INCAYUYO, una hierba ancestral de San Luis, Córdoba y La Rioja que está en pleno auge

 

El programa Cambio Rural del INTA apoya a productores de incayuyo con capacitaciones técnicas para la cosecha. Esta hierba medicinal nativa, que también se encuentra en la provincia de San Luis, representa el 60% de los ingresos de las familias.

 

El programa Cambio Rural, que lleva a cabo el INTA junto con el Ministerio de Agricultura de la Nación, acompaña a dos grupos de productores de incayuyo, una planta medicinal y aromática que crece en la zona serrana de Córdoba, San Luis y La Rioja. Hoy esta especie nativa y ancestral es requerida para elaborar bebidas en base a hierbas y yerbas compuestas y, como actividad productiva, representa el 60% de los ingresos de las familias que la cosechan desde hace 20 años.

 

“El incayuyo tiene hoy una muy alta demanda y registra un incremento en el precio, por lo cual es fundamental que los productores incorporen técnicas de cosecha sustentables que ayuden a mantener las poblaciones y planificar la recolección”, destacó María Loyola, técnica de Cambio Rural y asesora de las 18 familias que impulsan la producción de incayuyo en hoja en el paraje Pampa Blanca del noreste cordobés.

 

“A través de la venta de la hoja, es posible obtener un mejor precio y consolidar una alternativa de agregado de valor”, observó Loyola, al tiempo que explicó que, históricamente, la producción se vendía en fardos que incluían la planta entera –tallo y hojas–, una modalidad que poco beneficiaba la rentabilidad de los productores.

 

Según relató la técnica, diariamente, los productores se dirigen a las plantaciones que se encuentran en la sierra, a dos o tres kilómetros de sus casas. Allí cortan la hierba a la altura de un puño, arman los fardos que trasladan hasta sus hogares, dejan lo recolectado entre tres y cinco días al aire libre para su secado –proceso que permite separar el tallo de las hojas–, lo pesan, lo colocan en bolsas y, finalmente, los acopiadores lo pasan a buscar.

 

Loyola señaló la importancia de la capacitación de los productores y recomendó la rotación de áreas y el manejo de corte como estrategias para mejorar la cosecha, que se extiende desde febrero hasta junio, y para garantizar la continuidad de la plantación. Indicó que a partir de un análisis económico de los casos se dedujo que el incayuyo representa el 60% de los ingresos de las familias que se dedican a la actividad.

 

Otras bondades

Además de su potencial como alternativa productiva para la zona serrana, la producción de esta hierba ancestral y nativa es agroecológica y prioriza lo sustentable. “La cosecha se hace con machete o a mano con el objetivo de preservar las plantas y de garantizar futuras recolecciones”, detalló la técnica.

 

Debido a su apropiación por los pueblos originarios, esta hierba también se conoce como “té del inca” y tiene propiedades medicinales. “Algunos le atribuyen que es una planta ideal para la tristeza, la melancolía; tomarse un té de incayuyo sirve para levantar el ánimo”, dijo Loyola.

 

Es un arbusto aromático de hasta un metro de altura con tronco de color grisáceo. En medicina popular y tradicional se emplea como suave diurético, emenagogo, estomacal y para el tratamiento de afecciones bronco pulmonares.

 

Es además utilizada para la elaboración, junto a otras hierbas, de bebidas (de extractos, particularmente sin alcohol) que se comercializan con amplio nivel de ventas en la Argentina y otros países de América del Sur.

 

Fuente: El Semiarido


No hay comentarios:

Publicar un comentario