Es hora


 

Cierra los ojos
Apoya la cabeza en mi pecho
Estas cansada, demasiado cansada
Este viaje ha sido largo
Déjate abrazar por mí
Repararé las grietas de tu corazón
Secaré tus lágrimas
Cierra los ojos
Estoy a tu lado
No temas
Llega la hora de tu descanso
Deja que te añoren
Deja que lloren
Deja que todo quede
Es tu hora
Hora de descansar
Hora de soltar
Vente a mi lado
Es hora de partir
Deja que mi frío beso te cubra
Deja que la muerte te abrace
Todo termina
El miedo, el dolor ya no están
El amor, los recuerdos, las risas...
Permanecerán

Autora: Rosa Francés Cardona (Izha)
Acupuntora, MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición, Coaching 3.0
Regente de la Herboristería Herbasana de Canals (Valencia).

ESCUCHA Y NO DISCUTAS CON LA VIDA

 


Piénselo, discutir con la vida es inútil. Cuando uno no escucha está dejando de aprender a cada momento. El acto de escuchar es el acto de aprender.

 

EL ARTE DE ESCUCHAR

El acto de escuchar es el acto de aprender.

Uno tiene mucho que aprender de la vida porque la vida es un movimiento de relación, y la relación es acción. Debemos aprender y no acumular conocimientos de ese movimiento que llamamos vida para después, vivir en base a ese conocimiento, lo cual es conformidad. Conformarse implica adaptarse, encajar dentro de un molde, adaptarse a diferentes impresiones, exigencias y presiones de una sociedad particular. La vida significa estar vivo, comprender. Uno debe aprender de la vida, y uno deja de aprender en el momento en que discute con la vida, cuando afronta la vida con el pasado, con su propio condicionamiento como conocimiento.

 

Así, hay una diferencia entre acumular conocimiento y aprender. Uno debe tener conocimientos, de lo contrario no sabría dónde vive, no recordaría su nombre, etc. Por tanto, en cierto nivel el conocimiento es imprescindible, pero cuando ese conocimiento se utiliza para comprender la vida, que es un movimiento, que es algo vivo, que se mueve, que es dinámico, que cambia a cada momento, cuando uno no puede moverse con la vida, entonces vive en el pasado y trata de comprender esa cosa extraordinaria llamada vida. Para comprender la vida tiene que aprender cada minuto y nunca afrontarla como algo aprendido.

 

NO ESCUCHAMOS

Hay demasiado ruido a nuestro alrededor, demasiado parloteo en nuestro interior.

Hay demasiadas dudas, exigencias, urgencias e impulsos. Hay tantas cosas y nunca escuchamos ninguna de ellas completamente, totalmente y hasta el final. Si fuera tan amable de escuchar así, vería que, sin intervención suya, la mutación, el vacío, la transformación, la percepción de lo real se manifiesta. No tiene que hacer nada porque lo que haga interferirá, porque es codicioso, envidioso y porque está lleno de odio, ambición, y de todo lo que puede fabricar su mente. Si puede escuchar con alegría, vitalidad, sin esfuerzo, quizás entonces en el sereno y profundo silencio, conozca lo que es la verdad; y solo esa verdad libera, nada más. Por eso, uno debe mantenerse completamente solo e independiente en esto. No puede escuchar a través de otro; no puede ver con los ojos de otro; no puede pensar con los pensamientos de otro. Sin embargo, sigue escuchando a través de otros, mirando a través de las actividades, los santos, y los dictados de otros. Así, si descarta todas estas cosas secundarias, esas actividades de otros, y es sencillo, tranquilo, y escuchar, entonces lo verá.

 

ESCUCHAR ES VER LA VERDAD

El arte de escuchar es el terreno.

Solo escuche, porque si es capaz de escuchar y de ver la verdad de lo que se dice, entonces el pensamiento no intervendrá. Si está en ese estado de escucha, el hecho, la verdad, actuarán. Si planta una semilla en la tierra y tiene vitalidad, crecerá. De la misma manera, el arte de escuchar es el terreno. El acto de escuchar solo es posible cuando hay atención, y no hay atención si interfiere la interpretación, la valoración, la condena o el juicio de eso que escucha. Si escucha totalmente, con atención, sin ningún observador, que es el pensador, entonces ese mismo acto de escuchar elimina lo falso y solo se escucha lo verdadero.

 

El acto de escuchar es el terreno. En ese campo, se puede sembrar cualquier semilla, y solo la semilla tiene vitalidad, energía, fuerza para crecer, para florecer. Eso es lo que realmente estamos haciendo ahora. Estamos escuchando sin aceptar o rechazar, sin juzgar. Estamos escuchando tan completamente que el mismo acto de escuchar destruye lo falso y permite que la semilla de la verdad se arraigue.

 

ESCUCHAR ES UN MILAGRO

Es acto de escuchar es en sí mismo un milagro.

Escuchar es un arte del que muy pocos son capaces. Nunca escuchamos, realmente. La palabra tiene un sonido y cuando escuchamos el sonido lo interpretamos, tratamos de interpretarlo según nuestro propio lenguaje o tradición. Nunca escuchamos con profundidad, sin distorsión. Por eso, quien les habla sugiere, respetuosamente, que escuchen y no interpreten lo que se dice. Cuando le cuentan una historia interesante a un muchacho, él escucha con un sentido enorme de curiosidad y energía. Quiere saber lo que sucederá, y espera con ansiedad hasta el final. Pero nosotros, la gente adulta, hemos perdido toda curiosidad y la energía para descubrir, esa energía necesaria para ver con claridad las cosas como son, sin distorsionarlas. Nunca nos escuchamos unos a otros. Nunca escucha a su esposa, ¿lo hace? La conoce muy bien, o ella a usted. No está ese sentido de profundo afecto, de amistad, de concordia que hace que uno y otro se escuchen, tanto si nos gusta como si no. Sin embargo, si escucha de forma completa, ese acto de escuchar es en sí mismo un milagro.

 

ESCUCHAR ES UN ARTE

Escuchar sin el oído.

Existe un arte de escuchar. La palabra arte significa poner cada cosa en su justo lugar. Si comprende el significado de esa palabra, el verdadero arte no es pintar cuadros, sino el arte de poner su vida en su justo lugar, lo cual es vivir en armonía. Cuando pone cada una de sus cosas en su justo lugar, es libre. Poner cada cosa en su justo lugar forma parte de la inteligencia. Dirá que le damos un nuevo significado a la palabra inteligencia; uno debe hacerlo. Inteligencia significa leer entre líneas, entre palabras, entre silencios, entre discursos, escuchar con la mente todo el tiempo, atento para escuchar. Escuchar no solo con el oído, sino también sin el oído.

 

DOS ESCUCHAS

Dos maneras de escuchar.

