Fitoterapia, medicina
ortomolecular y régimen dietético forman parte de las múltiples alternativas
para combatir las enfermedades reumatológicas. Estas posibilidades brindan al
paciente esquemas de tratamiento que llevan a un manejo terapéutico altamente efectivo
para devolverle al paciente la calidad de vida que normalmente se ve muy
afectada.
Existen más de 100
formas diferentes de enfermedades reumatológicas; la artritis es una de ellas.
Se trata de una condición de tipo crónico degenerativo cuyas principales
manifestaciones son la inflamación y el consecuente desgaste de las
articulaciones, por de más, dolorosas e incapacitantes.
Antiguamente, se decía
que el surgimiento de estas patologías era desconocido. Sin embargo, hoy la
ciencia ha avanzado a grandes pasos y se ha podido establecer por dónde es
necesario atacar el origen de la enfermedad para tratarla y lograr el bienestar
del paciente.
“Necesitamos una mirada
global que analice el estado nutricional y que favorezca los procesos
bioquímicos a través de los controles moleculares; todo eso lo ofrece la
medicina integrativa”, asegura el doctor Arturo O’Byrne Experto en Medicina
Biológica y Homotoxicología.
Intervención con
fitoterapia
Con las plantas
medicinales se accede a tratamientos específicos muy eficaces, con los cuales
se produce una solución rápida que conlleva una vida sin dolores y llena de
esperanza. “El tratamiento con fitoterapia debe ser estrictamente natural y
llevado con constancia y decisión”, explica José Martínez Cano, médico español
experto en fitoterapia (obesidpeso@yahoo.es). Algunas plantas recomendadas son:
Heno y oliva: Las
compresas calientes con flores de heno y aceite de oliva ayudan a reducir la
inflamación y controlar el dolor.
Arcilla: las
cataplasmas locales de arcilla se utilizan desde la antigüedad para limpiar la
sangre y normalizar la temperatura interna.
Harpagofito: de gran
utilidad en todo tipo de procesos reumatológicos, inflamaciones en general y
trastornos digestivos. Su uso permite sustituir o reducir la dosis de
corticoides, fenilbutazonas y otros antirreumatoides. Se encuentra en cápsulas
y tisanas. Su asociación con las plantas llamadas cola de caballo y diente de
león favorece la regeneración del cartílago.
Regaliz: además de su
acción antiulcerosa y antiespasmódica tiene poder edulcorante, expectorante,
antitusivo y cicatrizante. Demostrada acción antiinflamatoria, antibacteriana y
actividad estrogénica.
Otra de las terapias
recomendadas es la hidroterapia.
Intervención dietética
El tratamiento de la
artritis reumatoide avanzada exige un régimen alimentario muy riguroso para
obtener resultados positivos, aunque estos sean a largo plazo muchas veces.
La dieta
Siga una dieta
saludable rica en:
Alimentos integrales
Verduras y fibra
Y baja en:
Azúcar
Carnes rojas y
embutidos
Harinas refinadas
Grasas saturadas.
Las comidas deberán ser
estrictamente vegetarianas y con más del 50% de la comida cruda (zanahorias,
apio, puerro, cebolla, pimiento, ajo, col, lechuga, tomate, etc.).
Durante los primeros 15
días del tratamiento absténgase de tomar leche y comer huevos, quesos,
garbanzos y arvejas secas. Conviene la realización de algún tipo de ejercicio
moderado para mantener la funcionalidad y la flexibilidad de las
articulaciones.
Alimentos recomendados:
Alcachofa, berro, apio,
puerro, rábano, col, espárrago, zanahoria, aguacates, manzana, pera, fresa,
frambuesa, cereza. Y en cuanto a carnes: pescado de agua fría, como caballa,
arenque, sardina y salmón.
Estos alimentos:
Reducen la actividad
inflamatoria.
Protegen del daño de
los radicales libres.
Ayudan a regenerar el
cartílago.
Alimentos que debe
evitar: grasas saturadas, harinas refinadas, alcohol y bebidas estimulantes,
alimentos fritos y alimentos procesados.
Intervención
ortomolecular
La medicina
ortomolecular considera que las enfermedades se producen por desequilibrios
moleculares y que estos se pueden corregir mediante la administración de las
moléculas nutritivas adecuadas en el momento correcto.
La nutrición
ortomolecular analiza el comportamiento celular, la manera en la que la célula
absorbe los nutrientes y cómo los utiliza para determinar qué tipo de dieta es
la más indicada para el mantenimiento de la salud celular y la prevención de la
enfermedad.
Partiendo de esta
premisa, la medicina integrativa combina lo más efectivo de la medicina
convencional, con el tratamiento holístico individualizado y suplementos
naturales que ayudan a la regeneración del cartílago dañado y trabajan en la
reparación de los daños que causa el dolor de la artritis.
Para buscar el
equilibrio celular en el caso de las enfermedades reumatológicas se debe:
Consumir poco sodio.
Reducir la sal.
Evitar los productos
lácteos.
Eliminar los
productos envasados, procesados y embutidos.
Consumir mucho
potasio.
Consumir suficiente
magnesio.
Regular el consumo de
calcio.
Incrementar la
ingesta de verduras y cereales integrales.
Consumir suficientes
microminerales, tubérculos, frutas, legumbres y frutos secos.
Evitar el tabaco, la
polución, los aditivos y los antibióticos.
Consumir alimentos
biológicos.
Incrementar el
consumo de antioxidantes (uvas y zanahorias, por ejemplo)
Evitar los azúcares y
carbohidratos refinados.
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