Nuestra
actitud es el reflejo de nuestro ser, de nuestros pensamientos, de nuestro
interior. Es ella la que determina cómo nos afecta una situación particular, es
a través de ella que logramos aligerar nuestras cargas y darle a la vida un
sentido que resulte positivo para nosotros.
Cuando
nuestra actitud está cargada de alegría, de positivismo, de optimismo, aún en
los momentos adversos, estamos demostrando desde qué óptica vemos el mundo,
cómo influyen los diferentes factores internos y externos en nuestro ser y cómo
manejamos las situaciones exigentes de nuestra vida.
"Si
tenéis el hábito de tomar las cosas con alegría, rara vez os encontraréis en
circunstancias difíciles." ― Robert Baden-Powell
Cualquier cosa que tengamos que decir, por
seria que sea, puede ser expresada a través de una sonrisa, sin necesidad de
convertirnos en unos payasos o en personajes burlones de nuestra vida o de la
de quienes nos rodean.
La
alegría es un reflejo de nuestra conexión con nuestra alma, refleja el
conocimiento de para qué estamos acá… aunque no logremos comprenderlo, sabemos
que independientemente de lo que vivamos, la vida es un regalo y hay que
disfrutarla al máximo y esto solo lo conseguimos a través de nuestra felicidad,
ésa que se manifiesta en nosotros como un estado de agradecimiento por la
oportunidad, que nos pone en sintonía con la armonía perfecta, donde sabemos
apreciar este tránsito en nuestro camino de evolución.
Cuando
perdemos la posibilidad de sentirnos alegres, más allá de las circunstancias,
no alejamos de la fuente esencial de la que provenimos, comenzamos a
distorsionar con nuestro propósito, comenzamos a menospreciar este presente que
se nos ha dado privilegiadamente para darle el mejor uso.
"Buscas
la alegría en torno a ti y en el mundo. ¿No sabes que sólo nace en el fondo del
corazón?." ― Rabindranath Tagore
Pensemos
un momento en cómo llevamos nuestros días, cuánto tiempo dedicamos a quienes
amamos, cuánto tiempo dedicamos a hacer lo que nos gusta… por lo general es muy
poco. Muchas veces cuando comprendemos que la meta no es el destino, sino el
camino, ya es tarde, ya se nos hace imposible retroceder el tiempo para revivir
y prestar atención a lo que realmente nos llena como seres humanos, vemos con
tristeza y frustración cómo hemos invertido nuestro valioso tiempo en cosas que
ni siquiera se acercaban a lo que queríamos.
Alégrate
de estar aquí, es un milagro, alégrate de vivir lo que vives, si no tuvieses el
potencial para superar obstáculos, no los tendrías que afrontar. Todo es
perfecto tal y como es, acéptalo, date la oportunidad de mirar al mundo con los
cristales de colores y despídete de esos que todo lo oscurecen… Estás aquí para sonreír, para vivir sin
miedos, para aprovechar el tiempo al máximo. Si algo no te gusta, cambia tú, cuando
cambias tus creencias, tus estándares, tu visión, todo alrededor cambia, tú
eres el creador de tu vida, disfrútala y no permitas nunca que se apague tu
alegría, porque es sencillamente tu condición natural.
Fuente:
Rincon del Tibet
Deja tu comentario, para encender entre todos la luz que nos ayude a comprender y crecer. Abrazos!! Olga
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