Como saben, hay dos maneras diferentes de escuchar, a saber escuchar casualmente, escuchar una serie de ideas, estando de acuerdo o en desacuerdo con ellas, pero también existe otra forma de escuchar que no solo consiste en escuchar las palabras y su significado, sino también en escuchar lo que realmente está sucediendo en uno. Si uno escucha de esa manera, entonces, lo que dice quien les habla tiene relación con lo que escuchan de sí mismos, entonces no están tan solo escuchando a quien les habla, lo cual es irrelevante, sino todo el contenido de su propio ser. Si escuchan con esa intensidad, al mismo tiempo y en el mismo nivel, estaremos participando juntos, compartiendo lo que de hecho está sucediendo. En ese momento uno tiene la pasión que transforma ‘lo que es’.

 

ESCUCHARLO TODO

Escucha los ruidos lejanos como los cercanos.

¿Alguna vez se ha sentado en silencio, sin fijar su atención en nada, sin hacer esfuerzos para concentrarse, con la mente en calma, realmente en silencio? Entonces escucha todo, ¿no es cierto? Escucha los ruidos lejanos como los cercanos, los que están muy cerca, esos ruidos inmediatos, eso en realidad significa que escucha todo. Su mente no se limita a un único y pequeño canal. Si puede escuchar de esa forma, escuchar con facilidad, sin esfuerzo, descubrirá que sucede un cambio extraordinario en usted, un cambio que llega sin su voluntad, sin que lo pida, y en ese cambio hay enorme belleza y profunda percepción.

 

VER Y ESCUCHAR

Atención implica ver y escuchar.

Atención implica ver y escuchar. No solo escuchamos con el oído sino que también somos sensibles al tono, a la voz, a lo implícito en las palabras; se trata de escuchar sin interferencias, de captar de manera instantánea la profundidad de un sonido. El sonido juega una parte extraordinaria en nuestras vidas: el sonido de un trueno, una flauta que toca a la distancia, el sonido sordo del universo, el sonido del silencio, el sonido de nuestro propio corazón latiendo, el sonido del pájaro y el del hombre que camina por la acera, la cascada. El universo está lleno de sonidos. Ese sonido tiene su propio silencio; todas las cosas vivas están incluidas en ese sonido del silencio. Estar atento es escuchar ese silencio y moverse con él.

 

ESCUCHA CON ATENCIÓN

Darse cuenta de la inatención.

Atención es ese escuchar y ver, y esa atención no tiene límites, resistencia, por tanto, es ilimitada.

Estar atento implica esa inmensa energía, no es quedarse clavado en un punto. En esa atención no hay un movimiento repetitivo, no es mecánico. No se trata de cómo mantener esa atención; si uno aprende el arte de ver y escuchar, esa atención puede focalizarse en una página, en una palabra. Ahí no hay resistencia, que es la actividad de la concentración. La inatención no puede mejorarse para que sea atención. Darse cuenta de la inatención termina con la inatención, no se trata de que la inatención se convierta en atención. Terminar no tiene continuidad. El pasado modificándose a sí mismo es el futuro, una continuidad de lo que ha sido, y encontramos seguridad en la continuidad, no en el terminar. Así que la atención no tiene esa cualidad de continuidad. Cualquier cosa que tenga continuidad es mecánica. El llegar a ser es mecánico e implica tiempo. La atención no tiene esa cualidad del tiempo. Todo esto es un asunto muy complicado. Uno debe investigarlo en profundidad y con sumo cuidado.

 

Uno deja de aprender en el momento en que discute con la vida.

 

JIDDU KRISHNAMURTI


EL VALOR REAL ENTRE MEDITAR Y ORAR - MEDITACIÓN


 

El Meditar te lleva al conocimiento propio al valor real de orar, a una verdadera acción. No hay confusión, no suplicáis a nadie que os saque de ella.

 

ORACIÓN Y MEDITACIÓN

¿El anhelo que se expresa en la oración no es un camino hacia Dios?

Vamos a examinar en primer término los problemas contenidos en esta pregunta. Ella comprende la oración, la concentración y la meditación. Ahora bien, ¿qué entendemos por oración? Ante todo, en la oración hay súplica, ruego a lo que llamáis Dios, la Realidad. Vosotros, como individuos, pedís, suplicáis, rogáis y buscáis ser guiados por algo que llamáis Dios; vuestro enfoque, por lo tanto, consiste en buscar recompensa, satisfacción. Os halláis en dificultades, nacionales o individuales, e imploráis que se os guíe. O estáis confusos, y rogáis que se os permita ver claro; esperáis ayuda de lo que llamáis Dios. Esto implica que Dios, sea lo que Dios fuere esto no lo discutiremos por ahora- habrá de disipar la confusión que vosotros y yo hemos creado. Porque, al fin y al cabo, somos nosotros quienes hemos producido la confusión, la miseria, el esos, la espantosa tiranía, la falta de amor; y queremos que lo que llamamos Dios despeje todo eso. En otras palabras; deseamos que nuestra confusión, nuestra miseria, nuestro dolor, nuestro conflicto, sean disipados por otro; suplicamos a otro ser que nos traiga luz y felicidad.

 

ORACIÓN

Cuando oráis, cuando rogáis, cuando suplicáis pidiendo algo, generalmente se lo obtiene.

Cuando pedís, recibís; pero lo que recibís no creará orden porque lo que recibís no trae claridad, comprensión. Solo satisface, brinda placer, pero no produce comprensión; porque, cuando pedís, recibís aquello que vosotros mismos proyectáis. ¿Cómo puede la realidad, Dios, responder a vuestra petición particular? ¿Puede lo inconmensurable, lo innominable, tener algo que ver con nuestras pequeñas y mezquinas zozobras, miserias, confusiones, que nosotros mismos hemos creado? ¿Qué es, por consiguiente, lo que responde? Es obvio que lo inconmensurable no puede responder a lo mensurable, a lo insignificante, a lo pequeño. ¿Pero qué es lo que responde?...

En ese momento, cuando rogamos, nos hallamos bastante aquietados, en un estado de receptividad; y nuestro propio subconsciente nos trae una claridad momentánea. Es decir, deseáis algo, lo anheláis, y en ese momento de anhelo, de sumisa súplica, estáis bastante receptivos; vuestra mente consciente, activa, está comparativamente serena, en calma, de modo que lo inconsciente se proyecta en eso y recibís una respuesta. Pero no es, ciertamente, una respuesta de la realidad, de lo inconmensurable; es vuestro propio inconsciente que responde. No nos confundamos, pues, y no pensemos que cuando vuestra plegaria es atendida estáis en relación con la realidad. La realidad debe venir a vosotros; no podéis ir a ella.

