LA VIDA ES CONSCIENCIA

 


Presentación de “Armonía. Una nueva forma de ver el mundo”, obra nacida del pensamiento de Carlos de Inglaterra. Cómo nuestra disociación de la naturaleza nos ha llevado a la mayor crisis ambiental en la historia

 

Somos naturaleza. Dos palabras para resumir el principal argumento filosófico en que se asienta “Armonía. Una nueva forma de ver el mundo”, publicación en castellano de la obra que en 2010 conoció su primera edición. Sus responsables: el príncipe de Gales junto a Ian Skelly, escritor y locutor de la BBC, y Tony Juniper, famoso ambientalista británico.

 

Skelly y Juniper, en una presentación que estuvo a cargo de la directora de la editorial Diente de León, Ana de Azcárate, se refirieron a su libro, fruto de catorce años de intenso trabajo y cuyo origen se remonta a una pieza musical interpretada en la boda del príncipe de Gales. En ella se advertía la armonía que generaba entre los asistentes.

 

Juniper expresó al inicio de su intervención que “estamos conectados al mundo natural y los seres humanos somos naturaleza”, tema sobre el cual “hay una crisis de percepción” de parte de la humanidad. Y agregó: “La vida es consciencia”.

 

El ambientalista preguntó “¿cómo podemos resolver los problemas ambientales con una sociedad que se moviliza con coches impulsados mediante combustibles contaminantes?” y con “una agricultura con un enfoque industrial que utiliza pesticidas y fertilizantes artificiales, que agotan el suelo”.

 

Invitó por ello a observar que “la naturaleza opera de forma circular, un modelo que también podemos aplicar en la agricultura, la economía y el diseño urbano”.

 

Ian Skelly, escritor y locutor de la BBC (izq.), y Tony Juniper, famoso ambientalista británico (der.), autores de “Armonía”.

La secuencia Fibonacci

 

Tomando como referencia la geometría y las matemáticas, prosiguió, “podemos encontrar en la secuencia de Fibonacci un patrón de crecimiento y desarrollo en la naturaleza, que se ha aplicado en la arquitectura antigua, en el Partenón, las mezquitas del imperio islámico o en el gótico cristiano”.

Todas estas construcciones “son un tributo a la naturaleza y un recordatorio de cómo ella funciona, una forma de colocar a la humanidad en el universo” y un medio para entender que “el universo es un sistema completamente integrado”.

 

Para ello, añadió, “debemos conocer las filosofías de tradiciones como la hindú, la islámica, la cristiana. La de Platón es una filosofía de la unidad”, y “si dañamos una parte de esta unidad, dañamos todo, incluidos nosotros mismos”. En este sentido, comentó que “el cuerpo humano no es una máquina, también tiene un aspecto psicológico y espiritual”.

 

Más adelante, tras afirmar que conviene “recalibrar nuestro modelo económico actual hacia modelos circulares, no lineales, que son formas explotadoras y destructivas”, se interrogó “hasta dónde nos puede importar el PBI mundial en el marco de una situación como la presente, de una grave crisis climática”. En este aspecto, señaló que “el mundo natural es el sostenedor del bienestar económico”.

 

Hasta no hace mucho, reflexionó, “nos lamentábamos de la destrucción de la naturaleza, pero creíamos que era el precio inevitable del progreso”. Pero finalmente “nos hemos dado cuenta de que falta armonía entre la economía y la ecología”.

 

Economía circular

La economía circular, explicó Skelly, “imita los ciclos de la naturaleza, al contrario de la economía lineal, que es el resultado de la mentalidad industrial”.

 

Como ejemplo de este tipo de economía citó que “se pueden utilizar productos de desecho secundarios, como la paja en agricultura, como se está haciendo en Estados Unidos para fabricar etanol sin necesidad de destruir la selva tropical, y evitando la emisión de grandes cantidades de CO2 a la atmósfera. En la naturaleza no se destruye nada, hay que reutilizar en vez de tirar”.

 

Por ello, continuó diciendo, “necesitamos una revolución de la sostenibilidad, como lo ha expresado el príncipe de Gales con estas palabras; cambiar la forma en que vemos nuestro mundo”.

 

Recordó, en tal sentido, que Carlos de Inglaterra “dice que la ciencia no puede responder a todas nuestras preguntas complejas. Necesitamos tener un sentido de lo sagrado, de lo filosófico y una visión más amplia y profunda, más que, simplemente, las respuestas que se pueden obtener de un ordenador y muchos datos”.

