EL SIGNIFICADO DE HRIDAYA, EL CORAZÓN ESPIRITUAL
«La única belleza que
perdura es la belleza del Corazón» –Rumi
Hridaya, el Corazón
Espiritual, es nuestra naturaleza última y esencial, la inefable dimensión de
nuestro ser. Se trata de otro nombre para referirse al Ser Supremo, o atman,
como se le llama en la tradición yóguica. El Corazón Espiritual es la
Conciencia Suprema, el sujeto último de conocimiento, el Yo puro. Constituye la
Conciencia Testigo, ese íntimo observador de todos nuestros pensamientos,
emociones y sensaciones; el testigo tanto de la mente como del universo en sus
dimensiones internas y externas.
A través de la práctica
de la meditación, se revela una comprensión más y más profunda acerca del
verdadero significado del Corazón Espiritual. Al principio, el Corazón
constituye un objeto de meditación, después se torna un medio para el
conocimiento y, por último, se revela en su naturaleza verdadera, como aquello
que realmente es.
«En las tradiciones
espirituales de la India, como en otros lugares, el “corazón” se refiere no
tanto al órgano físico como a una estructura psicoespiritual que se corresponde
con el músculo del corazón en el plano material. Yoguis y místicos celebran
este corazón espiritual como el asiento del Ser trascendental. Se le denomina
hrid, hridaya o hrit-padma (“el corazón de loto”). A menudo se hace referencia
a él como la “cueva” secreta (guha) en la que el yogui debe dominar su mente.
En algunas escuela, especialmente Shaivismo Kashmir, la palabra hridaya se
refiere también a la Realidad última» -Georg Feurstein.
Por consiguiente, el
Corazón Espiritual o el Corazón (con C mayúscula) puede variar de significado
en función del contexto de uso o de diversas correlaciones. Sin embargo, pese a
que esta noción parezca compleja, no debemos perdernos en la trampa de los
puros conceptos.
La simplicidad absoluta
es la naturaleza del Corazón
Simplemente dirija su
atención al área del pecho. Esa vibración leve y discreta que se despierta
justo ahí, en ausencia de cualquier pensamiento, en la quietud de la mente,
constituye el comienzo de un sagrado temblor, la mayor experiencia directa del
Corazón Espiritual. Por favor, relájese, tómese su tiempo y cierre los ojos
durante algunos segundos mientras permite que surja esta vibración… ¿Puede
sentirla?
Este sutil llamado del
Infinito, que irradia desde el área del pecho, es la representación más
expresiva e íntima del Corazón. Por favor, ábrase a este sagrado temblor del
Corazón, pues contenido en su interior se halla la calidez comunicativa de la
Verdad. Sin ello, todo lo subsiguiente no sería más que «alimento para la
mente» o información inerte, simplemente. La verdadera esencia del Corazón
Espiritual reside exactamente en este temblor, en esta tan íntima vibración. Concédase
el tiempo y la paz para sentirla profundamente.
En la simplicidad de
esta vibración reside la frescura de la revelación – una revelación que procede
del «interior», incluso cuando la información parece provenir del «exterior».
La simplicidad de esta
vibración, de este sagrado temblor del Corazón, constituye el «espíritu» de
este tipo de información.
El significado del
Corazón Espiritual
Por otro lado, el
Corazón Espiritual se puede observar a través de multitud de rasgos simbólicos
y la sustancia de cada uno de ellos. Cada uno guarda su importancia y, en
realidad, el viaje espiritual completo se puede describir a través de ellos.
1) La esencia
fundamental del Corazón Espiritual
El Corazón Espiritual
es nuestra naturaleza última y verdadera, la inefable dimensión de nuestro ser.
Es otro nombre para referirse al Ser Supremo, o atman, la Conciencia Testigo,
como se ha mencionado anteriormente.
2) El Corazón
Espiritual constituye la Realidad Última
La Realidad Última es
trascendente e inmanente en cualquier aspecto del Macrocosmos. Constituye la
esencia última de todo. Es una condición que trasciende la dualidad.
«El Corazón del ser
humano y el Corazón del Cosmos son uno». A través de la madurez espiritual, el
Corazón se revela como algo más que una dimensión individual de nuestro ser,
tras la cual éste cesa de expresarse en términos duales. Representa la
totalidad en la que Sujeto y Objeto, el testigo y el atestiguado, son uno.