 

MENTE

En este problema de la oración hay luego otro factor envuelto: la respuesta de aquello que denominamos voz interior. Como ya lo he dicho, cuando la mente suplica, ruega, está comparativamente serena; y cuando oís la voz interior, es vuestra propia voz, que se proyecta en esa mente relativamente serena. Una vez más, ¿cómo puede ser eso la voz de la realidad? Una mente confusa, ignorante, codiciosa, exigente, suplicante, ¿cómo puede comprender la realidad? La mente puede recibir la realidad tan solo cuando está absolutamente en calma, sin pedir, sin codiciar, sin anhelar, sin rogar, ya sea para vosotros mismos, para la nación o para el prójimo. Cuando la mente está serena en absoluto, cuando el deseo cesa, solo entonces adviene la realidad. Una persona que pide, que ruega, que suplica, que anhela ser dirigida, hallará lo que busca, pero ello no será la verdad. Lo que reciba será la respuesta de las capas inconscientes de su propia mente, que se proyectan en lo consciente; y esa vocecita silenciosa que os dirige no es lo real sino tan solo la respuesta de lo inconsciente.

 

CONCENTRACIÓN

En este problema de la oración está lo relativo a la concentración.

Para la mayoría de nosotros, la concentración es un proceso de exclusión. La concentración se produce por el esfuerzo, la coacción, la dirección, la imitación, por lo cual la concentración es un proceso de exclusión. Me intereso en la así llamada meditación, pero mis pensamientos se distraen, divagan. Fijo, pues, mi mente en un cuadro, una imagen, o en una idea, y excluyo todos los otros pensamientos; y a este proceso de concentración, que es exclusión, se lo considera como un medio de meditar. Es eso lo que hacéis, ¿verdad? Cuando os sentáis a meditar, fijáis vuestra mente en una palabra, en una imagen o en un cuadro; pero la mente vaga por todas partes. Hay constante interrupción de otras ideas, otros pensamientos, otras emociones, y tratáis de alejarlos; empleáis vuestro tiempo batallando con vuestros pensamientos.

A este proceso vosotros lo llamáis Meditación. Esto es, procuráis concentraros en algo que no os interesa, y vuestros pensamientos continúan multiplicándose, aumentando, interrumpiendo. De suerte que gastáis vuestra energía en excluir, en desviar, en rechazar; y si podéis concentraros en un pensamiento escogido, en un objeto determinado, creéis que por fin habéis logrado éxito en la meditación. Eso, por cierto, no es meditación, ¿verdad? La meditación no es un proceso de excluir, excluir en el sentido de evitar las ideas intrusas, de erigir contra ellas una resistencia. La plegaria, pues, no es meditación, y la concentración excluyente no es meditación.

 

MEDITACIÓN

¿Qué es, pues, la meditación?

La concentración no es meditación, porque, cuando hay interés, es relativamente fácil concentrarse en algo. Un general que hace planes para la guerra, para la matanza, está muy concentrado. Un hombre de negocios ocupado en ganar dinero está muy concentrado; hasta puede ser cruel al prescindir de todo otro sentimiento y concentrarse completamente en lo que él desea. Un hombre que está interesado en cualquier cosa se concentra de un modo natural, espontáneo. Pero esa concentración, por cierto, no es meditación, es una mera exclusión.

 

¿Qué es, entonces, la meditación?

La meditación es por cierto comprensión, la meditación del corazón es comprensión. ¿Cómo puede haber comprensión habiendo exclusión? ¿Cómo puede haber comprensión cuando hay ruego, súplica? En la comprensión está la paz, la libertad; quedáis libres de aquello que comprendéis. Pero el mero hecho de concentrarse o de orar no trae comprensión. La comprensión es la base misma, el proceso fundamental de la meditación. No tenéis que aceptar mi palabra al respecto; pero si examináis la oración y la concentración con mucho cuidado, a fondo, hallaréis que ninguna de ellas trae comprensión. Sólo conducen a la obstinación, a la fijación, a la ilusión. Mientras que la meditación, en la cual hay comprensión, trae libertad, claridad e integración.

 

COMPRENSIÓN

¿Qué entendemos por comprensión?                                    

La comprensión significa atribuir significado verdadero, dar su verdadero valor a todas las cosas. Ser ignorante es dar falsos valores. Está en la naturaleza misma de la estupidez la falta de comprensión de los verdaderos valores. La comprensión, pues, surge cuando existen verdaderos valores, cuando los verdaderos valores son establecidos. ¿Y cómo habrá uno de establecer verdaderos valores: el verdadero valor de la propiedad, el verdadero valor de las relaciones, el verdadero valor de las ideas? Para que surjan los verdaderos valores, es preciso que comprendáis al pensador, ¿no es así? Si no comprendo al pensador, que soy yo mismo, lo que yo escojo carece de sentido.

Es decir, si no me conozco a mí mismo, mi acción, mi pensamiento, no tienen fundamento alguno. De suerte que el conocimiento propio es el comienzo de la meditación; no el conocimiento que uno obtiene de los libros, de las autoridades, de los gurús, sino el conocimiento que surge de la explotación de uno mismo, que es auto percepción. La meditación es el principio del conocimiento propio, y sin conocimiento propio no hay meditación. Porque, si no comprendo las modalidades de mis pensamientos, de mis sentimientos, si no comprendo mis móviles, mis deseos, mis exigencias, mi busca de normas de acción, que son ideas; si no me conozco a mí mismo, no existe base para pensar. Y el pensador que solo pide, niega o excluye, sin comprenderse a sí mismo, tiene inevitablemente que terminar en la confusión, en la ilusión.

 

CONOCIMIENTO PROPIO

 La meditación es el principio del conocimiento propio.

El principio de la meditación es, pues, el conocimiento propio, y éste significa darse cuenta de todo movimiento del pensar y del sentir, conocer todas las capas de mi conciencia, no solo las superficiales sino las ocultas, las actividades profundamente encubiertas. Mas para conocer las actividades profundamente encubiertas, los móviles, respuestas, pensamientos y sentimientos ocultos, tiene que haber tranquilidad en la mente consciente; es decir, la mente consciente debe estar en calma, serena, a fin de recibir la proyección de lo inconsciente.

La mente superficial, consciente, está ocupada con sus diarias actividades: ganar el sustento, engañar y explotar a los demás, huir de los problemas, todas las diarias actividades de nuestra existencia. Esa mente superficial tiene que comprender el verdadero significado de sus propios actividades, y con ello lograr tranquilidad para sí misma. No puede lograr tranquilidad, calma, por la mera regulación, por la coacción, por la disciplina. Sólo puede lograr tranquilidad, paz, serenidad, comprendiendo sus propias actividades, observándolas, dándose cuenta de ellas, viendo su propia crueldad, cómo habla al sirviente, a la esposa, a la hija, a tu madre, y lo demás.

