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LAO
TSE DIJO:
A
lo largo de toda la vida humana, la atención debe ser minuciosa, mientras que
la aspiración debe ser grande; el conocimiento debe ser rotundo, mientras que
la acción debe ser recta; las capacidades deben ser muchas, mientras que las
preocupaciones deben ser pocas.
La
minuciosidad de la atención significa considerar los problemas antes de que
surjan, poniéndose a salvo de la calamidad fijando la atención en las cosas
pequeñas y sutiles, no arriesgándose a caer en una actitud indulgente con los
propios deseos.
La
grandeza de la aspiración significa aceptar miríadas de naciones y unificar
igualitariamente diferentes maneras de vivir, siendo un eje en el centro de una
serie de juicios sobre lo correcto y lo equivocado.
La
rotundidad del conocimiento significa que éste no tenga principio ni fin, sino
que fluye lejos en todas las direcciones, brotando inagotablemente de una
fuente profunda.
La
justicia de la acción significa mantenerse inconmoviblemente honrado,
permanecer puro y sin mancha, mantener el autocontrol en las dificultades
extremas, y retenerse de la autocomplacencia cuando se tiene éxito.
Tener
muchas capacidades significa ser competente, tanto en la cultura como en la
defensa, y hacer precisamente lo que es justo en términos de tu propia
conducta en la acción y en el reposo, en lo que tomas y en lo que dejas de
lado, en lo que dispensas y en lo que eriges.
Tener
pocas preocupaciones significa captar lo que es esencial para comprender lo
múltiple, atenerse a lo mínimo para gobernar lo máximo, vivir tranquilamente
para mantener la actividad.
Así,
quienes ejercen una atención minuciosa controlan con sutilidad, aquellos cuya
aspiración es grande toman todo a pecho, aquellos que poseen un conocimiento
rotundo conocen todas las cosas, quienes actúan justamente hacen todas las
cosas, aquellos que tienen muchas capacidades lo dominan todo, y aquellos cuyas
preocupaciones son pocas minimizan lo que mantienen.
Por
ello, la actitud de los sabios hacia lo bueno es que nada es demasiado pequeño
de hacer; y su actitud hacia el error es que nada es demasiado pequeño para
corregir. No utilizan a los adivinos para informarse de sus acciones, aunque
espectros y espíritus no se arriesguen a seguir adelante; a esto puede
llamarse lo más válido. Sin embargo, son extremamente cautelosos y están
alerta, siendo cuidadosos con cada día de manera cotidiana. Así es como
alcanzan la unidad espontánea.
El
conocimiento de la gente ordinaria es desde luego pequeño, pero las cosas que
hacen son muchas. Por ello, sus acciones eventualmente mueren. Por tanto, es
fácil aumentar la tendencia de los acontecimientos con educación correcta, y
esto inevitablemente tiene éxito, mientras que es arduo aumentar la tendencia
de los acontecimientos con educación errónea, y esto inevitablemente fracasa.
Abandonar lo que es de éxito fácil y seguro, y emprender lo que es arduo y de
seguro fracaso, es la acción de la ignorancia y de la confusión.
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