Desde
Einstein sabemos que el tiempo tal y cual nosotros lo concebimos no existe.
Según la teoría del físico francés Jean Pierre Garnier Malet (especializado en
mecánica de fluidos) todo en el Universo es doble, desde los planetas hasta los
granos de arroz.
Su
famosa teoría del desdoblamiento de las fases del tiempo, dice que los seres
humanos, como seres multidimensionales, tenemos también nuestro doble, mientras
nosotros existimos en tiempo real, él lo hace en el cuántico, en estado
ondulatorio, que es el estado de nuestro cuerpo energético.
A
pesar de vivir en otro tiempo y espacio, hay ranuras temporales donde podemos
conectar con ese otro yo, que se mueve a velocidades superiores a la luz. Con
nuestro pensamiento, generalmente orientado hacia el mañana, tendiente a
planificar y proyectar, vamos creando diferentes posibilidades de futuro
(futuros probables).
Durante
algunos instantes entre instantes (millonésimas de segundo) nuestro estado
corporal contacta o pasa al estado ondulatorio y vivimos en el cuántico sin
enterarnos. Podemos intercambiar información con el doble mientras dormimos y
estamos en la fase REM o sueño paradoxal, que es cuando nuestra actividad
cerebral es más intensa.
No
sólo podemos contactar con él, sino pedirle que colabore para sanar nuestros
pensamientos y emociones y para que los problemas de nuestra vida se resuelvan.
Cómo
contactar con tu yo cuántico
1.
Ir a dormir en calma, ese otro yo existe en una frecuencia elevada. No habrá
comunicación si no estamos en el estado adecuado, sino que por el contrario
podríamos captar lo que el físico llama informaciones parasitarias, que
provocarían el efecto opuesto al deseado.
2.
Estar hidratados, ya que la información pasa a través de los líquidos de
nuestras células. Por lo cual es conveniente beber un vaso de agua antes de
dormirnos.
3.
Hacer un ejercicio de introspección (el examen de consciencia, de toda la vida)
y si caemos en la cuenta de que hemos estado pensando mal, pedir que se cambien
nuestros patrones de pensamiento negativo. Pensar bien de nosotros mismos y de
los demás
4.
Alcanzar un estado de benevolencia y total confianza antes de hablar a nuestro
doble y exponer con detalle lo que necesitamos resolver, el pedido debe ser
sólo para temas propios, recuerda que estás hablando contigo mismo.
Pedir
la solución que deseamos u otra posibilidad que sea la adecuada para nosotros y
armoniosa para el mundo. Esto se hará justo en el momento antes de dormirnos,
en la frecuencia de ondas alfa. Luego nos entregaremos al sueño con
tranquilidad.
5.
Al día siguiente debemos estar atentos a los mensajes intuitivos y a las
sincronías o pequeños milagros que surjan en nuestra vida cotidiana.
Garnier
dice que buscando y reencontrando el contacto con nuestro doble podremos
equilibrarnos y hallar el sentido de nuestra vida terrestre. Y explica que por
una equivalencia entre el tiempo del yo ondulatorio y el nuestro, hay un
período que puede alcanzar hasta 40 días para que se resuelvan los temas que
dejamos en manos del doble.
Dentro
de ese lapso de tiempo él explorará lentamente esos futuros probables que
nuestra mente ha proyectado y adoptará la opción más conveniente, creando así
nuestra realidad presente. Depende de la complejidad del pedido, esto también
podría resolverse en unos pocos días, tres, por ejemplo.
Es
innegable que la ciencia se enamora cada vez más de la espiritualidad.
Fuente:
Paradigma Terrestre
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