Los
peces nacen en el agua, el hombre nace en el Tao. Si los peces, nacidos en el
agua, buscan la sombra profunda del estanque o la alberca, todas sus
necesidades son satisfechas. Si el hombre, nacido en el Tao, se hunde en la
profunda sombra de la no-acción, para olvidar la agresión y las preocupaciones,
no le falta nada, su vida es segura. Moraleja: "Todo lo que necesita el
pez es perderse en el agua. Todo lo que necesita el hombre es perderse en el
Tao."
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