EL HOMBRE DE TAO - El Camino de Cuang Tzu





El hombre en el cual el Tao actúa sin impedimento no daña a ningún otro ser con sus actos, y aun así no se considera "bondadoso", "manso". El hombre en que el Tao actúa sin impedimento no se preocupa por sus propios intereses y no desprecia a aquellos que sí lo hacen. No lucha por ganar dinero y no convierte en virtud la pobreza. Sigue su camino sin apoyarse en los demás y no se enorgullece de andar solo. Mientras que no sigue a la muchedumbre, no se queja de aquellos que lo hacen. El rango y la recompensa no lo atraen; la desgracia y la vergüenza no lo desaniman. No está buscando constantemente el bien y el mal, decidiendo continuamente "Sí" o "No". Los antiguos decían, por tanto: "El hombre del Tao permanece en el anonimato. La virtud perfecta no produce nada. 'No-ser' es 'Ser de verdad', y el más grande entre los hombres es nadie."





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