Cuando la mente superficial, consciente, se da así plena cuenta de todas sus actividades, mediante esa comprensión llega ella a estar espontáneamente tranquila, no narcotizada por la coacción ni regulada por el deseo; entonces está capacitada para recibir las intimaciones, las insinuaciones de lo inconsciente, de las muchísimas capas ocultas de la mente: los instintos raciales, los recuerdos enterrados, los secretos deseos, las profundas heridas que aún no han sido sanadas. Tan solo cuando todo eso se ha proyectado y ha sido comprendido, cuando la totalidad de la conciencia se ha descargado y ya no está trabada por ninguna herida, por ninguna clase de recuerdo, está ella en condiciones de recibir lo eterno.

 

CONCLUSIÓN

Sin conocimiento propio no hay meditación.

Si no os dais cuenta en todo momento de todas vuestras reacciones, si no sois plenamente conscientes, si no os dais plena cuenta de vuestras diarias actividades, el mero hecho de encerraros en una habitación y sentaros frente a un cuadro de vuestro guía espiritual, de vuestro Maestro, de meditar, es una escapatoria. Sin conocimiento propio, en efecto, no hay verdadero pensar, y sin verdadero pensar lo que vosotros hacéis carece de sentido, por nobles que sean vuestras intenciones. La oración no tiene, pues, significado alguno sin conocimiento propio; mas cuando hay conocimiento propio hay verdadero pensar, y por lo mismo verdadera acción. Cuando hay verdadera acción no hay confusión, y por lo tanto no suplicáis a nadie que os saque de ella.

Un hombre que es plenamente sensible, perceptivo, está meditando; él no ora, porque nada desea. Mediante la oración, la disciplina, la repetición, y todo lo demás, podéis producir cierta serenidad; pero eso es simple embotamiento, y reduce la mente y el corazón a un estado de hastío, de cansancio. Con ello se narcotiza la mente; y la exclusión, que llamáis concentración, no conduce a la realidad; jamás lo podrá exclusión alguna. Lo que trae comprensión es el conocimiento propio, y no es muy difícil ser consciente, perceptivo, habiendo verdadera intención.

Si os interesa descubrir todo el proceso de vosotros mismos no solo la parte superficial sino el proceso integro de todo vuestro ser-, entonces ello resulta relativamente fácil. Si realmente deseáis conoceros a vosotros mismos, escudriñaréis vuestro corazón y vuestra mente para conocer su pleno contenido; y cuando exista la intención de conocer, conoceréis. Entonces podréis seguir, sin condenación ni justificación, todo movimiento del pensar y del sentir; y siguiendo todo pensamiento y todo sentimiento a medida que surge, realizaréis una paz que no será producto de la voluntad ni de la disciplina sino el resultado de no tener ningún problema, ninguna contradicción. Es como el lago que se vuelve apacible, sereno, cuando al caer la tarde ya no sopla el viento; y cuando la mente está serena, aquello que es inconmensurable se manifiesta.

 

JIDDU KRISHNAMURTI

 

VALORES HUMANOS


 Las peculiaridades de los seres humanos es la de cultivar valores. En la infancia se nos incita a establecer ciertos valores profundamente arraigados.

JIDDU KRISHNAMURTI

 

CARTAS A LAS ESCUELAS

Una de las peculiaridades de los seres humanos es la de cultivar valores. Desde la infancia se nos incita a establecer para nosotros mismos ciertos valores profundamente arraigados. Cada persona tiene sus propios designios y propósitos perdurables. Naturalmente, los valores de uno difieren de los del otro. Se cultivan sea por el deseo o por el intelecto. Pueden ser ilusorios, confortables, consoladores o factuales. Estos valores, obviamente, fomentan la división entre hombre y hombre; los valores son nobles o innobles conforme a los propios prejuicios e intenciones. Sin que enumeremos los diversos tipos de valores, ¿por qué los seres humanos tienen esos valores y cuáles son sus consecuencias? La raíz etimológica de la palabra valor es fortaleza. La fortaleza no es un valor. Se vuelve un valor cuando es el opuesto de la debilidad. La fortaleza - no de carácter, que es un resultado de la presión social - es la esencia de la claridad. El claro pensar es un pensar sin ideas preconcebidas, sin prejuicios; es una observación sin distorsión alguna. La fortaleza o valor no es una cosa para ser cultivada como uno cultivaría una planta o una nueva especie. No es un resultado. Un resultado tiene una causa, y cuando existe una causa, ello indica una debilidad; las consecuencias de la debilidad son la resistencia o la complacencia. La claridad no tiene causa. La claridad no es ni un efecto ni un resultado; es la para observación del pensamiento y de su actividad total. Esta claridad es fortaleza.

 

Si esto se comprende claramente, ¿por qué, entonces, los seres humanos han proyectado valores? ¿Es para que estos les proporcionen una guía en la vida cotidiana? ¿Es para que les den un propósito, pues de lo contrario la vida se vuelve insegura, vaga y carece por completo de dirección? Pero la dirección la establecen el intelecto o el deseo y, por tanto, la dirección misma se vuelve una distorsión. Estas distorsiones varían de un hombre a otro, y el hombre se aferra a ellas en el inquieto océano de la confusión. Uno puede observar las consecuencias de tener valores: estos separan al hombre del hombre y colocan a un ser humano contra otro. Al extenderse, esto conduce a la miseria, a la violencia y, por último, a la guerra.

 

Los ideales son valores. Los ideales de cualquier tipo son una serie de valores - nacionales, religiosos, colectivos, personales - y uno puede observar cuáles son las consecuencias de estos ideales a medida que ellos ocupan su lugar en el mundo. Cuando uno ve la verdad de esto, la mente se libera de todos los valores; y para una mente así solo existe la claridad. Una mente que desea una experiencia o se aferra a ella, está persiguiendo la falsedad del valor, y así se vuelve particular, reservada y divisiva.

 

Como educador, ¿puede usted explicar esto a un estudiante? ¿Explicarle que no debe tener valores de ninguna clase sino vivir con claridad - la cual no es un valor? Ello puede lograrse cuando el propio educador ha sentido profundamente la verdad de esto. Si no, todo se vuelve meramente una explicación verbal sin ninguna significación profunda. Esto ha de ser transmitido no solo a los estudiantes de mayor edad sino a los muy jóvenes. Los estudiantes mayores ya están fuertemente condicionados por la presión de la sociedad y por la que ejercen los padres con sus propios valores; o son ellos mismos los que han proyectado sus metas, que se convierten en su prisión. Con los muy jóvenes, lo más importante es ayudarles a que ellos mismos se liberen de presiones y problemas psicológicos. Actualmente, a los muy jóvenes se les enseña complicados problemas intelectuales; sus estudios se vuelven más y más técnicos; se les provee de más y más información abstracta; múltiples formas de conocimiento se imponen a sus cerebros condicionándolos de ese modo desde la infancia misma. Mientras que lo que a nosotros nos interesa es ayudar a los muy jóvenes a no tener problemas psicológicos, a estar libres de temor, ansiedad, crueldad, a que sean solícitos, a que tengan generosidad y afecto. Esto es mucho más importante que la imposición de conocimientos a sus jóvenes mentes. Lo cual no significa que el niño no deba aprender a leer, a escribir, etcétera, pero el acento ha de ser puesto en la libertad psicológica en lugar de ponerlo en la adquisición de conocimientos, aunque estos sean necesarios. Esta libertad no significa que el niño haga lo que le plazca, sino que implica ayudarle a que comprenda la naturaleza de sus reacciones, de sus deseos.