 

Plantas de producción de etanol en Estados Unidos.

 

Impacto de la covid

Al preguntársele sobre la visión que tiene la gente acerca de la naturaleza, con motivo de lo vivido por la pandemia, Juniper sostuvo que se ha dado cuenta del impacto de la agricultura industrial. Del mismo modo que también se han comprobado los peligros derivados por la resistencia a los antibióticos en humanos como resultado del desarrollo de bacterias resistentes en granjas de cría intensiva de animales para consumo, y la forma en que eso puede fomentar la propagación de nuevos virus, como la gripe porcina o la aviar.

 

Todo ello sin olvidar de otras conexiones en el tema medioambiental, como la deforestación y los brotes repetidos de ébola en África.

“Vemos la relación que tienen el agua, la comida, el cambio climático y la pandemia”, destacó.

 

Por su parte, Skelly al recordar el término biofilia, acuñado por Edward Wilson, dijo que “muestra la conexión que tenemos con la naturaleza, porque somos naturaleza. Con la covid la gente se consolaba saliendo a la naturaleza cuando todo estaba cerrado por las restricciones de movilidad. Así encontramos los grandes beneficios del contacto con la naturaleza, por fin nos hemos dado cuenta de ello, hemos comprendido”.

 

Consumidores

Juniper, en otro momento de la presentación, expresó que “nuestros alimentos dependen de las elecciones que hacemos como consumidores”, de allí que en este papel somos “un elemento importantísimo en esta revolución de la sostenibilidad”.

 

Del mismo modo, abordó el tema de los costos en la producción. Si bien admitió a prima facie que la agricultura orgánica es más costosa que la industrial, aclaró que si se equilibran los subsidios que se otorgan a esta última “podemos ayudar a largo plazo a la agricultura orgánica y crear así una forma de producción más exitosa”.

 

Y un dato más. “En las universidades se ve todavía a la agricultura orgánica como una actividad no viable comercialmente, pero el príncipe de Gales ha impulsado que haya más granjas sostenibles que demuestran que son económicamente posibles”, apuntó, añadiendo que “El cambio también debe venir del sistema educativo, además del nivel individual”.

 

Enseñar la conexión con la naturaleza

Juniper manifestó en otro momento: “En vez de llevar a los niños de compras, llévelos a su reserva natural local, la más cercana, camine con ellos, ayúdelos a identificar las aves, así les enseñará esa conexión filosófica con la naturaleza que ahora falta”. Que “los niños utilicen materiales naturales” en su formación, porque los adultos “hemos construido un mundo de puro cemento y plástico que nos impide ser naturales”.

 

En su opinión, “esa desconexión proviene de un estilo cada vez más urbanizado”. “Salimos de casa con aire acondicionado, subimos al coche con aire acondicionado, trabajamos en oficinas con aire acondicionado y vamos al gimnasio con aire acondicionado. No es la realidad de cómo funciona este planeta”, sentenció.

 

Poner la Tierra en la ecuación contable

Si calculamos los costes económicos del cambio climático que soportarán las generaciones, ahora y en el futuro, hay que incluir el daño al suelo, como también los gastos del sistema de salud por el aumento de enfermedades como la obesidad, prosiguió el ambientalista.

 

Para el 2050 se calcula que el 40% del gasto sanitario se destinará para atender enfermedades relacionadas con el sobrepeso, como la diabetes tipo 2. “Esta es la refutación con respecto a los costes que tiene la comida orgánica, producida ecológicamente. Pero solo miramos el precio final en el supermercado, que es engañoso”, subrayó.

 

Por esta razón, expresó, “hay que poner a la Tierra en la ecuación contable”.

 

Y resumió las acciones para llevar a cabo el cambio que se necesita hacer con urgencia:  “compra orgánico, reduce el consumo en general y el uso de la energía, caminando, andando en bicicleta, utilizando en el hogar energía eficiente y compartiendo estas ideas con los jóvenes”. Finalizó la presentación Skelly diciendo: “Si vemos el mundo como un lugar maravilloso, notaremos cuán conectado está. Ensuciémonos las manos en la tierra cultivando verduras y flores, escuchemos la música del mundo. Si eres más sensible a esto, estarás más enamorado del planeta, y es muy difícil destruir lo que amas. Cuida a tu amante”.


Aurelio Álvarez Cortez


Fuente: Tu Mismo


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