No empezamos creyendo que un Poder superior a nosotros nos puede devolver el sano juicio.
Trabajamos hacia ello. Crecemos dentro de nuestra creencia. Llegamos a creer.
Margarita dice: “No estaba viva cuando comencé a asistir a Al-Anon. Estaba muerta espiritual y emocionalmente. No sabía qué sentía. Era abusiva y también abusaban de mí. Una amiga me llevó a Al-Anon. Le encontré muchos peros al programa de Doce Pasos. Pero encontré algo del cual asirme, así que seguí viniendo a juntas debido al Segundo Paso.
No creía, pero necesitaba que me devolvieran el sano juicio. Me sentía loca. Quería ser curada y devuelta al sano juicio, así que hice como si creyera y seguí viniendo, hasta que llegué a creer, y comenzó a regresar mi sano juicio.”
Muchos de nosotros encontramos que llegamos a creer al ver a otros con problemas similares volver a su sano juicio como resultado de trabajar estos Pasos. Para nosotros, ver es creer.
Y asistir a juntas es como llegamos a creer.
“Aprendí a soltar viendo a otros que manejaban el mismo tipo de problemas y notando que se
veían bien. Hacían algo para llevarlo mejor. Saqué fortaleza de la suya,” dijo Stanley, el arquitecto cuya vida fue controlada por su hijo adicto durante dieciseis años.
Yo no sabía que había otra forma de reaccionar, de vivir la vida, o de sentir hasta que comencé a
escuchar a otros que estaban recuperándose de la codependencia. Vi a otros con circunstancias
similares comportarse en forma cuerda, parecer felices y sanos. Al verlo, pude creerlo.
Al principio, sólo podía creer que había funcionado para ellos. Lentamente, llegué a creer que el trabajo de la recuperación podría funcionar para mí.
Lo creí porque vi a otros; luego creí porque comencé a ver pequeños cambios en mí misma.
Ver a los otros cambiar, ver cómo funcionan los Pasos en sus vidas, ver que la gobernabilidad, la paz y la alegría han vuelto a sus vidas, es la forma en que llegamos a creer que es posible para nosotros.
A veces, escuchar las historias de cómo otros han sido profundamente transformados nos ayuda. A veces, escuchar pequeñas palabras de sabiduría, los ejemplos cotidianos de cómo otros aprenden a cuidarse y a vivir una vida diferente, puede ser igual de importante.
Recibimos el mensaje en muchas formas.
A muchos no nos cuesta trabajo este Paso una vez que comenzamos a asistir a juntas. Es difícil no llegar a creer si escuchamos y observamos.
Para mí fue transformador que las personas realmente podían actuar en formas diferentes a las mías. Pensaba que tenía que controlar. Sentía atrapada en mi depresión.
Este Paso fue un paso para salir de la oscuridad y de mi codependencia. Fue el Paso que di hacia la curación y hacia aprender que tenía alternativas.
Quizá lo que más nos ofrece este Paso es que, sin importar qué queremos y necesitamos que se
haga en nuestra vida, no lo tenemos que hacer solos. No tenemos que usar nuestra fuerza de
voluntad para cambiarnos a nosotros mismos. Por primera vez, no tenemos que esforzarnos tanto.
Podemos confiar en un Poder Superior.
No tenemos que comenzar con un entendimiento complejo de un Poder Superior.
No tenemos que empezar con ideas detalladas de lo que queremos lograr en nuestras vidas y cómo debe suceder.
Ni siquiera tenemos que saber qué estaremos haciendo mañana. Podemos empezar donde estamos, con cualquier cantidad de fe o falta de fe que tenemos en este momento. Empezamos creyendo que es posible y sí nos será devuelto el sano juicio; no importa si nos es devuelto para algo pequeño como manejar una emoción pasajera, o algo mayor, como el sano juicio que necesitamos para comenzar la recuperación o pasar por una experiencia traumática.
Nos abrimos a la ayuda, cuidado amoroso, guía, y poder de Dios. Llegamos a creer que seremos curados y que los instrumentos que necesitemos para curarnos llegarán a nuestra vida. No está mal fundada nuestra fe cuando llegamos a creer que la recuperación trabajará en nosotros.
