músicales que gustan a la masa sin importarles que dejan
plantada en la sociedad la semilla del machismo, la lujuria extremista, el
consumo sin fin (Luis Miguel, Axel, Romeo Santos son músicos de la misma
talla).
Da lo mismo, ya sea que
leas un libro de Coelho, o reproduzcas un disco de Arjona, los dos van a
trabajar en tu cerebro para que te sientas disminuido, sin poder de crítica.
Vas a imaginarte que vivís en un mundo lleno de magia y amor, y te vas a
olvidar de que la realidad que te golpea todos los días es bastante distinta.
La profundidad y el
disfrute genuino, es lo último que importa en el negocio del arte.
Paulo Coelho
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