Meditar es abrir un paréntesis en la
activid cotidiana para conectar con nuestro Corazón. Meditar es romper la
mecanicidad inconsciente para tornarnos conscientes. Meditar es volver la
atención hacia el interior –sin olvidar el exterior–para encontrar un espacio
de silencio, paz y amor.
Sentarse en quietud y escuchar todo
lo que nuestra alma tiene para contarnos es el acto más productivo que se puede
realizar. Parar y sentir. Ser capaz de detenerse en mitad de la actividad
cotidiana que nos rodea para volver la mirada hacia el interior y sentir la
vida que se es.
Al dedicar unos minutos a cerrar los
párpados y permanecer con la atención dirigida hacia el interior, se comprobará
cómo un remanso de calma y quietud comienza a aparecer. Es fácil. Meditar no
puede ser nunca arduo o difícil, pues se trata de reconectar con nuestra
auténtica naturaleza.
Las posibles dificultades a tal
reconexión nacen en la mente, que gusta de poner obstáculos. Bastará con no
prestarle atención y con retornar al centro del ser para, desde ahí, vivir la
vida con equilibrio, armonía y plenitud.
Emilio J, Gomez
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