La idea de que cada
alimento, como energía particular, nos afecta a un determinado nivel emocional,
mental y espiritual es una idea nueva para mucha gente en nuestra civilización
industrial.
Una forma primaria pero
siempre actual a través de la cual todos, consciente o inconscientemente nos
relacionamos con la naturaleza es a través de la comida. Comer es una manera
íntima de extraer de la Madre Naturaleza la energía sostenedora de la vida. En
el proceso de asimilación el alimento, como parte
de la Madre Naturaleza,
entrega su identidad y toma la identidad del que lo ha ingerido. En realidad,
cuando comemos estamos asimilando las fuerzas de la naturaleza depositadas en
nuestra comida. Cada bocado que tomamos nos conecta amorosamente con la Madre
Naturaleza.
La comida es un mensaje
de amor de Dios. Sus cartas son escritas por los rayos del sol. Éste dice: “te
amo y te cuidaré y mantendré a través de las ofrendas de la tierra”. Si nos
tomamos el tiempo de leer la carta de amor, masticando cuidadosamente y
sintiendo los mensajes que están depositados en la comida por el sol, la
tierra, el viento, el agua e inclusive por aquellos que cultivaron, cosecharon
y prepararon la comida, su asimilación adquiere ahora un nuevo significado.
Esta es una forma específica de recibir la gracia de Dios, un sacramento
sagrado que debe ser
experimentado de manera lenta, cuidadosa y consciente.
La asimilación es la
interacción dinámica de las fuerzas del alimento con las fuerzas de nuestro
organismo. Un antiguo dicho árabe destaca este punto: “Comiendo nos enfermamos
y digiriendo nos sanamos.” En la asimilación las fuerzas físicas y energéticas
de la comida interactúan con nosotros a niveles físicos, emocionales, mentales
y espirituales.
La idea de que cada
alimento, como energía particular, nos afecta a un determinado nivel emocional,
mental y espiritual es una idea nueva para mucha gente en nuestra civilización
industrial. Pero por miles de años los médicos ayurvedas, los acupunturistas
chinos, sacerdotes y sacerdotisas sanadores ancestrales y herboristas
occidentales han utilizado esta conciencia en su trabajo. De acuerdo a The
Spiritual Properties of Herbs de Gurudas “Una hierba, como sustancia natural,
provee curación, pero también provee un mensaje espiritual.”
Uno de los avances más
significativos en la conciencia de que las plantas, las hierbas, los árboles y
arbustos pueden tener efecto a niveles emocionales, mentales y espirituales es
la labor pionera realizada por el extraordinario médico inglés Edward Bach. En
los años treinta, Bach renunció a su trabajo como médico exitoso en Harly Street
y se trasladó al campo, donde estuvo en comunión con la naturaleza y desarrolló
los treinta y ocho remedios de flores. Estos remedios fueron preparados por un
proceso de infusión de energía usando el
sol. Cada flor de Bach
fue preparada de manera especial para obtener una específica energía emocional,
mental o espiritual que ayudaba a curar devolviéndole la armonía a la persona.
Desde 1972 he estado consciente de los remedios de flores de Bach y de la
Sociedad de Flores de Bach y he quedado impresionado con las miles de
curaciones reportadas, que primero tienen lugar a niveles energéticos sutiles y
luego trabajan hasta en lo físico.
Quiero recordarle al
lector que en el sentido científico estricto la asimilación desde fuentes
no-materiales no
ha sido probada ni
tampoco desaprobada de manera científica. Le pido al lector que al considerar
éstas y otras
ideas extraordinarias,
se base en su entendimiento intuitivo además de las formas
materialistas-mecanicistas
de procesar el mundo
basadas en el hemisferio izquierdo del cerebro, que están limitadas a los cinco
sentidos.
Al incluir nuestra
intuición incrementamos nuestra habilidad para explorar el concepto de que todo
en la naturaleza está hecho de energía y de que nosotros estamos afectados a
múltiples niveles del cuerpo, mente
y espíritu por las
energías sutiles y los nutrientes de nuestra comida. Si encontramos a éste como
un concepto útil para elevar la calidad y la claridad de nuestra vida diaria y
nuestra dieta, entonces los aliento de corazón a usarlo.
El alimento,
especialmente el alimento vegetal, es una condensación de la energía del sol,
así como una energía más sutil de las estrellas y de otras fuentes del
Universo. A pesar de que las influencias de estos cuerpos celestes son por cierto
sutiles, los científicos han descubierto que la superficie de la Tierra es
constantemente bombardeada por la radiación de diferentes cuerpos celestes,
incluidos la Luna, los sistemas estelares y otras fuerzas de radiación en el
Universo. Las plantas toman estas radiaciones en sus sistemas energéticos y las
transfieren en última instancia a los seres humanos cuando éstos las comen.