 

Esto requiere muchísima claridad de discernimiento por parte del maestro. Después de todo, usted quiere que el estudiante sea un ser humano completo sin ninguna clase de problemas psicológicos; de lo contrario, él dará un mal uso a cualquier conocimiento que se le imparta. Nuestra educación actual consiste en vivir dentro de lo conocido y, de ese modo, ser un esclavo del pasado con todas sus tradiciones, recuerdos, experiencias. Nuestra vida es de lo conocido a lo conocido, y así jamás estamos libres de lo conocido. Si uno vive constantemente en lo conocido, no existe nada nuevo, nada original, nada que no esté contaminado por el pensamiento. El pensamiento es lo conocido. Si nuestra educación es la constante acumulación de lo conocido, entonces nuestras mentes y corazones se vuelven mecánicos sin esa inmensa vitalidad de lo desconocido. Lo que tiene continuidad es conocimiento y es perpetuamente limitado. Y lo que es limitado debe crear problemas perpetuamente. El cese de la continuidad - la continuidad es tiempo - es el florecimiento de lo intemporal.

 

JIDDU CRISHNAMURTI

Fuente: La Iluminacion Espiritual

 




SI SUFRES BUSCA EL MOVIMIENTO

 


Cuando nos  sentimos  superados, cansados y abrumados por las circunstancias que nos rodean; claramente,  ha llegado el momento de dar un paso hacia delante y hacer un cambio radical en nuestra manera de ser.

Hay etapas de nuestra vida  donde la crisis se hace más que evidente. Sentimos angustia, soledad, ansiedad y no encontramos  una razón suficientemente fuerte para salir adelante o que nos dé esa dosis de valor necesaria para cambiarlo todo.

Somos en ese momento invadidos por un ejército  que lejos de ayudarnos,  nos  confunden y hasta nos bloquean más emocional y mentalmente.

 

No sufras!! Estos sentimientos y emociones  son muy constructivos si puedes superarlos.

Si  sientes que eres la misma persona que fuiste ayer, que el día y las experiencias que viviste no te trajeron un aprendizaje ni un cambio mínimo, una nueva idea, puede ser que no avanzaste, que no creciste, en tu camino por la vida;  de hecho, puede ser que quizás, has retrocedido.

Quedarnos estancados en el mismo lugar implica, en realidad, dar un paso hacia atrás. La vida es movimiento, es crecer, aprender, descubrir y encontrar una razón e ilusión para caminar hacia adelante. Eso es vivir… Renacer, reinventarse cada día.

En ocasiones la vida nos pone a prueba con situaciones límite que nos obligan a cambiar. Nos acontecen enfermedades, el proceso normal de crecimiento, la partida de los hijos, divorcios, matrimonios con desavenencias, pérdidas de seres queridos, etc. ¿Cuál es el problema real de todos estas circunstancias vitales? Que si no somos capaces de cambiar ante tales circunstancias, sucumbiremos ante ellas.

Todo tipo de alteración o  transformación implica que hay que tomar una nueva dirección, un nuevo destino o desarrollar una nueva manera de pensar y de actuar. Sin duda, de alguna manera, estos momentos nos marcan y definen algunas etapas de nuestra vida.

En esos momentos resulta de crucial importancia definir qué es lo que queremos lograr y quiénes somos. Siempre tenemos opciones, tenemos la posibilidad de elegir, de hacer o de no hacer. Si no nos  arriesgamos a cambiar, el precio por permanecer igual y conformarnos es aún mayor, y probablemente nunca descubramos hasta dónde hubiéramos podido llegar ni qué podríamos haber sido.

 

Para poder cambiar es importante saber quién eres.

¿Sabes cuánto te conoces?

Nuestras características, tanto las buenas como las menos buenas; nos definen, nos hacen ser lo que somos. Nuestras debilidades nos hacen crecer, aprender y mejorar, los atributos positivos o fortalezas nos dan confianza, nos alientan y nos fortalece el carácter.

Por tanto, es por ello   que  estas características no deben calificarse como positivas o negativas. Lo que dentro de un contexto determinado es una debilidad, en otro totalmente diferente  puede ser una fortaleza. Por ejemplo, una persona  mentirosa puede utilizar esta característica de su personalidad como una herramienta de  creatividad e ingenio para escribir una novela maravillosa o  bien,  para convertirse en actor profesional. Por el contrario también  y mal aplicado,  puede convertirse en una debilidad y una fuente de problemas para esa persona y para quien le rodea.

El secreto consiste en saber utilizar positivamente todas las habilidades y destrezas con las que contamos. Podemos trabajar en nosotros mismos; conocer y  aprender a utilizar de manera positiva todas  esas debilidades de nuestra personalidad para propósitos constructivos. Obsérvate y piensa en ello.

 

Te recomendamos estos objetivos de mejora personal:

Identificar el área en la que debes trabajar.

Tener presente que conocer y ser consciente de  tus debilidades equivale a descubrir un nuevo poder.

Descubrir y usar tu creatividad hasta convertir tus defectos y debilidades en fortalezas.

Actitudes que te pueden ayudar a conseguirlo:

Editar tus propios pensamientos. Es decir, que si te descubres teniendo pensamientos  negativos dales la vuelta y conviértelos en un enunciado positivo.

Las afirmaciones se deben realizar de manera concreta, en positivo, tiempo presente, en primera persona  y darlas como realizadas. (APRENDE A AFIRMAR)

Sonríe con frecuencia aunque a veces sea difícil. Está comprobado que sonreir libera neurotrasmisores (endorfina) que disminuyen el estrés. El cerebro no distingue entre una sonrisa artificial y una verdadera. Recuerda que nuestro comportamiento puede cambiar nuestras emociones.

Mantén una perspectiva y actitud positiva ante la vida y anticipa resultados favorables

Y sobre todo….  Reconoce todo cuanto tienes por poco que sea. Sé agradecido/a. Expresa siempre tu gratitud por todo y todos los que te rodean. Verás como todo a tu alrededor comienza a cambiar positivamente.

 

Fuente: EL MUNDO DEL YOGA




ESCUCHO, OLFATEO, TOCO Y SABOREO

ESCUCHO, OLFATEO, TOCO Y SABOREO

Motivación antes de leer a Jiddu Krishnamurti

 

Nuestros sentidos son las herramientas principales de nuestro ser y fueron proporcionadas por nuestra madre la Sabiduría para llevar a cabo nuestra misión en esta vida, la obligación de cada ser humano es utilizar sus herramientas para evolucionar de la mejor forma, debemos saber escuchar, oler, palpar y disfrutar, en ocasiones no la pasamos sufriendo porque creemos que la vida no nos da felicidad, sin saber que la felicidad y el amor esta constantemente entre nosotros.

