Tradicionalmente se
pensaba que el consumo de agua con fluoruro de hasta 1,0 mg F/l era beneficioso
para la salud, especialmente en etapas de crecimiento. Dato que en la
actualidad ha sido objeto de una fuerte controversia. De hecho, ya muchos
científicos opinan lo contrario.
La Organización Mundial
de la Salud desaconseja el consumo de agua cuando la concentración de flúor es
superior a 1,5 mg F/l; sin embargo, sabemos que este límite es superado por
muchos países en el mundo.
El fluoruro no
solamente llega a nuestro organismo desde la ingesta de agua, cuya presencia de
flúor está extendida mundialmente, sino también en la pasta de dientes, en
productos cosméticos, medicamentos e incluso en la misma alimentación y
bebidas. Por lo tanto al cabo del día desconocemos por completo la suma total
de fluoruro que llegamos a ingerir.
Existen algunas zonas
geográficas donde su toxicidad supone un gravísimo problema para la salud.
Enfermedades tales como la fluorosis dental, fluorosis esquelética, que puede
llegar a limitar la movilidad de la persona, e incluso problemas sensoriales del
sistema nervioso entre otras.
Una estimación a la
baja muestra que las personas afectadas a escala mundial por fluorosis supera
los 400 millones, en al menos 25 países del mundo. Los siguientes datos
muestran los porcentajes de la población afectada en cada continente:
AMÉRICA → 11.1%
EUROPA → 16.6%
ÁFRICA → 22.6%
ASIA → 8.6%
Efectos del Flúor en
las personas
Fluorosis dental:
serios problemas en la formación del esmalte, o pérdida del mismo.
Fluorosis esquelética:
afección ósea, haciéndolos frágiles amorfos y quebradizos. Rigidez y dolor en
las articulaciones. Calcificación de los ligamentos, inmovilidad, pérdida de
masa muscular y problemas neurológicos debidos a la compresión de la médula
espinal.
Otros efectos
importantes: Recientes estudios científicos demuestran que la mayoría de las
enfermedades renales están vinculadas con el consumo del fluoruro. Interfieren
con el correcto funcionamiento de la glándula pineal, y también con el cerebro.
Se relaciona con enfermedades como el cáncer de vejiga, osteoporosis, artritis,
huesos frágiles, infertilidad, daño cerebral, síndrome de Alzheimer y el
trastorno de la tiroides.
Descontaminar de Flúor
las aguas
El flúor también se
encuentra de forma natural en las aguas del subsuelo. Sin embargo, cuando las
concentraciones son elevadas, supone un grave problema para la salud. Además
del arsénico y el nitrato, el ión fluoruro (F–) es uno de los principales contaminantes
inorgánicos. La presencia del flúor en el agua del subsuelo se debe a la
disolución parcial de minerales que contienen este ión, presentes en las rocas
subterráneas que están en contacto con el agua. En consecuencia, cuanto más
tiempo están en contacto más elevada es su concentración de fluoruro.
Este es un serio
problema en Etiopía. Millones de personas de este país padecen graves
enfermedades a causa del consumo de agua extraída mayoritariamente de los
pozos. De hecho, la presencia de fluoruro es hasta tres veces mayor que el
máximo recomendado por la OMS. Este dato ha puesto en marcha un proyecto
humanitario financiado por la fundación española Juan Entrecanales de Azcárate
y la Stiftung Freie Gemeinschaftsbank (Suiza), que logrará atender con agua
potable y descontaminada de flúor a las regiones etíopes más afectadas.
Izquierda: planta
potabilizadora inaugurada en Dida y Obe
// Derecha: niña bebe de uno de
los grifos disponibles ahora.
Esta nueva tecnología
es barata, sostenible y no necesita ningún sistema eléctrico para funcionar.
Está basada en las zeolitas, un mineral que al parecer abunda en la zona del
valle del Rift, que permite filtrar el fluoruro. Una empresa española llamada Tagua,
cuya patente le ha sido transferida, ha puesto en marcha a escala comercial la
fabricación de un filtro capaz de depurar el agua de estos agentes
contaminantes.
La colaboración del CSIC con la ONG Amigos de
Silva ha posibilitado el desarrollo de dos plantas potabilizadoras con
zeolitas, inauguradas este 23 de noviembre, en las localidades de Dida y Obe,
situadas a unos 25 km de Ziway, en el valle del Rift central, a 160 km al sur
de Adís Abeba.
Las zeolitas naturales
tienen un origen volcánico y poseen una estructura microporosa que puede
atrapar una amplia variedad de elementos, como sodio, potasio y magnesio. Esta
capacidad permite que las zeolitas se puedan aplicar en el tratamiento de aguas
residuales, la extracción de amoníaco, el control de olores, la extracción de
metales pesados de residuos nucleares, mineros e industriales, en el
acondicionamiento de los suelos para usos agrícolas e incluso como alimento
para animales.
“Las zeolitas son un recurso natural abundante
en Etiopía que no se ha explotado debido a la falta de conocimiento científico
relacionado con su aplicabilidad que pueda motivar su explotación sistemática”,
explica Isabel Díaz, investigadora del CSIC en el Instituto de Catálisis y
Petroleoquímica, y una de las inventoras de la patente.
“Me gustaría que los próximos destinos donde
implementar esta nueva tecnología sean India y México. Quiero seguir por ahí
porque lo necesitan más que nadie. Es donde falta agua potable y donde más
afecta la fluorosis”, argumenta la Doctora Díaz.
Fuente: Preparaandonos
para el Cambio
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