Dios fue incluído en este programa de recuperación porque Dios es fundamental a la recuperación y fundamental al cambio y al saneamiento psíquico y espiritual que buscamos.
Hacemos ciertas cosas para cambiar, pero en el fondo, somos cambiados. Es un proceso espiritual.
La decisión de referirse a Dios como “un Poder Superior” y permitir que las personas desarrollen
su comprensión de este Poder fue intencional.
Este programa es espiritual, no religioso.
Los Pasos se idearon para ser compatibles con todas las religiones y creencias religiosas. También se idearon como accesibles a aquellos que carecen de religión o creencia religiosa.
Muchos de nosotros llegamos a la recuperación con ideas acerca de Dios que son torcidas, llenas de terror, y a veces rígidas y basadas en la vergüenza. Quizá temamos a Dios. Quizá temamos que Dios nos odia o nos ha abandonado.
A lo mejor tuvimos experiencias desagradables con alguna religión. Algunas personas llegan a este programa porque un sistema religioso tuvo el mismo impacto destructivo en sus vidas que una familia disfuncional.
Se debe tener mucho cuidado y permitir a los individuos la libertad para explorar y determinar sus propias creencias espirituales.
Debido a la gran cantidad de abuso físico y sexual que muchos hemos sufrido, algunos programas de Doce Pasos han quitado toda referencia al género de Dios. Algunas personas no quieren que Dios se identifique como un Ser masculino; algunos no quieren referirse a Dios como un Ser femenino. Algunos no quieren llamarlo “Padre”, por el abuso sufrido a manos de algún padre terrenal.
Algunos de nosotros estamos cómodos con un concepto tradicional de Dios. Eso también está bien.
Estos Pasos permiten satisfacer nuestras necesidades con un Dios como nosotros lo concebimos.
Podemos llegar a estos Pasos con nuestros temores, prejuicios, necesidades y deseos y aún así encontrar recuperación.
No es nuestro papel imponer a otro ser humano cualquier creencia religiosa o espiritual. Tampoco necesitamos aceptar las creencias de otro.
“Estos Pasos me parecían tan confusos al principio,” dijo Tim, quien asiste a juntas de Hijos Adultos de Alcohólicos. “Me decía: ‘No lo comprendo. No lo comprendo.
No lo comprendo.’ Ahora, comienzo a conectarme espiritualmente con estos Pasos.
He aprendido que los padres representan a Dios, y los míos eran tan disfuncionales que yo había dicho, ‘Al demonio con Dios’.
Ahora, estoy usando estos Pasos para reinstalar a Dios en mi vida.”
Lucha con el concepto de un Poder Superior. Lucha todo lo que sea necesario. La mayoría lo hemos hecho.
Lucha hasta que encuentres tu Poder Superior y sepas que a tu Dios le interesa los detalles más grandes y más pequeños de tu vida.
Cuando damos este Paso, comenzamos a aprender mediante la experiencia personal. Luego, otros llegan a creer a través de nuestro ejemplo de cómo hemos sido sanados y ayudados.
Este programa es una cadena interminable de curación.
Mediante el creer y mantenerse abierto a este proceso de recuperación, seremos transformados de una manera natural y gobernable.
Para mí, ésta es la parte más emocionante de la recuperación. También es una parte que necesito recordar. No tengo que forzar ni controlar mi recuperación. Puedo hacer lo mejor que puedo con los Pasos y tranquilamente dejar que la transformación se dé.
Podemos usar este Paso para ayudarnos en situaciones difíciles a nuestro alrededor, dentro
de nosotros, o ambas cosas.
Podemos usar este Paso para ayudarnos a llegar a creer que es posible desarrollar un acercamiento sano y amoroso a nosotros mismos, a la vida y a otros, sin importar nuestras circunstancias pasadas o presentes. Este Paso significa que ya no tenemos que limitar nuestro futuro debido a nuestro pasado.
Melody Beattie.
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