 

Escuchemos una bonita canción, un poema, una palabra de amor, o simplemente disfrutar del aroma de una bella rosa, el roció del amanecer, quizá también con tan solo dar un buen abrazo a un ser querido, una caricia al ser amado, o mas fácil aun, si te encuentras con nostalgia porque no disfrutar de los sabores de la vida con un simple helado, un rico café, un simple chocolate, aprende a utilizar y explotar tus sentidos, vivirás una vida mas intensa y prospera.

 

DESPERTAR ENORMEMENTE TODOS LOS SENTIDOS

-Jiddu Krishnamurti-

 

El arte más importante en la vida es el arte de vivir. La armonía es una cualidad esencial para llevar una vida profunda y plena. La armonía de la belleza es la capacidad de percibir. Percibir significa que debemos ser realmente sensibles y la sensibilidad viene de la profundidad del silencio. No es posible percibir si no hay cierta profundidad de silencio. Ser sensible en la relación es darse cuenta el uno del otro. El arte de vivir es descubrir una forma de relacionarse sin que exista el conflicto donde haya un fluir armonioso. Uno debe observarse a sí mismo. De esa observación surge el arte de vivir. El arte de vivir es poner las cosas juntas en armonía, es observar las contradicciones en uno mismo, observar todo esto y no crear el opuesto, observar y vivir con ese hecho.

¿Qué es el silencio? El silencio necesita espacio. Ese espacio no debe ser ocupado por el ego. El espacio significa silencio. ¿Qué significa tener espacio? ¿Existe un espacio que no tenga límite? Si captamos plenamente esta cuestión con todos los sentidos, descubriremos que existe ese espacio inmenso, que está relacionado con el universo, que no tiene centro y que no tiene límites. El aprender de uno mismo es infinito pero el aprender de los libros es muy limitado: todo conocimiento es limitado, no hay un conocimiento completo de nada. Debemos conocernos a nosotros mismos mediante la observación. Y para observar debe haber silencio porque cuando observamos estamos aprendiendo.

 

¿El pensamiento puede darse cuenta de sí mismo? ¿El pensador es diferente del pensamiento? El pensamiento ha creado al pensador separado de su pensamiento. El pensador actúa sobre sus propios pensamientos ejerciendo un control sobre ellos. En ese preciso instante, surge el conflicto al establecerse una división entre el pensador y el pensamiento. Por eso, debemos descubrir por qué existe esa dualidad entre el pensamiento y nosotros mismos, y por consiguiente, una división entre el pensador y el pensamiento.

 

JIDDU KRISHNAMURTI



 

LUNA NUEVA en Virgo – 2/3 de Septiembre 2024

 


Ya marchamos hacia un nuevo ciclo lunar en el signo de la Hija (Persefone) que regresa a casa o se marcha dependiendo de en qué Hemisferio te encuentras. Para los que nos encontramos en el HN, Ceres o Demetra vuelve a perder a su hija, a medida que nos dirigimos hacia el Otoño. Persefone vuelve al Submundo o el Gran Abajo a los brazos de su tio/marido, el gran Hades, donde ella deja de ser Hija para recuperar su poder. Para aquellos en el HS, la joven doncella retorna a los brazos de la madre, donde ella deja de ser la Reina del Submundo para convertirse una vez más en Hija. Este proceso por supuesto ocurre para el Equinoccio del 21 de Septiembre, tres días después de la próxima Luna Llena en Piscis, cuando tendremos un Eclipse Parcial de Luna.

 

La razón por la cual menciono este proceso ahora para la Luna Nueva en Virgo es porque este es el comienzo de esta lunación o ciclo lunar que se forma en el signo de la Virgen representado por Perséfone en su transformación en adulta o mujer, cuando deja de ser una niña inocente, de ser Hija y se convierte en la reina del Submundo junto a Hades. Astrea, otra hija de Zeus, como lo es Persefone es la otra doncella que representa el signo de Virgo, y ambas son la expresión de ser hijas de lo divino, ambas tienen padres olímpicos, ya que Persefone es hija de Zeus con Ceres y Astrea de Zeus y Temis. En ambas historias son las hijas de dioses o sea la expresión más terrenal del poder divino. Representan la búsqueda de ese balance entre lo humano y lo divino que todos nosotros los sapiens desesperadamente buscamos.

 

Pero Virgo, en la historia de Persefone, busca aún más, es decir quiere encontrar su propio valor y su propia identidad en el proceso de individuación a través de lo que «hace». Aquello que lo/a va llevar a dejar de ser Hija/o, a divorciarse del mandato parental. Una de las características de Persefone, es que en el arreglo entre Hades y su madre Ceres de pasar ciertos meses del año con uno y el resto con el otro, es que a ella nadie le pregunta nada. Es en el proceso de «subir» a estar con su madre para luego «bajar» a estar con su marido, es que ella descubre que cuando es Hija, no tiene poder alguno, pero cuando está en el Submundo, en la Tierra, ella es Reina y no sólo tiene poder sino que tiene identidad propia. Este tema Ceres/Persefone resuena con la historia de la madre (Cáncer) y dejar de ser madre y de Persefone (VIrgo) y dejar de ser Hija.

 

Esta Luna Nueva en Virgo sincrónicamente se forma cuando el planeta enano Ceres, en conjunción exacta a Pholus, el centauro que destapa la olla ancestral a 7º de Capricornio, que forman aspecto de trígono al Sol y la Luna a 11º Virgo, pero principalmente también forman una cuadratura exacta a los Nodos Lunares a 7º Aries-Libra. Que nos dice todo ello? Esta es una oportunidad única para meditar sobre mi propósito de vida particularmente en lo que concierne a cómo expreso mis talentos. Los uso para lo que me pide mi alma o estoy siguiendo un mandato familiar? Ha llegado el momento de dejar a Madre/Padre y lanzarme a «hacer» lo que siento y/o intuyo que debo hacer? o sigo el camino marcado por mis padres? Como dice Gabor Maté: » el peor peso que acarreamos nosotros los humanos (que aún somos «hijos/as»), es la vida o propósitos no vividos por los padres.» En el proceso de individuación o convertirnos en adultos, podemos aliviar ese peso y esto es parte del mensaje de la historia de Persefone al convertirse en la Diosa del Submundo. Tomar responsabilidad cada uno de nosotros para poder convertir el mundo en lo que queremos que se convierta.


Marte, a punto de partir de Géminis, después de habernos vueltos un poco locos con tanta interacción al juntarse a Júpiter, nos dará un respiro al formar esta cuadratura a Neptuno y de alguna manera nos toca meditar en que hemos aprendido en este proceso de intensa conexión mental. Cuan importante es la opinión de los demás es uno de los temas a tomar en cuenta. Las energías se disuelven y un cansancio mental nos pide Re-planear nuestras acciones.

