LA LIBERTAD
Libertad para todos los
ámbitos de la actividad intelectual.
Sé que es tarea difícil
discutir sobre juicios fundamentales de valor. Si, por ejemplo, alguien
aprueba, como fin, la erradicación del género humano de la tierra, es imposible
refutar ese punto de vista desde bases racionales. Si, en cambio, hay acuerdo
sobre determinados objetivos y valores se puede argüir con razón en cuanto a
los medios por los cuales pueden alcanzarse estos propósitos.
Señalemos, entonces,
dos objetivos:
Los bienes esenciales
destinados a sustentar la vida y la salud de todos los seres humanos, deberían
producirse con el mínimo esfuerzo posible.
La satisfacción de las
necesidades físicas es por supuesto la condición previa indispensable para una
existencia decorosa, si bien no es suficiente por sí sola. Para que los hombres
se muestren satisfechos deben tener también la posibilidad de desarrollar su
capacidad intelectual y artística según sus características y condiciones
personales.
LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y
ENSEÑANZA
El primero dé estos
fines exige la difusión de todos los conocimientos relacionados con las leyes
de la naturaleza y de los procesos sociales, esto es, el impulso de todas las
investigaciones científicas. La tarea científica resulta; por cierto, un conjunto
natural, cuyas partes se apoyan mutuamente, de tal manera que nadie puede
prever, en efecto. No obstante, el progreso de la ciencia exige que sea posible
la difusión sin restricciones de opiniones y consecuencias: libertad de
expresión y de enseñanza en todos los ámbitos de la actividad intelectual. Por
libertad debo suponer condiciones sociales de tal índole que el individuo que
exponga sus modos de ver y las afirmaciones respecto a cuestiones científicas,
de tipo general y particular, no enfrente por ello graves riesgos.
Esta libertad de
expresión es indispensable para el desarrollo y crecimiento de los
conocimientos científicos, un detalle de decisiva importancia práctica. En
primer término, debe garantizarla la ley. Mas las leyes solas no logran asegurar
la libertad de expresión; a fin de que el hombre pueda exponer sus opiniones
sin riesgos serios debe existir el espíritu de tolerancia en toda sociedad. Un
ideal de libertad externa como éste jamás se logrará plenamente, aunque debe
persistirse en él con empeño si queremos que el pensamiento científico avance
sin tregua, lo mismo que el pensamiento filosófico y creador en general.
LIBERTAD INTELECTUAL Y
ARTÍSTICA
Para lograr el segundo
objetivo, o sea que resulte posible el desarrollo espiritual de todos los
individuos, es necesario un segundo género de libertad exterior. El individuo
no ha de verse obligado a trabajar tanto para cubrir sus necesidades vitales
que no le quede tiempo ni fuerzas para sus actividades personales. Sin este
segundo tipo de libertad externa, no servirá de nada la libertad de expresión.
El progreso tecnológico tornaría posible esta forma de libertad si se alcanzase
una división racional del trabajo.
LIBERTAD INTERIOR
La evolución de la
ciencia y de las actividades creadoras del espíritu en general, reclama otro
modo de libertad que puede calificarse de libertad interior. Esa libertad de
espíritu consiste en pensar con independencia sobre las limitaciones y los
prejuicios autoritarios y sociales así como frente a la rutina antifilosófica y
el hábito embrutecedor del ambiente.
«Esta libertad interior
es un raro privilegio de la naturaleza y un propósito digno para el individuo».
Empero, la comunidad
puede realizar también mucha labor de estímulo en este sentido, por lo menos al
no poner trabas a la labor intelectual. Las escuelas y los sistemas de
enseñanza obstaculizan a veces el desarrollo de la libertad interior con
influencias autoritarias o cuando imponen a los jóvenes cargas espirituales
excesivas; las instituciones de enseñanza pueden, por otra parte, favorecer
esta libertad si fomentan el pensamiento independiente.
Únicamente si se
prosigue con constancia y conciencia la libertad interior y la libertad externa
es posible el progreso espiritual y el conocimiento y así mejorar la vida
general del hombre en todos sus aspectos.
MAHATMA GANDHI UN
EJEMPLO DE LIBERTAD
Mahatma Gandhi, gracias
a su libertad exterior e interior pudo ser un conductor de un pueblo, sin apoyo
de ninguna autoridad; político cuyo éxito no se fundaba en la habilidad ni en
el control de instrumentos técnicos, sino únicamente en el poder de convicción
de su personalidad, luchador victorioso que se burló siempre del empleo de la
fuerza, y hombre de gran sabiduría y humildad, armado de una coherencia y una resolución,
inflexibles, ha consagrado todas sus fuerzas a elevar a su pueblo y a mejorar
su suerte. Un hombre, en suma, que se enfrentó a la brutalidad de Europa con la
dignidad de un simple ser humano, y así mostró siempre su superioridad.
«Puede ser que las
futuras generaciones no logren creer que un hombre como Mahatma Gandhi se paseó
alguna vez por esta tierra en carne y hueso».
Estimados en su
totalidad creo que los principios de Gandhi fueron más acertados que los de
cualquier político de nuestro tiempo. Tenemos que luchar para que nuestras
acciones se desarrollen dentro de ese espíritu. No emplear la violencia para
defender nuestra causa y, en cambio, negarnos a la participación de todo
aquello que consideremos una fuente de mal.
Gandhi, el mayor genio
político de nuestro tiempo, nos ha indicado el camino, y nos ha demostrado que
el pueblo es capaz de grandes sacrificios una vez entrevista la vía correcta.
El trabajo que este hombre ha realizado por la liberación de la India es un
testimonio viviente de que la voluntad gobernada por una firme convicción es
más fuerte que el poder material, que aparenta ser invencible.
Albert Einstein
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