¡EL
SANAR NO SIEMPRE SE SIENTE BIEN!
El
sanar, casi siempre, implica un trauma de algún tipo: abrir viejas heridas,
exponer a la luz energías reprimidas, ignoradas y mal entendidas; tratar de ver
lo amoroso dentro de aquello que no amamos… es por esto que la sanación no
siempre luce o se siente bien, o hermosa o amable.
Uno
de los mitos más peligrosos y desconsiderados que hemos heredado de nuestra
cultura es que la sanación debería ‘SENTIRSE BIEN’. ¡No! A veces nuestro dolor
realmente aumenta y se intensifica conforme la oscuridad sale hacia la luz.
¡Pero el dolor que inmediatamente juzgamos como 'malo’ podría indicar que
nuestro proceso de sanación se está intensificando y alineando, y no que está
estancado!
Está
la tendencia en nuestra cultura de evitar el sufrimiento, de distraernos de él,
de etiquetarlo como 'equivocado’ o 'negativo’, que es necesario meditarlo o
medicarlo para deshacernos de él, que es necesario prevenir la experiencia de
éste (¡y por supuesto, hay una gran inteligencia en esto también!). Mucha de
nuestra así llamada 'medicina moderna’ está orientada a la eliminación de los
síntomas, a calmar la incomodidad, a adormecer el caos y a dirigirnos hacia una
idea socialmente aceptable de 'normalidad’.
Pero
a veces, amigos, ¡simplemente ya no tenemos ningún interés en 'volver a la
normalidad’! ¡Lo 'normal’ era el problema, no la solución! El estatus quo
necesitaba cambiar. Era completamente inestable y falso. ¡Ya es hora de una
nueva medicina!
A
veces, nuestra frágil 'normalidad’ necesita romperse en el caos, el dolor
necesita ser sentido más a fondo, el corazón tiene que romperse con mucha más
intensidad. Y esto no es para destrozarnos, sino para deshacer formas no
auténticas de ser.
El
sufrimiento no es un castigo que mande un dios sentencioso, tampoco se trata de
un error en un universo descompuesto, tampoco es la evidencia de nuestro
fracaso y nuestra ignorancia, sino una enseñanza espiritual profundamente viva.
Mira a Jesús en la cruz. El dispositivo de su tortura se convirtió en su última
invitación para sanar - el redescubrimiento de su propia Presencia, previa a su
encarnación humana, previa al tiempo mismo. La crucifixión fue la invitación
para descubrir de nuevo a Dios.
¡Todos
estamos en la cruz con Jesús! ¡La cruz nunca discrimina a nadie!
Considera
la posibilidad de que dentro de tu sufrimiento estás siendo invitado a dejar
ir, a dejar 'las cosas de niño’, a despertar del sueño de la normalidad para
abrazar la vida con todo su quebranto y asombro. Para enamorarte del sitio en
donde te encuentras en este momento. Para ser aquí, ahora.
Deja
que los vientos soplen, deja que la tempestad ruja, deja que todo lo falso se
purifique, deja que todo lo muerto permanezca muerto, ¡permite que la vida
estalle allí, justo donde estás! Tan sólo estás siendo invitado a una más profunda
sanación, aunque se sienta como dolor, aunque el corazón se sienta frágil y en
carne viva, aunque seas incapaz de ver todavía algún mañana.
Dios
es aquí.
Jeff
Foster
Deja tu comentario, para encender entre todos la luz que nos ayude a comprender y crecer. Abrazos!! Olga
No hay comentarios:
Publicar un comentario