 

Justo para la Luna Nueva, el Señor del Gran Abajo, Plutón, retorna a Capricornio hasta el 18 de Noviembre por última vez en nuestra existencia. Nadie de los que estamos vivos en el planeta hoy, volveremos a experimentar a Plutón en Capricornio, como lo hemos venido haciendo desde Febrero del 2008, que nos ha dejado a todos con un sabor de desconfianza de nuestras instituciones y nuestros gobiernos. Nos puso en evidencia la corrupción, desinterés y estupidez de aquellos que se pasean por los corredores del poder. En su entrada a Acuario, por donde se paseará por 20 años, nos toca a todos hacernos cargo, tomar responsabilidad, como grupo humano, de lo que necesitamos corregir y demandar de los gobiernos. Algo viejo se desploma, se vuelve irreversiblemente irrelevante y debemos dejar emerger de nuestro inconsciente colectivo, nuevas propuestas y estrategias para continuar evolucionando y mejorando. La Colaboración estará al orden del día, trabajando en conjunto para mejorar nuestro entorno inmediato, dependiendo menos de la idiotez e ignorancia en el poder.

 

Comenzamos este mes de Septiembre, no sólo con la Luna Nueva en Virgo, pero también con Urano iniciando su retrógrado hasta el 1 de Febrero 2025, en los últimos grados de Tauro y como todos los retrógrados nos brinda la oportunidad de meditar sobre de qué estamos tratando de liberarnos. Algo nos pide Recapacitar sobre qué nos hace sentir atados, limitados y cómo podemos romper cadenas, sin desintegrarnos en el proceso. Todos aquellos con planetas en los últimos grados de Tauro-Leo-Escorpio-Acuario saben de que hablo. También aquellos con planetas en los últimos grados de Virgo y Capricornio, ésta es la oportunidad de liberarnos de algo que nos ha tenido un poco de títeres y entendemos ahora que ya no puede continuar y lo mejor de todo es que hemos comprendido que sólo nosotros nos podemos salir de esa prisión.

 

Júpiter y Saturno continuan en cuadratura hasta Junio 2025, pero de esto ya he hablado anteriormente aquí.

 

La conjunción Ceres-Pholus en Capricornio en cuadratura a los Nodos coincide con la invasión de mosquitos acarreando viruses en varias partes del globo. Pholus, el centauros que destapa la olla se correlaciona con el descubrir algo que estaba oculto y encerrado y de la mano de Ceres, la Pachamama, nos ha traído estas evidencias de la Naturaleza que tendemos a obviar o negar. Los grande huracanes y temperaturas desorbitadas puede tener que ver con esta conjunción que nos recuerda nuestra vulnerabilidad en manos de la Diosa.- Marte en cuadratura a Neptuno en Piscis, ayuda a la furia que emerge de nuestros océanos, externos e internos.

 

Feliz Luna Nueva en Virgo.

 

Cristina Laird - Astrologia Arquetipica


LAS SEIS PARAMITAS DE SABIDURÍA DE BUDA

 


Conocer las Seis Paramitas de sabiduría de Buda es ir más allá de la mente, es ir más allá de la pureza y la impureza. Es el camino de las seis sabidurías.

THICH NHAT HANH

 

LA PARAMITAS

Las Paramitas te llevan a la otra orilla.

Llegar a una tierra de buda ir más allá de la mente, ir más allá de la pureza y la impureza. A medida que tu no-mente se convierte en tierra de buda, Buda se pone a tu disposición.

Podemos movernos con libertad. Esta es nuestra sabiduría, nuestra libertad de mente. Todos los seres sintientes fueron dotados desde el origen con esta sabiduría. Es solo debido a los apegos y a la ignorancia, la ilusión de buscar algo especial, que ignoramos nuestra propia sabiduría. Esta sabiduría va más allá de lo bueno y lo malo. Conocer este tipo de sabiduría es comprender el camino de los seis Paramitas, el camino de las seis sabidurías.

 

¿Qué son estas seis Paramitas?

El término Paramitas significa perfecto o perfección.

Las seis Paramitas sonp: La perfección de la Generosidad, de la Concienciación, de la Inclusividad, de la Practica, de la Meditación y de la Comprensión. Estos son los seis transbordadores que pueden llevarte más allá de esta orilla a la orilla más lejos, a tu verdadero hogar.

En el cultivo de las Paramitas, la purificación de los seis sentidos significa superar a los seis ladrones. Expulsar al ladrón del ojo abandonando el mundo ilusorio, es tener claridad. Si posees claridad, si eres una luz interna para ti mismo, nunca seguirás a nadie.

 

Veamos como Thich Nhat Hanh explica las seis Paramitas...

LAS SEIS PARAMITAS

Buda dijo: No esperes que la otra orilla venga a ti. Si quieres ir a la otra orilla, la orilla de la seguridad, el bienestar y en la que el miedo y la ira están ausentes, debes nadar o cruzar el río remando. Debes hacer un esfuerzo.

 

Esfuérzate con las Seis Paramitas:

La perfección de la Generosidad.

La perfección de la Concienciación.

La perfección de la Inclusividad.

La perfección de la Practica.

La perfección de la Meditación.

La perfección de la Comprensión.

GENEROSIDAD

 

El segundo pétalo es la perfección de la Generosidad.

La primera práctica es la perfección de dar. Dar significa ante todo ofrecer alegría, felicidad y amor. No nos guardamos nada únicamente para nosotros, solo deseamos dar. Cuando damos es muy posible que la otra persona sea feliz, pero de lo que no cabe duda es de que nosotros lo seremos.

El mejor regalo que podemos ofrecerle a cualquier persona es el de nuestra verdadera presencia.

Podemos dar nuestra estabilidad. La persona que amamos necesita que seamos sólidos y estables. Podemos cultivar la estabilidad inspirando y espirando, siendo conscientes al meditar andando o sentados, y disfrutando al vivir profundamente cada momento. La solidez es una de las características del nirvana.

Podemos ofrecer nuestra libertad. La felicidad no es posible hasta que nos liberamos de las aflicciones: el deseo, la ira, los celos, la desesperanza, el miedo, y las percepciones erróneas. La libertad es una de las características del nirvana. Algunas clases de felicidad en realidad destruyen nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras relaciones.

Estás clases de felicidad que nos destruyen, son representaciones falsas de felicidad, son el resultado de perseguir metas que se nos presentaron como positivas pero que observadas con detenimiento son claramente negativas para alcanzar una felicidad sólida y estable. Cada una de las metas que en tu comunidad se presentan como necesarias para una vida digna pueden ser en el fondo medios para alcanzar una felicidad falsa y destructiva.

