WEN TZU - 109 LAO TSE DIJO






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Lao Tse dijo:

Los principios de la fortuna son sutiles, los oríge­nes de la calamidad son confusos. Los factores deter­minantes de la calamidad y de la fortuna son sutiles hasta el punto de ser imperceptibles. Los sabios ven sus principios y finales, así deben ser observados sin falta.

Las recompensas y los castigos dispensados por los gobernantes iluminados no son por lo que la gente ha hecho por los gobernantes mismos, sino por lo que ha hecho por el país. No conceden recompensas a quie­nes complacen a los mismos gobernantes, pero no hacen nada por el país; no imponen castigos a quienes ofenden a los mismos gobernantes, pero son útiles para el país.

Por ello, cuando la justicia y el deber reposan en lo que es apropiado, a alguien que encarna esto se le llama persona ejemplar. A quienes descuidan la justicia y el deber apropiados se les llama personas miserables.

El conocimiento penetrante logra su objetivo sin fatiga, el conocimiento que viene a continuación trabaja sin sufrimiento. Los conocimientos inferiores sufren y se fatigan.

La gente de antaño era sensible pero no posesiva. La gente de hoy día es posesiva pero no sensible. Cuan­do un antiguo tirano tuvo palillos para comer hechos de marfil, un hombre noble se lamentó; cuando los aristócratas de Lu fueron enterrados junto a estatuas, el erudito Confucio exhaló un suspiro. Viendo dónde había empezado todo, sabían dónde acabaría.







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