Ojalá
seamos dignos de la desesperada esperanza.
Ojalá
podamos tener el coraje de estar solos y la valentía de arriesgarnos a estar
juntos.
Ojalá
podamos ser desobedientes, cada vez que recibimos órdenes que humillan nuestra
conciencia o violan nuestro sentido común.
Ojalá
podamos ser tan porfiados para seguir creyendo, contra toda evidencia, que la
condición humana vale la pena.
Ojalá
podamos ser capaces de seguir caminando los caminos del viento, a pesar de las
caídas y las traiciones y las derrotas, porque la historia continúa, más allá
de nosotros, y cuando ella dice adiós, está diciendo: hasta luego.
Ojalá
podamos mantener viva la certeza de que es posible ser solidario y
contemporáneo de todo aquel que viva animado por la voluntad de justicia ,
nazca donde nazca y viva cuando viva, porque no tienen fronteras los mapas del
alma ni del tiempo.
Eduardo Galeano
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