Las industrias
lecheras estadounidenses gastan un montón de dinero para convencer al público
en general de que la leche es necesaria por razones de salud, pero lo que no se
dice es que para los adultos el consumo de leche animal puede estimular la
enfermedad coronaria, obesidades, diabetes, cancer de mama, próstata y de
colon, enfermedades autoinmunes, osteoporosis, algunas enfermedades de la
retina y los riñones, la diabetes tipo 1 en niños predispuestos, etc. Por lo
tanto, la ingesta puede y debe ser evitada.
La leche,
especialmente la leche de vaca es la principal causante de alergia a los
alimentos más comunes. Incluso cuando no se es alérgico a la leche a menudo se
crea intolerancia.
Clínicamente,
la leche está estrechamente ligada al aumento de problemas de la piel (eczema),
sinusitis, migrañas y dolor en las articulaciones.
En realidad
la leche es mucho más que una bebida, es un fenómeno cultural y comercial que
puede ser analizado en toda la historia de las civilizaciones. El mito de la
leche está extendido por todo el mundo basado en la creencia de que es alta en
proteínas y calcio y esencial para la salud, especialmente para los huesos. Sin
embargo, los estudios muestran que son más los daños y efectos adversos para la
salud que los beneficios.
Sorprendentemente
no sólo el cuerpo humano es incapaz de absorber el calcio en la leche de vaca
(especialmente pasteurizada), pero ya se ha comprobado que la leche puede
aumentar la pérdida de calcio de los huesos. Irónico?!
Al igual que
toda la proteína animal la leche aumenta la acidez del pH del cuerpo humano,
que a su vez desencadena una corrección biológica natural. El calcio es un
excelente neutralizante de la acidez
y el mayor alamcén de calcio del
cuerpo es el esqueleto. Así, que el mismo calcio que necesitamos para mantener
los huesos fuertes y sanos se utilizará para neutralizar la acidez causada por
la ingestión de leche. Una vez separado de los huesos para equilibrar el pH, el
calcio se excreta en la orina causando un efecto sorprendentemente contrario a
lo que se aboga por la industria láctea.
Sabiendo
todo esto se observó que los países con un menor consumo de productos lácteos
son también los que tienen menor incidencia de fracturas óseas en la población.
Es triste ver que los profesionales de la salud siguen ignorando estos hechos.
Gracias a
nuestro ingenio y tal vez a los instintos de supervivencia, adoptamos el dudoso
acto de beber la leche de otras especies. Nadie niega la eficacia y la
pertinencia de la leche de vaca para los terneros, pero a diferencia de los
seres humanos dejan de consumir leche, sin duda, una vez que han crecido, y lo
mismo se aplica a todos los mamíferos de la faz del planeta. Además cada
especie de mamífero es el “diseñador” de la leche que sirve exactamente para su
especie, y esto se aplica a la leche de vaca que contiene tres veces más
proteínas que la leche humana que, obviamente, tiene que causar trastornos
metabólicos en los seres humanos que la consumen.
Para
aquellos que insisten en mantener los productos lácteos en su dieta deben
saber, al menos, que lo que compran en el supermercado está lejos de ser
saludable. Las vacas reciben hormonas de crecimiento a diario y una simulación
de embarazo para aumentar la producción de leche, así como diversos
antibióticos para reducir las infecciones causadas por diversos mecanismos
químicos a los que están expuestas. Estos químicos, obviamente, contaminan la
leche, y su impacto en los seres humanos que la consumen aún se desconoce.
En
conclusión, y como se ha explicado por el famoso Save Our Bones Program (Programa para salvar nuestros huesos),
contrariamente a lo que se dice por los medios de comunicación y los
profesionales de la salud, programados para repetir únicamente lo que oyen sin tratar
de entender si es correcto o no, beber leche y consumir productos lácteos no es
beneficioso para la osteoporosis u otras discapacidades, sino todo lo
contrario.
La
prestigiosa universidad norteamericana de Harvard publica con cierta
periodicidad un guía de alimentación saludableque ofrece recomendaciones
nutricionales acerca de los alimentos que deben componer una dieta,
recientemente la leche y los lácteos fueron reducidos significativamente.
Investigadores
en la Escuela de Salud Pública de dicha universidad detectaron que altos
consumos de productos lácteos se encuentran relacionados con el aumento de los
riesgos de padecer cáncer de próstata y ovarios.
Fuente: Biblioteca Medica
Fuente: Biblioteca Medica
Fuente: http://www.hsph.harvard.edu/nutritionsource/healthy-eating-plate
No hay comentarios:
Publicar un comentario