Las enseñanzas budistas pueden
ayudarnos a neutralizar los temores de la mente y vivir una vida más plena
Si caminamos como un buda tal vez
vivamos una vida más plena. Las costumbres del mundo moderno, con su exigente
ritmo de vida, han sembrado el estrés, la ansiedad, la depresión y otras formas
de neurosis que han convertido a las enfermedades mentales en uno de los principales
factores de riesgo en la salud y bienestar de las personas. Más aún tras este
año de pandemia.
La mente vive agitada, estresada y en
el miedo. Necesitamos calmarla, serenarla y practicar formas para paliar la
neurosis. No es preciso ser un monje, tan sólo caminar por la vida como si
fuéramos un buda.
No se trata de ser un iluminado, sino
de comprender cómo el alinearse con lo interno ayuda a nuestra felicidad y
bienestar. Estas son diez lecciones del budismo que pueden ayudarnos a
conseguirlo:
1- Medita…No es más que sentarse y no
hacer nada
Meditar es la gran lección del Buda.
Hay quien piensa en poner la mente en blanco o en una mística elevada, pero
meditar no es más que sentarse y no hacer nada.
La meditación no se fuerza, al
contrario se genera soltando carga y pensamientos. Hay que sentarse en postura
cómoda en un lugar íntimo y confortable. Es preciso alargar la espalda y abrir
el pecho para permitir el flujo de la respiración. Desde aquí inhalamos y
exhalamos largo y profundo, dejando que el silencio, la mirada interior y el
aire que respiramos nos alejen del mundanal ruido. Con la práctica somos
capaces de soltar y soltar, hasta llegar a un vacío fértil en que nos vemos
verdaderamente, más allá de los personajes que creamos, rompiendo el velo de
una realidad distorsionada. Meditar no es más que ir a dentro para ver limpia y
clara nuestra conciencia. Deja que los pensamientos pasen más lentamente y
entre ellos verás chispas de autoconocimiento intuitivo muy enriquecedoras.
2- Enfócate…En un mundo de
distracción, conecta con la intuición
Vivimos en la cultura de la
distracción, perdidos en pantallas digitales y realidades virtuales, pendientes
de las redes y el multitasking. Hacemos muchas cosas, pero no somos conscientes
de nada. Así, nos perdemos la experiencia de saborear, darnos cuenta y vivir
plenamente. La velocidad aporta un sentido de superficialidad a la vida.
El Buda es el modelo de foco,
desarrollar la atención plena para, desde el presente, experienciar plenamente
y ser capaz de discernir la realidad. Si nos desenfocamos vivimos una realidad
distorsionada y confusa.
Daniel Goleman dedicó un libro
entero, Focus (Kairós, 2013), a este tema: “El foco interno nos ayuda a
conectar con nuestras intuiciones y los valores que nos guían; el foco externo
nos ayuda a navegar por el mundo que nos rodea, y el foco en los demás mejor a
nuestra vida de relación.”
Lo que el Buda nos transmite y
hubiera añadido es que, para navegar por el mundo que nos rodea, necesitamos
poder conectar con ese foco interno de la intuición.
3- Encuentra tu camino
medio…Relaciónate, sal... y también interioriza
El noble camino óctuple es, según el
budismo, la vía que nos libera del sufrimiento en la vida. Para ello hay que
ser correctos en nuestra conducta, habla, comprensión, acciones, esfuerzos,
concentración, atención y medio de vida. No mentir, no matar, no difamar, no
ser irrespetuoso ni frívolo…
Entre todo ello, encontramos el
camino del medio, que nos habla de una práctica no extremista, de vivir la vida
en armonía, sin llegar a los extremos, sin polarizarse.
Integrar, acoger, abrazar para
encontrar el equilibrio sin renuncias extremas ni deseos desbocados. Este
podría ser nuestro camino medio. Desarrolla la confianza en tu naturaleza
búdica, practicando meditación y viviendo en el equilibrio. Puedes relacionarte,
tener vida social, salir... y también interiorizar, saber estar sólo. Ser
activo y también pasivo.
4- Sé el observador…Toma distancia,
sin juzgar
Ten la capacidad de tomar distancia.
Salta del personaje que interpretas. Mira desde fuera, sin juicio, sin
autocrítica. Simplemente observa: ¿Quién eres? ¿Cómo te muestras al mundo?
¿Cómo te relacionas? ¿En qué momento de la vida estas? ¿Cuáles son tus anhelos?
¿Qué problemas te rodean? ¿Con qué recursos cuentas? ¿Qué es lo que más te
mueve o motiva? ¿Qué necesitas soltar?