Desde una perspectiva
espiritual, estas energías son simplemente diversas condensaciones de la
energía cósmica Divina. En el proceso de comer nuestro alimento las energías
cósmicas, solares, estelares, lunares y otras energías universales depositadas
en la comida son liberadas para ser absorbidas directamente por el organismo
humano. Podemos experimentar al universo entero en cada bocado de nuestra
comida.
Asimilación sutil
Desde el punto de vista
de la asimilación sutil, lo que importa no es la cantidad de alimento sólido o
líquido que ingerimos, sino si el alimento es asimilado enteramente y de manera
apropiada. Para hacer esto necesitamos mantener la comida en la boca el tiempo
suficiente como para que se lleve a cabo este proceso. El secreto de
la digestión es
transformar cada elemento en una forma más sutil. La idea es masticar la comida
de tal manera
que comience a liberar
la energía sutil encerrada en su interior. Pues los centros receptores sutiles
en nuestro paladar y a través de todo el tracto digestivo reciben la esencia
del alimento. Ciertos alimentos pueden liberar sus esencias en diferentes
momentos y ubicaciones en el tracto gastrointestinal a medida que las fuerzas
asimilativas y alquímicas del cuerpo trabajan, integrando la comida de manera
que se transforme en parte de la substancia corporal. La esencia liberada por
el alimento puede gravitar hacia diferentes órganos, glándulas y centros
energéticos sutiles en el cuerpo. Esto se inicia masticando hasta que el
alimento sólido es transformado en un estado líquido, el que luego comienza el
proceso de la liberación de la energía del alimento sólido.
El arte de relacionarse con la comida
Otro aspecto en el arte
de comer conscientemente es la manera en que uno considera al alimento mismo.
Si uno ve a la naturaleza como un sirviente que existe sólo para necesidades
personales, entonces uno fracasa en el hecho de apreciar completamente la
comida y otros dones de la naturaleza. Si uno ve a la humanidad como una hebra
en la telaraña de la vida en vez de verse de manera egocéntrica como la
telaraña completa, se desarrolla una conciencia mucho más amplia de nuestra
unión y armonía con la naturaleza. Experimentarse a uno mismo como entretejido
con la naturaleza lleva a recibir nuestra comida con más amor y gratitud. Si el
alimento se come con una oración de gratitud y respeto por la fuerza de la vida
que ésta le otorga y el sacrificio que está haciendo por la supervivencia del
cuerpo humano, el alimento llevará adentro el amor de esta plegaria. El poder y
la sacralidad del proceso alimenticio están elevados por la conciencia de que
cada fruta o vegetal en particular está entregando su propia existencia
individual como parte del proceso evolutivo, de tal manera que pueda ser
asimilado en la existencia mayor del cuerpo humano. En este contexto más
amplio, comer se transforma en un acto sagrado en el cual la comida es una
ofrenda al fuego digestivo para honrar y apaciguar el espíritu de la forma
humana en cada uno. Además de convertirlo en una ofrenda hacia uno mismo, en
algunas tradiciones también se lo convierte en una ofrenda hacia la naturaleza
o hacia Dios. En algunas de las tradiciones indígenas americanas, como la de
los Cherokee, se hace una ofrenda alimenticia hacia las cuatro direcciones y
hacia algún aspecto de la naturaleza como por ejemplo una planta o un árbol. En
la tradición hindú se hace una ofrenda hacia Dios antes de comer. La comida
también puede entregarse a un fuego sagrado, a un animal o a otro ser humano
como una forma de permitirse experimentar la dicha de proveer comida, así como
la dicha de recibirla. Yo presencié esta ofrenda en casi todos los hogares que
visité en la India. Esta ofrenda antes de comer es una manera de agradecerle a
la Madre Naturaleza. Es otra forma de recordar que la comida de cada uno está
conectada con todos los niños de Dios.
Dr. Gabriel Cousens
Gabriel Cousens, es
doctor, terapeuta familiar, médico ayurvédico, homeópata, acupuntor, médico
investigador, líder ecológico y autor de los libros: Nutrición espiritual,
Comer con conciencia, y Hay una cura para la diabetes. Fundador y director del
Tree of Life Rejuvenation Center, es considerado uno de los principales
expertos médicos de nutrición, espiritualidad y alimentación viva en el mundo.
Fuentee: Mundo Nuevo
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