Deja ir a
las personas que solo llegan para compartir quejas, problemas, historias
desastrosas, miedo y juicio de los demás. Si alguien busca un cubo para echar
su basura, procura que no sea en tu mente. Dalai Lama
Parte del aprendizaje de la vida es la duda,
este sentimiento nos despierta la necesidad de confiar. Pero no resulta
sencillo disfrutar cada instante que experimentamos junto a alguien o atravesar
una situación determinada, si no nos sentimos cómodos o nos genera sufrimiento.
A todos
nos ha sucedido una vez o muchas veces, que luego que terminamos una relación,
de cualquier índole, de pareja, laboral, de amistad, entre otras, reconocemos
finalmente cual era el verdadero sentido de esa relación. La alegría o el
sufrimiento que nos causó fue parte de una enseñanza que generalmente
entendemos mucho después de haberla vivido.
Se
despidieron y en el adiós ya estaba la bienvenida. Mario Benedetti
Muchas de
nuestras experiencias solo las hacemos consciencia cuando estamos a punto de
revivir o repetir lo vivido, las usamos de ejemplo, de referencia o a modo
comparativo, es entonces cuando vislumbramos finalmente la enseñanza dejada por
esa situación o persona.
Ocurre
que por más que deseemos que algo termine o continúe, esta persona o situación
en nuestra vida solo partirá de nuestra
vida cuando nos haya transmitido su enseñanza; esto no quiere decir que debemos
ser capaces de comprender esta enseñanza para que deba abandonarnos, muchas
veces sencillamente desaparece y solo nos queda el vacío, o simplemente se
extiende y perpetúa nuestro sufrimiento, pero existe una gran diferencia si
tratamos de vislumbrar el verdadero sentido de lo que nos está pasando.
De mucha
ayuda resulta no adelantarse a juzgar ninguna situación o persona, evitar los
prejuicios nos esclarece el camino, nos hace imparciales y un tanto más
objetivos ante un hecho que afrontamos, esto nos permitirá probablemente tener
una mente más clara y fresca abierta y dispuesta a recibir lo enseñado.
Por otra
parte está la imperiosa necesidad de vivir experimentando el presente, no tiene
sentido tratar de entender algo que ya sucedió o que no ha sucedido, vivir
atento al presente nos brinda la maravillosa oportunidad de no perder detalle,
de percibir toda la energía que se nos presenta, de saber escuchar, de
disfrutar el silencio de instantes, esto nos dará la calma para aceptar lo que
se muestra ante nuestros ojos.
No puedo
volver al pasado porque era una persona distinta. Lewis Carroll
Haz uso
de tus recursos esenciales
Sé
humilde, recibe lo que se presenta, desde su esencia y no desde su apariencia.
La humildad es una gran virtud que solemos olvidar y en muchas ocasiones son
memorables las situaciones que nos recuerdan esta verdad de vida.
Sé
paciente, espera con bondad a que todo pase, la paciencia nos da la serenidad
para saber exactamente cómo actuar en el instante y el momento preciso. Cuando
vivimos perturbados, con la mente en constante ruido, nos perdemos grandes
momentos de nuestra existencia, pasamos por alto detalles que pueden cambiar
nuestra vida.
Acepta lo
que sucede ante ti, no te llenes de dudas que nublan el alma y perturban la
cordura, no te quedes atado a la desconfianza, si algo o alguien te genera
serias dudas, observa cuidadosamente tu sentir, ve la experiencia desde tu
interior, probablemente encontrarás la respuesta.
La vida
debe ser comprendida hacia atrás. Pero debe ser vivida hacia delante.
Kierkegaard
Y finalmente,
no temas la partida de aquello o aquel que nos abandona, tampoco temas el que
aún permanezca, vive la experiencia, en el presente, en el ahora, con atención,
con bondad, con humildad y aceptación, de esta manera podrás presentir la
enseñanza y cuando acabe su labor, estarás plenamente preparado para dejarlo
ir.
Sara Espejo- Rincon del Tibet
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