El hombre busca el
Absoluto, lo anhela… lo añora. Pero no lo sabe. Eso es Avidya, la ignorancia.
Para encontrar el Absoluto tan solo se requiere de una cosa: a sí mismo. Quizás
porque entre el Absoluto y el sí mismo no exista ninguna separación. Escribe Emilio
J. Gómez.
Conocerse a sí mismo es
sinónimo de conocer el Ser. Atma Vidya, el conocimiento del Ser, del alma.
Aquí, la expresión Atma Vidya cobra todo su sentido, siendo tal conocimiento el
propósito de todos los yogas y escuelas de conocimiento.
¿Cómo puede el hombre
conocerse a sí mismo? Recuperando la sensación de ser, olvidada entre los
asuntos mundanos y la necesidad de supervivencia. Estableciéndose en el sí
mismo, habitando en el eje de su consciencia que siempre ha sido, es y será.
El hombre, olvidado de
sí mismo, tan sólo necesita mantener vivo el recuerdo de sí para regresar a su
origen. A través de Atma Vidya, el conocimiento del Ser, se activa la conexión
consciente con el Absoluto. Se sabe no estar separado.
Tal conocimiento
sobreviene de forma natural porque el hombre no está separado del Absoluto, tan
sólo lo ha soñado. Podría ser de otra manera, pero no lo es. Es así de simple.
Cuando algo parece complicado es porque lo es. Y la espiritualidad es simple.
Sencilla.
Emilio Gomez
Fuente: Yoga en Red
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