¿Tenemos el poder de tomar libremente nuestras decisiones?
¿podemos actuar libremente?
Sabemos que muchas de nuestras decisiones, nuestra manera de
actuar, de comportarnos, de enfrentarnos y responder ante determinadas
situaciones, incluso la gestión misma de todo lo que nos va aconteciendo,
depende mucho de nuestra mente y personalidad, es decir, de todo lo que
conforma nuestra experiencia previa ante situaciones similares, nuestros
juicios, condicionamientos, proyecciones… y esto he podido reconocer en mí que
hasta ahora lo sabía desde una consciencia limitada, limitada porque era desde la consciencia de
la mente.
Tenía ese tipo de consciencia desde un punto de vista
conceptual, aunque yo no me hubiese dado cuenta de ello, porque cuando uno se
da cuenta de que realmente no es libre, se siente de una forma muy profunda, es
como un despertar, como un abrir los ojos a algo que realmente estaba a la
vista y lo sabías pero desde una perspectiva limitada; cuando te das cuenta de
que realmente jamás has tomado una decisión por tí mismo o misma, cuando
reconoces que nunca has sido libre, es asombroso la libertad que a la vez en
ese momento experimentas y parece contradictorio, pero es que es en ese justo
momento cuando reconoces todo lo que no es, cuando te das cuenta lo que no es
Verdad y que jamás si no es desde la Verdad tomamos ni una sola decisión y a la
vez surge una paz inmensa de saber que puedes dejar atrás todos esos
condicionamientos y esa personalidad y todo lo que la mente cuenta que ya no te
interesa, que ya tuviste y experimentaste suficiente de eso y que ahora sí
tienes el Don de la oportunidad de alcanzar de verdad la libertad.
¿Realmente existe entonces el libre albedrío como tal? Yo
siento que esto no es sino una parte más del juego dual. Creemos que tomamos
muchas decisiones, pero realmente no tomamos ninguna o rara vez lo hacemos, si
no es desde nuestra esencia real. Tomamos decisiones en base a lo que hemos
aprendido, es decir, lo que nuestra mente nos muestra como realidad y como
verdad y sabemos que esto no es la Verdad, son meras proyecciones e
interpretaciones que hacemos del mundo que nos rodea. Al menos que seamos
libres, es decir, que hayamos ido profundo a nuestro interior, que hayamos
hecho un trabajo de auto-indagación y hayamos descubierto quiénes somos en
realidad, mientras no descubramos nuestra verdadera naturaleza y seamos al
menos Presencia, no podremos realmente tomar decisiones libremente; si
realmente Somos, las decisiones ya no se hacen desde el punto que estamos
acostumbrados, es decir, desde la personalidad, sino que en el día a día vida
todo va fluyendo y en ese fluir las cosas se van dando y vamos actuando, por lo
que realmente todo de manera gradual se irá dando cada vez más en sintonía con
la Verdad, con el Ser, con el Amor, en definitiva con lo que Somos, por lo que
incluso el sentido que nosotros desde la personalidad y la dualidad le damos al
libre albedrío carece ya de significado. En ese estado ¿a quién le interesa
realmente eso del libre albedrío?.
Mientras no Seamos, no podemos realmente ser libres y por
tanto nuestras acciones no se darán desde la libertad. No nos engañemos, no
tomamos desde el estado de ignorancia decisiones, nuestra mente elige entre los
patrones de conducta que aprendió y generalmente movidos por el miedo o por el
temor, que de manera inconsciente es el motor de muchas de las formas en que
actuamos, pondremos en marcha uno u otro, pero eso no es libertad es jugar a
creer que somos libres y tomamos decisiones, y como decía al principio esto no
debe ser visto sólo desde el punto de vista conceptual o desde la consciencia
limitada de la personalidad, generalmente nos quedamos ahí sin ser conscientes
de ello, sino que para reconocerlo e integrarlo realmente, debe ser visto desde
la luz de la Consciencia más elevada. Sólo desde el Ser se puede ser libre,
sólo desde este espacio que no está en ningún espacio, puedes fluir con lo que
denominamos vida, pues realmente tú mismo te conviertes en Vida, Eres Vida.
Angélica Galeano
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