Nuestra responsabilidad
como humanos hacia esos otros mundos de formas de vida
Es sabido que la Vida,
con mayúscula y en todo su esplendor, se plasma y desenvuelve en el seno de la
Madre Tierra a través de una espectacular multiplicidad de formas y
modalidades. Y que todas ellas se estructuran y agrupan en los denominados
“Reinos de la Naturaleza”, en cada uno de los cuales se hallan presente, de un
modo u otro, los llamados “Planos vitales”. Sin embargo, el conocimiento de
acerca de estos Reinos y Planos suele quedarse en lo superficial, sin extraer
conclusiones conscientes acerca de los mismos con implicaciones en nuestro día
a día.
Concretamente, lo más
habitual en los estudios al respecto es distinguir cuatro grandes Reinos
−mineral, vegetal, animal y hominal− y tres Planos básicos −físico, emocional y
mental−. Y merece la pena, aunque sea de manera muy sintética, examinar la
interacción que hay entre aquellos cuatro y estos tres. De hecho, las
diferencias fundamentales entre los Reinos citados obedecen precisamente a la
tipología e intensidad con la que en cada uno hacen acto de presencia los
Planos mencionados.
Reino mineral
En lo relativo al Reino
mineral, se puede resumir así la concurrencia en él de la triada de Planos
Vitales:
Plano físico: bien
desarrollado, aunque no permite los desplazamientos. Por ejemplo, una piedra o
una montaña tienen cuerpo físico, pero con él no se pueden mover.
Plano emocional: mínima
incidencia, si bien investigaciones recientes confirman la existencia de este
Plano en el mundo mineral.
Plano mental: casi
imperceptible, pero con alguna presencia incipiente en este Reino.
Reino vegetal
Repitiendo el mismo
esquema al Reino vegetal, llegamos a lo siguiente:
Plano físico: como en
el mineral, se halla muy desarrollado en la esfera vegetal y tampoco permite
los desplazamientos (la inmensa mayoría de los árboles y plantas pasan su vida
enraizados a un mismo lugar).
Plano emocional:
alcanza un nivel significativo en el reino vegetal, como pone de manifiesto el
hecho de que una planta crece más lustrosa y siente la vibración que se le hace
llegar cuando, además de regarla, se le habla con cariño. No obstante, la vida
vegetal carece de sistema nervioso, por lo que no hay capacidad de sentir
placer y dolor en el sentido que el ser humano otorga a estos términos.
Plano mental: empieza a
mostrar signos de desarrollo y se van conociendo cada vez más exponentes de
ello. Valga como botón de muestra el caso del famoso bosque de las secuoyas
gigantes ubicado al sur de Sierra Nevada, en California, con una enorme
cantidad de árboles de esta longeva especie –entre 1.200 y 1.800 años– que se
extienden por muchos kilómetros: se ha constatado como por sus raíces se van
pasando agua unos a otros, en dirección hacia aquellos que lo necesitan cuando
los acuíferos en los que estos últimos beben se han secado.
Reino animal
Con relación a este
Reino, se puede condensar así la información disponible:
Plano físico: muy
perfeccionado, permite los desplazamientos, lo que lo hace a los animales más
sensible al entorno. Esto, por instinto de conversación, coadyuva al unísono a
fomentar el plano emocional.
Plano emocional: muy
potente. Cuenta ya con un sistema nervioso, con la misma capacidad de sentir
dolor y placer que en el Reino humano.
Plano mental: adquiere
un importante nivel en cuanto a la mente concreta, el nivel del Plano mental
que se ocupa de los asuntos ordinarios y rutinarios, aunque hay diferencias
entre los distintos tipos de animales. No hay indicios de presencia de la mente
abstracta, esto es, el nivel mental capaz de plantearse temas trascendentes
(existenciales, filosóficos, científicos, artísticos, espirituales…).
Reino hominal
Por último, en lo
referente al Reino humano, estos son los resultados principales al volver a
aplicar idéntico esquema:
Plano físico: altamente
desarrollado, permite, como en los animales, la capacidad de movimiento.
Plano emocional: bien
configurado, con grandes analogías al del Reino animal (sistema nervioso,
placer y dolor…).
Plano mental: cerebro
complejo con el que interrelaciona la mente, en la que está operativa la mente
concreta y es posible el uso de la mente abstracta.
Corolario
Los conocimientos sobre
los Reinos de la Naturaleza y Planos Vitales sintetizados en los apartados
anteriores son muy útiles para nuestra vida cotidiana cuando queremos
ejercitarla de modo consciente.
Verbigracia, para
orientarnos hacia una alimentación que permita nutrirnos sin dañar a
modalidades de vida que, por las características de su Plano emocional y contar
con sistema nervioso, tienen la capacidad de sentir placer y dolor. Lo que
tiene que llevarnos no solo a no comernos a otros seres humanos, sino, igualmente,
a no ingerir cadáveres de animales que, desde su nacimiento hasta su sacrificio
final en mataderos, sufren un sinfín de atrocidades en la explotaciones
ganaderas y avícolas.
Y sirve, igualmente,
para enmarcar nuestra responsabilidad como humanos hacia esos otros mundos de
la Naturaleza y formas de vida, con relación a los cuales somos una especie de
hermanos mayores que deberíamos interactuar con ellos desde el amor, la armonía
y, por supuesto, la Reverencia por la Vida.
Será así como veremos a
Dios en todas las cosas. Lo que nos abrirá la consciencia para ver todas las
cosas con los ojos de Dios.
Emilio Carrillo
Fuente: Tu Mismo
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