Concebido como conciencia, el Corazón es ilimitado.
Es la Luz Infinita.
También constituye la libertad y espontaneidad absolutas de esta Luz de la
conciencia que se nos presenta en diferentes formas de manifestación.
El Corazón como la
Conciencia Suprema es como un océano, que se refleja de forma simultánea como
la vastedad del mar y las diferentes formas de sus olas. De igual modo, la
conciencia del Corazón Espiritual es un camino completo en sí mismo. Puede
conducir a un conocimiento directo integrador de todas las energías, la
totalidad de la manifestación; pero al mismo tiempo, revela la Trascendencia
Última Suprema.
3) El Corazón
Espiritual es un órgano espiritual de conocimiento directo sui generis
En ocasiones se
entiende el Corazón como un medio de revelación. Asimismo, constituye un órgano
de purificación, reintegración y transfiguración del ser. Por ejemplo, para
un/a tántrico/a todo aquello que genera placer sintoniza el Corazón, concebido
como el instrumento cósmico de la conciencia.
Mediante el desapego de
cualquier preferencia individual se produce una sublimación espontánea del
Corazón. En este sentido, cada sensación se purifica y, a continuación, se
ofrece al espacio infinito del Corazón.
4) El Corazón
constituye un punto de inflexión
El Corazón es el puente
entre lo finito y lo infinito, lo personal y lo transpersonal, el presente y la
eternidad. Es apertura hacia la Totalidad. En este aspecto, el Corazón
constituye nuestra principal oportunidad para trascender las limitaciones de la
individualidad.
Esta función del
Corazón lo convierte en un territorio fronterizo, dado que contiene de forma
simultánea las características de la Realidad Última y de las realidades
finitas. El Corazón interno constituye un portal para la experiencia directa de
aquello que se denomina «espíritu», conciencia – conceptos que fácilmente
eluden toda definición.
5) El Corazón
Espiritual supone una guía interna que revela la Verdad Última
Sigue sus impulsos como
forma de redención.
6) El Corazón es la
fuente de toda la Creación y el punto final de todas las energías
Por consiguiente, con
frecuencia se le considera fuente de inmortalidad. La capacidad desbordante del
Corazón como Amor puro y Existencia Pura constituye en sí misma la señal de la
realización:
«En el centro de mi
Corazón,
una estrella apareció
y los siete cielos se
perdieron
en su brillo». – Rumi
7) El Corazón
Espiritual es la morada de todos los misterios profundos
Contiene el secreto de
su realeza mística. Constituye la fuente de un sobrecogimiento espontáneo que
genera la intuición de la existencia de Dios. En la tradición yóguica, este
atributo se denomina ghua, la «cueva del Corazón».
De hecho, el Corazón
posee ciertas funciones sutiles imperceptibles para aquellos/as que no
pretenden vivir sus vidas de forma profunda, espiritual. Permanece como terreno
desconocido para aquel que ignora el reino interior en el que el Corazón es el
núcleo.
8) El Corazón es el
Vacío Absoluto
«Nuestra propia
conducta es el despertar:
no hay otro Buddha sino
el Corazón.
Todos los fenómenos no
son nada, sino el Corazón». -Tao Sin
René Guénon afirmó que
«la Paz del vació», la «Gran Paz» (Es-Sakinah) del esoterismo islámico
entendida como la presencia divina del Centro del ser, se ha representado de
forma simbólica en todas las tradiciones mediante el Corazón. En la tradición
yóguica, se expresa mediante hrid akasha, el espacio infinito del Corazón.
9) El Corazón es el
sagrado temblor, la expresión de la aspiración pura, absoluta
Los sufíes, shaivistas,
vedantas, isihastas, etc. respondieron al mismo llamado del Corazón y
expresaron el mismo ímpetu, impulso, anhelo y aspiración pura por Dios, más
allá de las formas específicas de adoración, más allá de los conceptos y
nombres de dicha Realidad.
Todos ellos lo
percibieron como el sagrado temblor vibrando en ellos y en todas partes. Del
Corazón emana un sentido de Verdad, un sentido de Existencia Pura. Convirtiendo
al Corazón en símbolo de lo sagrado, sin duda las religiones han expresado esta
misma idea.
Fuente: Hridaya Yoga
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