Es
una ley espiritual de alto rango “NADA ESTÁ FUERA DE MI” la más difícil de
aceptar y la más difícil de comprender, porque su conocimiento y aplicación nos
hace responsables de todo aquello que nos pase.
La
comprensión y puesta en práctica de esta ley es clave, en la toma de
decisiones, pues si la responsabilidad de lo que nos ocurre la ponemos fuera de
nosotros, cuando busquemos soluciones a nuestros conflictos buscaremos fuera y
no hallaremos solución, las soluciones a nuestros problemas o conflictos
siempre están dentro de nosotros, basta con buscar.
No
hay nada más humano que echar la culpa de lo que nos pasa a los demás o a
multitud de cosas que siempre las situamos fuera de nosotros, eso es un grave
error, que en la mayoría de los casos es lo que nos impide ser felices en la
vida.
Todo
los que nos pasa es, no lo duden, lo que nos tiene que pasar, es lo que hemos
sembrado y ya se sabe que uno solo recoge lo que siembra, y como lo hemos
sembrado es muy fácil de entender si no nos dedicamos al arte de engañarnos a
nosotros mismos.
La
siembra de lo que nos pasa viene como consecuencia de las decisiones que tomamos,
todas las decisiones que tomamos es evidente que tienen unas consecuencias, lo
que ocurre es que cuando los resultados no son los que deseamos, empezamos a
buscar mil y una disculpas, para no admitir nuestra responsabilidad.
Alguien
podrá pensar que no es así, bien yo solo les invito a una reflexión, por más
vueltas que quieran dar a las cosas que nos ocurren, siempre y fíjense que digo
siempre, la última decisión de cómo nos va a afectar lo que ocurra es nuestra.
Basta con un ejemplo que se da en nuestro día a día: Cuando decimos que nos
“Han hecho tal o cual cosa” es una forma que como se dice coloquialmente
“tenemos de echar balones fuera”.
Nadie
si nosotros no queremos nos puede hacer nada, lo cierto y la frase bien
enunciada seria “yo he permitido que me hagan tal o cual cosa”. De esa forma no
situamos la responsabilidad de lo que nos ocurre fuera de nosotros, sino que
admitimos que nosotros somos los responsables de lo que nos haya ocurrido.
Por
eso siendo objetivos tengamos la firme convicción de que lo mejor que puede
pasarnos es dejar que todo pase. Y enfrentar la toma de decisiones en el
momento que pasa. Tal vez la única opción, dirán muchos, pero también la mejor
porque la mayoría de las cosas que nos preocupan nunca pasan.
Por
eso es muy importante “la toma de decisiones en nuestra vida” porque de las
decisiones que tomamos se derivan luego las consecuencias que nos van a llegar.
Por
eso tomar decisiones conscientes da como resultado poder prever las diferentes
consecuencias que pueden llegarnos y esa es la mejor forma de estar preparados
y poder canalizar las consecuencias de forma positiva.
Saber
tomar las decisiones correctas es fundamental, para que en nuestra vida haya
armonía y felicidad, que podremos compartir con los seres queridos que nos
rodean.
LAS
DECISIONES QUE SIEMPRE SABREMOS QUE SON LAS MEJORES EN CADA MOMENTO, SON
AQUELLAS QUE TOMAMOS CON EL CORAZÓN Y LA RAZÓN, ESCUCHANDO LO QUE AMBAS NOS
APORTAN, AÑADIENDO UN TOQUE DE INTUICIÓN (LA INTELIGENCIA NO RAZONADA) Y POR
SUPUESTO, LLEVÁNDOLAS A LA PRÁCTICA.
Esteban
Perez
Fuente:
La Ciencia del Espiritu
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