Esta planta
de la familia de la menta facilita la digestión y la eliminación de cálculos
biliares. También puede eliminar la migraña y el estreñimiento.
¿Qué es la menta poleo y para qué
sirve?
El poleo (Mentha pulegium) es una
planta perenne, erecta o tendida, de hasta 50 cm de alto, muy aromática. Sus
hojas son opuestas, elípticas, cubiertas de fina pilosidad, y emanan una
intensa fragancia mentolada cuando se chafan. Las flores son de color rosa
pálido y se agrupan en verticilos globosos y compactos en las axilas de las
hojas.
Para usos medicinales se recolecta la
planta entera, que podemos encontrar seca para infusión. Contiene un aceite
esencial con mentol, pulegona, isopulegona, piperitenona y limoneno, así como
principios amargos y taninos.
Antiguamente se había usado como
adelgazante; tomado con vino se decía que actuaba como antídoto a las
mordeduras de serpiente, y mezclado con vinagre, servía para reavivar tras un
desmayo.
Propiedades medicinales del poleo
Las infusiones de esta planta
constituyen uno de los tónicos digestivos más conocidos y apreciados.
Ha sido desde antiguo un recurso muy
a mano para abrir el apetito, favorecer la digestión y combatir el dolor
abdominal provocado por espasmos gastrointestinales y otros desajustes
digestivos, como vómitos y diarreas.
Es un buen remedio contra los gases y
las flatulencias, así como para eliminar el mal aliento.
El poleo se muestra muy eficaz también
para favorecer la secreción de bilis y facilitar la eliminación de cálculos en
la vesícula.
Además se usa como remedio para
acabar con estreñimientos puntuales.
En aplicación externa, la infusión y
el aceite esencial, se ha usado en medicina popular como vulnerario y
cicatrizante sobre heridas superficiales, ampollas y rasguños no sangrantes.
Cómo preparar el poleo
La de poleo es una de aquellas
infusiones a la que eran muy aficionados nuestros abuelos. La planta se ha
incluido en muchas fórmulas tradicionales para elaborar tisanas digestivas y
laxantes, a las que aporta su característico aroma mentolado.
Infusión con poleo para la digestión
Como fórmula carminativa, se
recomienda la que combina el poleo con anís y dos plantas antiespasmódicas, la
manzanilla y la hierbaluisa, a partes iguales.
Cómo prepararla: Se hierve durante 1
minuto el contenido de una cucharada sopera rasa por ración de agua y se deja
10 minutos en infusión. Se toma una taza caliente después de cada comida, sobre
todo si ésta ha generado una digestión lenta y pesada.
Infusión con poleo para eliminar
cálculos de la vesícula
En este caso puede ser una excelente
ayuda la infusión que lo asocia a tres plantas protectoras de la vesícula como
son el diente de león, el romero y la fumaria.
Cómo prepararla: Se hierve durante 1
minuto el contenido de una cucharada sopera rasa por ración de agua y se deja
10 minutos en infusión. Se toma una taza caliente tras las comidas.
Tisana con poleo para las migrañas
Para aliviar las migrañas originadas
por algún desarreglo digestivo, que afecten al hígado o a la vesícula, se puede
probar la infusión de poleo con matricaria, ginkgo y diente de león, nuevamente
a partes iguales.
Cómo prepararla: Se hierve apenas 1
minuto y se mantiene 10 más en reposo. Se debe tomar dos veces al día, en
ayunas, a media mañana y a media tarde, hasta que desaparezca el malestar. Para
disimular el sabor de la tisana, un poco amargo, se aconseja añadir una
cucharadita de miel de romero.
Infusión con poleo contra el
estreñimiento
En este caso, el poleo se combina a
partes iguales con cuatro plantas de reconocidas virtudes laxantes como la
frángula, la zaragatona, el malvavisco y el diente de león.
Cómo prepararla: Se hierve durante 3
minutos el equivalente a una cucharada sopera rasa de la mezcla por taza de
agua, se infunde 10 minutos y se filtra. Se beben tres vasos al día, el último,
minutos antes de acostarse, y se acompaña con un consumo generoso de agua.
Precauciones y contraindicaciones
Se desaconseja la ingestión oral del
aceite esencial, especialmente durante el embarazo y a niños menores de 6 años.
Asesora: J Mª Teixé, herborista de «El Manantial de Salud.
Fuente: Cuerpo Mente
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