Respirar es vida, es
algo tan sencillo y automático que, como todas esas cosas que hacemos
inconscientemente cada día, olvidamos su importancia. Por lo general no nos
damos cuenta de lo mucho que puede afectar a nuestra salud y a nuestras
emociones respirar de forma incorrecta; por eso detente respira confía y se
feliz
La mayoría de las veces
nos sentimos abrumados por las situaciones del día a día. En lugar de
impulsarlo nosotros, nos vemos arrastrados por la rutina, de tal manera que nos
encontramos estresados, quizás con ataques de ansiedad y pánico.
¿Cómo respiras ahora?
¿Qué parte de tu cuerpo se infla al respirar?
¿Te has fijado alguna
vez en cómo respiran los niños? Obsérvalos, en su vida cotidiana, mientras
juegan o duermen; su barriga se infla y se desinfla como un globo, cuando
lloran tienden a sollozar, su respiración es corta y alta (pecho y clavículas).
Y como adultos, ¿cómo
respiramos? La mayoría de nosotros respiramos con el pecho por delante, al
crecer olvidamos cómo hacerlo. Abrumados por el ajetreo, las responsabilidades,
nos olvidamos simple e increíblemente.
Entender cómo respirar
en función de lo que queremos conseguir, física, emocional y mentalmente, nos
permite recuperar el control de nuestras vidas.
¿Ha pensado alguna vez
que a través de la respiración podemos regular nuestro estado de ánimo y
también nuestro bienestar físico? Quienes practican el yoga saben que la
respiración abdominal produce un bienestar y un alivio inmediatos. Los
profesores de yoga enseñan que a través de la respiración se puede liberar la
tensión. Cuando se respira de forma correcta llevando la respiración desde el
vientre hasta las clavículas se recarga.
En resumen, tenemos un
inmenso poder dentro de nosotros que, por desgracia, a menudo damos por
sentado.
La respiración tiene
mil facetas y mil usos y podemos utilizarla en diferentes situaciones para
obtener diferentes beneficios. Saber que podemos adquirir el control o
simplemente la guía de este flujo que recorre nuestro cuerpo puede ayudarnos a
recuperar el equilibrio, la claridad y la lucidez.
Lo primero que hay que
aprender es a entender la forma de respirar, prestar atención al aire que entra
por las fosas nasales, observar el recorrido y las sensaciones que sentimos en
ese momento concreto.
Adquirir conciencia de
la respiración es esencial para ser conscientes del punto del que partimos.
Para encontrar la
relajación, el equilibrio y la claridad, una vez que entiendas dónde empieza tu
respiración, tómala en el abdomen, en el vientre, imagina que tienes un globo
ahí y sigue el flujo de aire, sin esforzarte demasiado, infla, desinfla,
despacio, suavemente.
Para energizar tu
cuerpo, partiendo siempre de la conciencia de tu respiración, inhala inflando
el vientre y subiendo hasta el pecho y las clavículas (al hacerlo estiras toda
la espalda), luego exhala desinflando el cuerpo, partiendo de arriba,
clavículas, pecho y vientre, trayendo el ombligo, utiliza siempre el flujo de
tu respiración, sin esforzarte demasiado, infla, desinfla, como una ola que
impregna tu cuerpo y lleva energía a todas tus células.
El punto de la
respiración es que cuando vuelves a la guía de este flujo, recuperas el
equilibrio en tus pensamientos y en tu cuerpo. Esto le permite afrontar cada
situación de la mejor manera posible.
Solo se necesitan 5
minutos al día para empezar. Cuanto más desarrollemos esta sencilla habilidad
de observación, empezaremos a entender dónde podemos actuar cuando lo
necesitemos. Rápidamente aprenderás a desprenderte de los pensamientos, a mover
tu atención hacia ese flujo y cuando vuelvas a abrir los ojos estarás listo
para seguir adelante.
Debemos aprender el
arte de detenernos, de impedir que nuestros pensamientos, la energía de
nuestros hábitos, nuestra falta de atención y las fuertes emociones nos sigan dominando.
Cuando surge una emoción como una tormenta no tenemos paz.
Encendemos el televisor
y después lo apagamos. Cogemos un libro y después lo abandonamos. ¿Cómo podemos
detener este estado de agitación? ¿Cómo podemos detener el miedo, la
desesperación, la ira y el deseo que sentimos? Podemos lograrlo haciendo la
práctica de respirar, andar y sonreír conscientemente, observándolo todo a
fondo para poder comprenderlo.
“La respiración es el
puente que conecta la vida con la conciencia, que conecta el cuerpo con
nuestros pensamientos. Siempre que tu mente se disipe, utiliza la respiración
como medio para volver a tomar las riendas de tu mente. Detente respira confía
y se feliz”. -THICH NHAT HANH
El Mundo del Yoga
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