En
el Principio de los Principios estaba el Vacío de los Vacíos, lo Innominado. Y
en lo Innominado estaba el Uno, sin cuerpo, sin forma. Este Uno -este Ser en el
cual todo encuentra el poder de existir- es lo viviente. De lo viviente procede
lo Sin-Forma, lo Indiviso. Del acto de este Sin-Forma proceden los Existentes,
todos con arreglo a su principio interior. Eso es la Forma. Aquí el cuerpo
abraza y abriga al espíritu. Ambos trabajan juntos como uno, aleándose y
manifestando sus Caracteres. Y esto es la Naturaleza. Pero aquel que obedece a
la Naturaleza vuelve a través de forma y Sin-Forma a lo Viviente. Y en lo
Viviente, se une al incomenzado Principio. La unión es la Igualdad. La igualdad
es el Vacío. El Vacío es infinito. El ave abre su pico y canta su nota y
entonces el ´pico se cierra de nuevo en el Silencio. Así la Naturaleza y lo
Viviente se unen en el Vacío. Como el cerrarse del pico de un ave después de su
canción. El cielo y la tierra se juntan en lo No Iniciado. ¡Y todo es tontería,
todo es desconocido, todo es como las luces de un idiota, todo carece de mente!
Obedecer es cerrar el pico y caer en el No Inicio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario