MEDICINA ORTOMOLECULAR,
una aliada del corazón
La medicina
ortomolecular dice que, para tener una buena salud, el cuerpo requiere un
correcto equilibrio en los micronutrientes. Una manera de vivir mejor.
Linus Carl Pauling ha
sido, sin duda, una de las mentes más brillantes que ha dado el universo
científico. Este estadounidense recibió el Premio Nobel de Química en 1954,
gracias a sus múltiples investigaciones, entre las cuales resalta la medicina
ortomolecular.
Esta terapia toma más
fuerza día a día, debido a su método natural, que no atenta contra el
organismo. Su objetivo es lograr la correcta concentración o dosis de las
sustancias micronutrientes en el cuerpo para prevenir enfermedades o curarlas.
Para dar a conocer de
qué se trata este tipo de medicina, el cirujano alemán Michael Gesche, con más
de 30 años de experiencia, vino a Colombia como invitado del Simposio de
Medicina Biológica, realizado en Bogotá por Eurolife, en febrero de 2011.
Este experto en
nutrición ortomolecular asegura que la buena alimentación no es suficiente para
estar en correcto equilibrio, por lo que el organismo necesita refuerzos, pero
naturales.
“Si miramos la salud
del mundo, vemos cómo los países desarrollados, como Alemania, están en franca
decadencia. Allí, enfermedades como el asma, el cáncer, las alergias y la
osteoporosis están aumentando considerablemente. De hecho, las proyecciones
hablan de un incremento, entre el 2030 y el 2050, hasta del 160% de los casos.”
asegura el médico
alemán.
Este panorama se debe,
entre muchas razones, a la alimentación inadecuada de hoy, la cual no alcanza a
darle al ser humano las suficientes herramientas para su defensa.
Este análisis ya había
sido anunciado por Pauling en el siglo pasado, cuando señaló: “Para
salvaguardar la salud, hay que darle al cuerpo determinadas sustancias
micronutrientes en dosis y combinaciones óptimas. Por ello, la medicina
ortomolecular no busca más que el mantenimiento de la salud y el tratamiento de
enfermedades, variando las concentraciones de algunas sustancias que están en
el cuerpo y que son indispensables”.
Nutrición para el
corazón
Esto, en términos
generales, indica que, por más saludable que sea la alimentación de un ser
humano, el cuerpo no alcanza a obtener las dosis necesarias de vitaminas,
minerales, oligoelementos y demás sustancias protectoras y, así, se incrementan
los índices de enfermedad. Debido a ello, el concepto ortomolecular toma más
fuerza, ya que países europeos, como Alemania e Italia, le han abierto las
puertas a este tipo de medicina natural, logrando mejorías sustanciales en su
población; especialmente en lo que a cardiopatías se refiere.
Al respecto, el estudio
GISSI (Gruppo Italiano per lo Studio della Sopravivenza nell’ sobre prevención)
mostró que la exposición sobresaliente de los ácidos grasos omega 3 genera
importantes efectos: en 11.314 pacientes, después del primer infarto de
miocardio, se logró una reducción significativa de la mortalidad total en un
14%; de la mortalidad cardiovascular, en un 17%; y de la incidencia en muerte
cardíaca súbita, en un 26%; todo ello debido a una certera suplementación de
ácidos grasos omega 3.
El mundo de los
micronutrientes
Teniendo en cuenta el
valor que tienen las sustancias micronutrientes para preservar la buena salud,
o bien en el tratamiento de enfermedades ya diagnosticadas, es importante que
aprendamos a reconocer cuáles son los alimentos, la adecuada nutrición y las
sustancias coadyuvantes en las enfermedades cardiovasculares.
Los beneficios de las
sustancias micronutrientes para el corazón
• En el perfil
lipídico: pueden contribuir al descenso del nivel de grasa en sangre y, así,
regular el perfil lipídico, es decir, el estado del metabolismo de los lípidos
corporales.
• En los radicales
libres y la disfunción endotelial: los antioxidantes son, por naturaleza,
captadores de radicales libres (especies químicas reactivas e inestables). Con
esta propiedad pueden reducir la oxidación lipídica, neutralizando los
radicales libres y evitando el surgimiento de una arterioesclerosis.
• En el descenso de los
niveles de homocisteína: cuando esta sustancia (un aminoácido) se encuentra en
concentraciones plasmáticas elevadas se convierte en un factor de riesgo
independiente para enfermedades ateroescleróticas.
• Propiedades
antitrombóticas: se logra una inhibición de la agregación plaquetaria, es
decir, se controla la formación de grumos, que conducen a la formación de
trombos. De igual forma, los aceites de pescado que contienen los ácidos omega
3 tienen efectos anticoagulantes.
• En la insuficiencia
cardíaca: en lo que respecta al suministro de energía para el corazón, el
derivado de aminoácidos L-carnitina y la coenzima Q10 juegan un papel
fundamental.
Fuente: EQUILIBRIUM
MEDICINA NATURAL
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