Naturaleza
Mi
espalda está encorvada por la erudición,
Mis ojos
están debilitados por las palabras de la historia.
Aunque
pueda estar rodeado de conocimiento,
Aún no
puedo compararme con la perfección de la naturaleza.
El
estudio es una pasión compartida por muchos de nosotros. Hay gran encanto en la
educación y fascinación con los logros de la civilización. Vamos a bibliotecas
y museos. Vamos a exposiciones que muestran las excavaciones de tumbas reales.
Estamos encantados por nuevas invenciones. Y sin embargo, si miramos por la
ventana y vemos un árbol en su perfección, o miramos una marisma, u observamos
a un gato mientras pasea por su territorio, o vemos el destello de una urraca
azul, podemos ver otro orden de belleza e inteligencia en esta vida.
Las obras
de la humanidad no se pueden comparar a las obras de la naturaleza. A las obras
de la civilización les falta el equilibrio y refinamiento de la naturaleza.
Demasiadas veces nuestros logros son empañados por motivos impuros: ganancia,
penuria, deseo de fama, o simple codicia. Lo logramos, pero no podemos prever
los resultados porque somos incapaces de poner nuestras acciones en un contexto
mayor.
La
naturaleza es un conglomerado de fuerzas enfrentadas, de diente y garra, veneno
y perfume, barro y excremento, huevos y huesos, rayos y lava. Parece caótico.
Parece terrible. Y sin embargo, por todas sus obras inconmensurables, supera
por lejos las empresas de nuestra sociedad.
Piensa
sobre lo que haces. ¿Cuánto de ello se puede comparar a la perfección de la
naturaleza?
Fuente: 365 Meditacion
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