Heme aquí:
Mujer,
fuerte, valiente, independiente, capaz, autosuficiente, inteligente e
individualista.
Toda la vida
siendo la más fuerte e independiente.
Siempre
adelante, sin decaer, ni en las más duras batallas.
Y me olvide
de lo más importante.
Me olvide de
quien soy realmente; no de lo que soy, que acabo
de decirlo;
sino de lo quien soy de forma innegable y de lo que tú eres
también.
Soy, eres y
somos: Amor.
Y lo
olvidamos, nos creemos que podemos con todo, que la vida
es una lucha
constante, que vencen los más fuertes y los más valientes.
Y resulta
que esto es solo una falacia.
Somos amor,
Amor en mayúsculas, amor elevado a la más alta potencia.
Y recordando
quienes somos en verdad:
Nada
necesitamos, pues nada nos falta.
Nada
queremos, pues todo lo tenemos.
Nada
anhelamos, pues todo lo somos.
Solo
debo/debes/debemos depositar nuestra mirada y confianza en Él.
Olvide que la única forma de vencer esta
batalla no es luchando, ni siendo la más fuerte y valiente; la forma singular
de vencer esta batalla es dejándote ir,
abandonándote
a Él, dejarte llenar de amor, olvidarte de todas las supuestas batallas en las
que estás envuelto y viviendo desde el amor.
No pasa nada
si tropezamos, si nos equivocamos, si olvidamos...
Solo
cerramos de nuevo los ojos, respiramos y nos dejamos
inundar de
su amor de nuevo.
Enjuaga tus
lágrimas de culpa y sonríe a la vida y el amor,
pues eres
hijo de el.
Rosa Francés
Cardona (Izha)
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