Los Maravillosos Preceptos de Thich
Nhat elevan de forma increíble nuestro espíritu y la forma de vivir en plenitud
y amor con nuestros semejantes.
LA VERDAD INMUTABLE
No seas idólatra ni te ates a ninguna
doctrina, teoría o ideología, incluso a las Buddhistas. Todos los sistemas de
pensamiento son medios de guía; no son la verdad absoluta. No creas que el
conocimiento que tienes en este momento es la verdad inmutable, absoluta. Evita
ser de mentalidad estrecha y atarte a los puntos de vista presentes. Aprende y
practica el desapego de los puntos de vista para estar abierto a recibir los
puntos de vista de los demás. La verdad se encuentra en la vida y no meramente
en el conocimiento conceptual. Prepárate para aprender a través de toda la vida
y a observar la realidad en ti mismo y en el mundo en todo momento.
No fuerces a los demás, ni siquiera a
los niños, por ningún medio en absoluto, a adoptar tus puntos de vista, ya sea
por autoridad, amenaza, dinero, propaganda o incluso educación. Sin embargo,
por medio del diálogo compasivo, ayuda a los demás a renunciar al fanatismo y
la estrechez.
No evites el contacto con el
sufrimiento ni cierres tus ojos ante el sufrimiento. No pierdas la conciencia
de la existencia del sufrimiento en la vida del mundo. Encuentra maneras para
estar con aquellos que están sufriendo por todos los medios, incluyendo el
contacto personal y las visitas, imágenes, sonido. Por tales medios, despierta
tú mismo y a los demás a la realidad del sufrimiento en el mundo.
No acumules riqueza mientras millones
están hambrientos. No tomes como el objetivo de tu vida a la fama, el provecho,
la riqueza o el placer sensual. Vive simplemente y comparte el tiempo, la
energía y los recursos materiales con quienes están en necesidad.
No mantengas ira u odio. Tan pronto
como surgen la ira y el odio, practica la meditación sobre la compasión para
comprender profundamente a las personas que han causado ira y odio. Aprende a
ver a los otros seres con los ojos de la compasión.
No te pierdas en la dispersión y en
el ambiente que te rodea. Aprende a practicar la respiración para recuperar la
compostura del cuerpo y la mente, para practicar la atención, y para
desarrollar la concentración y la comprensión.
No pronuncies palabras que puedan
crear discordia y causar ruptura en la comunidad. Haz todos los esfuerzos para
reconciliar y resolver todos los conflictos, aunque sean pequeños.
No digas cosas falsas por el bien del
interés personal o para impresionar a las personas. No pronuncies palabras que
causen desviación y odio. No difundas noticias que no sabes si son ciertas.
No critiques o condenes cosas de las
que no estás seguro. Habla siempre verdadera y constructivamente. Ten el valor
de hablar sobre situaciones de injusticia, aun cuando hacerlo pueda amenazar tu
propia seguridad.
No uses a la comunidad Budista para
ganancia o provecho personal, ni transformes tu comunidad en un partido
político. Una comunidad religiosa debe, sin embargo, tomar una actitud clara
contra la opresión y la injusticia, y debe esforzarse por cambiar la situación
sin engancharse en conflictos partidarios.
No vivas con una vocación que sea
dañina para los humanos y la naturaleza. No inviertas en compañías que priven a
los demás de su oportunidad de vivir. Elige una vocación que ayude a realizar
tu ideal de compasión.
No mates. No permitas que otros
maten. Encuentra todos los medios posibles para proteger la vida y prevenir la
guerra.
No poseas nada que debería pertenecer
a los demás. Respeta la propiedad de los demás pero evita que los demás se
enriquezcan con el sufrimiento humano o el sufrimiento de otros seres.
No maltrates a tu cuerpo. Aprende a
manejarlo con respeto. No veas a tu cuerpo sólo como un instrumento. Preserva
las energías vitales (sexual, respiración, espíritu) para la realización del
Camino. La expresión sexual no debería ocurrir sin amor y compromiso. En las
relaciones sexuales, sé consciente del sufrimiento futuro que pueda causarse.
Para preservar la felicidad de los demás, respeta los derechos y compromisos de
los demás. Sé plenamente consciente de la responsabilidad de traer nuevas vidas
al mundo. Medita sobre el mundo al cual estás trayendo nuevos seres.
No creas que yo siento que sigo todos
y cada uno de estos preceptos perfectamente. Sé que fallo de muchas maneras.
Ninguno de nosotros puede cumplir plenamente cualquiera de ellos. Sin embargo,
debo trabajar hacia una meta. Esta es mi meta. Ninguna palabra puede reemplazar
a la práctica, sólo la práctica puede hacer a las palabras.
Thich Nhat Hanh
Fuente: La Iluminacion Espiritual
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