"Nicaragua es el segundo país más pobre de Latinoamérica, lo que implica un 65% de desnutrición infantil e insuficiente acceso de la población a los servicios de la salud y a la adquisición de medicamentos. Gracias a los trabajos de investigación y difusión de la Fundación Aqua Maris (España) y Prodimar (Colombia) sobre el uso terapéutico y nutricional del agua de mar, hemos comprobado en nuestro país los beneficios del consumo oral del agua de mar en la recuperación de la salud y la desnutrición humana y animal", exponía la doctora Teresa Ilari, pionera en usar esta terapia, en el IV Foro Mundial del Agua en México.
En
Nicaragua, el abastecimiento centralizado se realiza desde la Clínica Santo
Domingo, donde trabaja. Hasta allí llegan miles de litros de agua de mar, que
se consumen mensualmente en Managua. La tarea es ardua y difícil por los
elevados costes de los combustibles, ya que implica un largo desplazamiento
desde el mar hasta la capital.
¿Por qué
algunos investigadores y médicos, tras la estela de conocimiento dejada por
René Quinton, hablan de Medicina Social? "Al ser el agua de mar uno de los
productos más abundantes del planeta, disponible en forma gratuita para el
acopio de la población, y conocidos los resultados de su consumo por el
bienestar que aporta a los usuarios, se ha dado una rápida y amplia difusión al
agua de mar en los años que tenemos de experiencia. Las principales
dificultades son las barreras mentales y temores ante un cambio de paradigma.
También se teme la posible contaminación marítima, pero los microorganismos
patógenos de procedencia accidental terrestre se inactivan en el mar por
diferentes mecanismos. El examen microbiológico del agua de mar realizado en el
Ministerio de Salud [de Nicaragua] ha dado resultados satisfactorios",
explica la doctora Ilari.
Con esta
iniciativa, el equipo de la doctora Ilari pretende hacer extensivo el consumo
entre la población y fomentar la organización y la solidaridad en cada
territorio y localidad para resolver el acopio de agua de mar en lugares
alejados de las costas.
El proyecto
de Dispensarios Marinos en Nicaragua abarca una población de más de 20.000
pacientes registrados en 90 dispensarios en Managua y otros 10 municipios del
país. Ademas, en México hay interés de algunos senadores en el tema para
aplicarlo a zonas vulnerables y en Guatemala ya se aplica gubernamentalmente en
un departamento del país.
Los
pacientes toman, bajo supervisión médica, una media de 500 ml de agua de mar
pura (hipertónica) o bien diluida (isotónica), según los casos. Con esta
isotonicidad se asegura que la composición en iones y oligoelementos sea
similar a la del plasma sanguíneo y el medio extracelular.
Los
resultados de esta experiencia son realmente sorprendentes: los pacientes que
siguen estas pautas consiguen reducir las dosis de medicamentos convencionales
o bien incluso dejar de tomarlos "y muchos de ellos son dados de alta
totalmente recuperados". Su equipo recoge el agua de mar directamente de la
orilla, la trasladan en camiones cisterna a la clínica Santo Domingo, en
Managua, y la almacenan en grandes depósitos plásticos de hasta 1.100 litros de
capacidad. Después, "la distribuimos gratuitamente a la población que la
pide, sin filtrar. Ya sabemos por bibliografias diferentes a las del doctor
Wílmer Soler que el agua de mar no es contaminable, ya que por ósmosis se
inactivan los microbios de procedencia accidental terrestre se deshidratan y se
mueren, pero para garantía de nuestros pacientes llevamos a analizar el agua al
Ministerio de Salud nicaragüense y el estudio la reporta como libre de
microbios patógenos, es decir, apta para el consumo humano."
Fuente: El Correo del Sol
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