La mayoría de las
enfermedades físicas inician por alteraciones de tipo emocional capaces de
generar desequilibrios orgánicos.
Con la incursión de
terapias alternativas y/o complementarias se ha logrado estabilizar, en gran
medida, esas angustias y situaciones de miedo, tristeza o ansiedad que
confunden la existencia humana y afectan la vida emocional y física.
La armonía entre el
cuerpo y la mente son fundamentales para estabilizar al ser.
La terapia Biomagnética
o Biomagnetismo médico forma parte de ese abanico de posibilidades compatibles
con las terapias alternativas y tratamientos alopáticos convencionales los
cuales permiten, a través de un especial sistema terapéutico, encontrar el
equilibrio energético.
Como explica Olga Lucía
Castaño, terapeuta biomagnética, la técnica consiste en aplicar sobre el
organismo potentes imanes capaces de nivelar los campos magnéticos del cuerpo
humano y lograr el equilibrio del potencial de hidrógeno (pH) del organismo.
Al mantener el pH en
estado neutro se genera equilibrio de acidez y alcalinidad en el cuerpo lo que
repercute en la mejora del sistema metabólico e impide la entrada al organismo
de virus, bacterias, parásitos y hongos que producen lesiones o enfermedades.
“El cuerpo necesita
despolarizar las zonas del organismo donde se genera el malestar y eso lo logra
el Biomagnetismo cuando reconoce los puntos de energía alterados. Ese
reconocimiento se efectúa con imanes pasivos (no electrificados ni conectados a
máquinas electrónicas)
los cuales, a manera de
rastreo y con una leve vibración, detectan los órganos y tejidos específicos
que sufren la distorsión y logran retornar al punto de equilibrio energético al
organismo, aliviando, curando o previniendo las patologías detectadas”, explica
la experta.
Algunas de las
enfermedades sobre las que el Biomagnetismo logra impactar positivamente
estabilizando los órganos o centros energéticos afectados son:
diabetes, cáncer,
problemas articulares, lupus, hepatitis, alergias, gastritis, migraña,
hipertensión, síndrome de Alzhaimer, Parkinson, síndrome del túnel carpiano,
obesidad, displasias de cadera, gota, trastornos psicológicos, psiquiátricos
etc.
¿Cómo es la terapia
Biomagnética?
El tratamiento se
realiza con el paciente acostado sobre una camilla o sobre una superficie plana
boca arriba. Debe llevar ropa ligera y zapatos cómodos o botas; la razón por la
cual la valoración se realiza con calzado es porque tanto para el paciente como
para el terapeuta es más fácil y seguro visualizar la distorsión energética con
el acortamiento o elongación del miembro inferior derecho.
Una vez se detecta la
alteración del órgano Biomagnéticamente el terapeuta realiza la corrección
energética del mismo con imanes manuales no electrificados.
Proyecta una resonancia
vibracional durante 20 minutos aproximadamente y así sucesivamente hasta hacer
un completo reconocimiento de cuerpo del paciente.
La resonancia altera y
elimina los microorganismos que causan la disfunción e impacta la sangre y
posteriormente el mismo organismo se encarga de descartar las toxinas a través
del sudor o la orina, retornando al punto de equilibrio energético y mejorando
o previniendo las alteraciones.
“La enfermedad se
localiza en el órgano o en el tejido en desequilibrio (entre cargas positivas y
negativas). Si se corrige la alteración iónica gracias a la fuerza de
polaridad, desaparece el problema”, describe la terapeuta Castaño.
Beneficios y bondades
Alivia y previene
alteraciones o polarización de los sistemas nervioso, óseo, articular, muscular,
circulatorio y digestivo.
Libera puntos
energéticos bloqueados o alterados energéticamente inclusive desde la vida
intrauterina.
Detecta
asintomáticamente el órgano del cuerpo alterado y polarizado.
Establece, cuando el
paciente no tiene síntomas, cual órgano de su cuerpo está predispuesto a
enfermarse.
Minimiza el gasto en
consultas y medicamentos.
Complementa
tratamientos ortodoxos.
Fuente: Equilibrium -
Medicina Natural
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