Todo gesto humano es un movimiento de
expresión psíquica consciente o inconsciente y su interpretación está regida
por leyes cuyo origen se pierde en los albores de la creación. Sin que nadie
nos lo haya enseñado, todos sabemos que una persona se ríe cuando está contenta
y llora cuando está triste. Estos gestos no son patrimonio exclusivo de los
hombres, puesto que también los observamos en los animales. ¿Quién no ha
reparado alguna vez en los saltos de alegría de un cachorro, y quién no lo ha
visto también con las orejas bajas y la cola entre las patas cuando tiene
miedo? Pues bien, la escritura es considerada como típico movimiento de
expresión y puede servir como ejemplo para aclarar la teoría del simbolismo de
los gestos humanos. El desplazamiento horizontal de izquierda a derecha, que le
es propio, es un movimiento gráfico que simboliza el ciclo de nuestra
existencia, que va de la pasividad de la vida intrauterina a la actividad del
mundo externo. En todas las épocas el lado izquierdo fue considerado como
expresión de pasividad, de femineidad, de maternidad. En cambio, el lado
derecho representó siempre la actividad, la tendencia combativa, el potencial
masculino. Los guerreros llevaban el escudo con el brazo izquierdo para
protegerse de los ataques del enemigo, y usaban la derecha para blandir sus
armas ofensivas: lanza o espada. Por algo llamamos diestra a la mano derecha y
siniestra a la mano izquierda.
También desde las mas remotas épocas
los hombres ubicaron en “lo alto” a la Divinidad. Allí vivían los dioses
tutelares, la vida, el sol. En todas las religiones de la tierra, en lo alto
está el reino de Dios, y por eso toda invocación a él se hace elevando los
brazos y los ojos hacia el cielo. En contrapartida, “lo bajo” fue considerado
siempre como la morada del mal, de las sombras, de la muerte. Allí se
refugiaban los espíritus malignos, los demonios, la oscuridad. Es respondiendo
a este simbolismo arcaico que la pena y la alegría se manifiestan con gestos y
movimientos dirigidos hacia abajo y hacia arriba respectivamente.
El cuerpo se endereza y la cabeza se
mantiene en el deleite, mientras que se dobla y humilla en una situación de
dolor. “Lo alto” y “lo bajo”, “la derecha” y ”la izquierda”, son una serie de
gestos simbólicos tan universales que su interpretación no tiene necesidad de
ninguna ciencia de los oráculos o de adivinos.
Marina X. Di Genaro
Fuente: Despertar Espiritual
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