Observa profundamente la naturaleza de lo que crees que te dará felicidad y descubre si está haciendo sufrir a las personas que amas. Hay muchas cosas sanas que pueden hacernos felices ahora mismo, como un bello amanecer, el cielo azul, las montañas por ejemplo.

Podemos ofrecer paz. Es maravilloso sentarse al lado de alguien que goza de paz. Inspirando, me veo a mi mismo tan sereno como el agua. Espirando, reflejo las cosas tal como son. Podemos ofrecer a las personas que amamos nuestra paz y nuestra lucidez.

Podemos ofrecer espacio. Para ser feliz la persona amada necesita espacio. En un arreglo floral, cada flor necesita estar espaciada de la otra para irradiar su auténtica belleza.

Cuanto más ofrecemos más tenemos. Cuando la persona que amamos es feliz, repercute en nosotros su felicidad al instante. Nosotros le damos pero al mismo tiempo nos estamos dando a nosotros mismos.

Cuando estamos enojados, castigamos a otras. Al hacerlo solo aumentamos más el sufrimiento. En lugar de ello Buda propuso enviarle un regalo; dar es una práctica maravillosa, aunque parezca increíble luego de enviarle el regalo te sentirás mejor. En lugar de intentar castigar al otro, ofrécele lo que necesitas. Recibes aquello que ofreces. La practica del dar puede conducirte a la orilla del bienestar rápidamente.

Cuando una persona te hace sufrir, es porque sufre y rebosa sufrimiento. Pero no necesita ser castigada, sino que reclama nuestra ayuda. Si eres capaz de apreciarlo ofrécele lo que precisa: alivio. La felicidad y la seguridad de los demás son cruciales para las tuyas.

Podemos ofrecer comprensión. La comprensión es la flor de la práctica. Cuando ofrezcas a alguien tu comprensión, dejarán de sufrir al instante.

 

CONCIENCIACIÓN                                           

El segundo pétalo es la perfección de la Concienciación.              

El primer ejercicio de concienciación tiene por objeto proteger la vida de los seres humanos, los animales, los vegetales y los minerales. Proteger a otros seres equivale a protegernos a nosotros mismos.

El propósito del segundo es evitar que los humanos exploten a otros seres vivos y la naturaleza. Es también la práctica de la generosidad. La finalidad del tercero es proteger a los niños y a los adultos de los abusos sexuales, para preservar la felicidad de los individuos y las familias. El cuarto consiste en la práctica de escuchar atentamente y hablar con afecto. El quinto trata sobre consumir conscientemente.

Si vivimos de acuerdo a los cinco ejercicios de concienciación, nos protegemos a nosotros mismos y a quienes amamos. Para poder practicarlos profundamente necesitamos estar rodeados con nuestros hermanos.

 

RECIBIR

El tercer pétalo es la perfección de Inclusividad.

Inclusividad es la capacidad de recibir, soportar y transformar el dolor que te han infringido tus enemigos y también las personas que te aman.

La inclusividad es la capacidad de recibir, abrazar y transformar. La otra persona dice o realiza algo que nos hace enojar, nos infringe algún tipo de injusticia, pero si nuestro corazón es lo suficientemente grande no sufrimos.

Buda ofreció la siguiente maravillosa imagen. Si tomas un puñado de sal y lo hechas en un vaso de agua, está estará demasiado salada como para beber. Pero si hechas la misma cantidad de sal a un río de agua potable, la gente podrá seguir bebiendo su agua sin problema. Gracias a su inmensidad el río no sufre en absoluto por ese puñado de sal. Si tienes un corazón pequeño, una palabra o una acción injustas te harían sufrir. Pero si es grande, si tienes comprensión y compasión, esa palabra o acción no tendrá el poder para hacerte sufrir. Para transformar tu sufrimiento debes tener un corazón tan grande como el río. Si guardas tu dolor demasiado tiempo es porque no has aprendido todavía la práctica de la inclusividad.

La enseñanza de la inclusividad no consiste en reprimir nuestro dolor, sino que debemos recibirlo, abrazarlo y transformarlo. La única manera de lograrlo es agrandando nuestro corazón. Si reprimimos nuestro dolor para arrinconarlo en nuestra conciencia, más tarde estallará una energía destructiva que nos afectará a nosotros y a los demás.

Cuando eres víctima de la injusticia, si te enojas sufrirás cien veces más. Cuando sientas algún dolor en el cuerpo, inspira y espira, y dite a ti mismo Solo es un dolor físico. Si te imaginas que es un cáncer y que morirás pronto, el dolor se hará cien veces más intenso. El miedo y el odio nacidos de la ignorancia, amplifican tu dolor. Si sabes como ver las cosas tal como son, sin añadir nada, puedes sobrevivir.

Buda ofreció las enseñanzas de los Cuatro Inconmensurables Estados de la Mente para desarrollar la inclusividad.

 

PRACTICA

El cuarto pétalo es la perfección de la Práctica.

Se trata de la práctica del riego selectivo. Si quieres ser feliz, evita regar tus semillas negativas y pide a los demás que no rieguen en ti esa clase de semillas. Evita además regar las semillas negativas de los otros. La práctica continuada significa intentar hacer todo lo posible para no conectar en la vida cotidiana con las semillas negativas del almacén de nuestra conciencia, para no darles la oportunidad de manifestarse.

Si ocurre que una semilla de una aflicción se manifiesta, haremos todo lo posible para abrazarla siendo conscientes de ella y para hacerla regresar por donde vino. Cuanto más tiempo permanezca en la mente consciente más vigorosa se volverá. Di a tus amigos: Si me amas riega, por favor, cada día, las semillas sanas que hay en mi.

 

MEDITACIÓN

El quinto pétalo es la perfección de la Meditación.

La quinta práctica para alcanzar la otra orilla es la perfección de la meditación. La meditación esta formada por dos aspectos: detenerse y observar profundamente.

Detenerse es dejar de correr, de olvidarse, de quedar atrapados en el pasado o el futuro. Regresamos al hogar del momento presente, donde se halla la vida. El momento presente contiene cualquier momento. Observar profundamente es la forma de ver la verdadera naturaleza de las cosas.

 

COMPRENSIÓN

El sexto pétalo es la perfección de la Comprensión.

Es la clase más elevada de comprensión, libre de conocimiento, conceptos, ideas y visiones. El que recibe nuestra comprensión se abrirá como una flor y, al mismo tiempo, nosotros seremos recompensados.

La comprensión es el fruto de la práctica.

Cada una de estas prácticas contiene a las otras cinco. Sin desear nada empiezas a practicar desde este preciso instante. Desde el momento en que comiences te sentirás feliz. El dharma no es una cuestión de tiempo. Ven y descúbrelo por ti mismo. No es necesario practicar durante años para llegar a la otra orilla, haz simplemente la practica de respirar, de andar con plena conciencia y de observar profundamente e irás ahora mismo.

La vida es real pero hay que despertarla.

 

Thich Nhat Hanh