Puedes dejar que te asalten todo
tipo de preguntas hasta que la mente se calle, se aquiete y puedas observarte
en silencio. Sé el observador de ti mismo y del entorno que te rodea. Aprende a
tomar distancia para poder observar sin que aparezca el juicio. No es cuestión
de si está bien o está mal. Simplemente, es. Así se comporta un buda, sin
necesidad opinar o posicionarse, tomando distancia física y mental.
5- Aprende a estar solo…La soledad
nos hace crecer
Como tantos sabios, filósofos o
iniciadores de religiones, el Buda debió retirarse del mundo a meditar.
Nos retiramos y abandonamos, casi
deteniendo la vida, porque sólo desde el vacío llegan las más poderosas
revelaciones. Sin ser santos o sabios, en una vida corriente diríamos que hay
que tocar fondo para renacer.
La soledad nos hace crecer. Los
amigos, la pareja, la familia acompañan pero todos tenemos un sendero que
recorrer, aunque sea compartido.
Has de saber estar sólo, para ser el
observador, poder meditar, encontrar tu camino del medio y saborear las
experiencias de tu vida.
6- Practica el desapego, abandona las
expectativas…Está bien ilusionarse, pero sin pasarse
Abandonar el apego es una de las
máximas más importantes de Buda. Soltar el apego al pasado y al futuro, sin
nostalgia ni expectativas. Además de liberarnos del mayor de todos los apegos,
el que nos encadena a nuestro ego.
Si vives en la expectativa, deseando
un futuro inmediato, te condenas a la frustración de que no ocurra como tú has
previsto. Queremos controlarlo todo, pero la vida es cambio.
El deseo como mayor causa del
sufrimiento es la primera máxima budista. Siendo contemporáneos, podríamos
decir que está bien ilusionarse, pero sin pasarse, ni obsesionarse.
7- Sé bondadoso…Practicar la bondad
crea bienestar
El Buda dice: “Reiterar en la bondad
produce felicidad. Así pues, obrad bien una y otra vez. El hombre que actúa
bien, es feliz en todo momento, y consciente de que ha obrado bien, va
aumentando su dicha”.
Una de las herencias de la ley del
karma hinduista o la lógica cartesiana. Toda acción tiene una consecuencia.
También la ley de la atracción. Lo bueno atrae lo bueno y el miedo al pánico. Por
tanto, en toda situación practicar la bondad, crea bienestar. Si no sabes lo
que es ser bueno, escucha a tu corazón.
8- Vigila tu mente y practica el buen
humor…Todos los estados de ánimo nacen en la mente
Todo está en la mente. No hay nada
esencialmente bueno o malo, es el pensamiento el que lo convierte y clasifica
en una u otra cosa. Por eso lo que necesitamos es poder observar nuestra mente.
Refinarla, limpiarla, purificarla.
Somos lo que pensamos y nos hemos
convertido en lo que estuvimos pensando. El pensamiento crea realidad y el
personaje que somos. Si gruñes todo el día serás un gruñón. Si te quejas de
todo, acabarás en la víctima. Así que medita, vigila tu mente y entrénate para
que tu mente sea generadora de positivos y placenteros estados de ánimo.
Aunque sea impostado, practica el
buen humor durante un día o comparte la jornada con alguien alegre y verás.
9 -Sé paciente y calmado…Perder los
nervios no va a cambiar la realidad
La naturaleza del Buda es la
serenidad. Cierra los ojos y dibuja esa media sonrisa en tu rostro, sin ser
altivo ni engreído. Enfócate en que todo está bien. Las circunstancias podrían
ser mejores, tal vez estás pasando un mal momento. No importa, ten paciencia y
espera, porque la vida son ciclos. Al igual que el día sucede a la noche, la
luz volverá a tu vida. Mientras tanto, mantén la calma. Perder los nervios no
va a cambiar la realidad. Mantener la calma puede ayudarte a transitar la
dificultad y a encontrar soluciones.
La paciencia y la calma son
condiciones para no ser reactivo. Date tiempo antes de emprender una acción. Si
saltas impulsivamente puedes cometer errores o agredir, sin querer, a personas
que estimas.
10- Adáptate al cambio…Vive en la
impermanencia
Queremos vivir en el plan, con todo
controlado, pero la vida es cambio. Afrontamos una realidad cambiante con una
mente rígida y nos estrellamos continuamente.
Practica la flexibilidad mental.
Abandona ciertas creencias y obligaciones. Flexibiliza tu cuerpo practicando
yoga; improvisa y no vivas siempre aferrado al plan de la agenda. Si esto no es
posible en tu trabajo, hazlo durante el fin de semana y poco a poco, ves
comprendiendo la práctica de estar en impermanencia.
Este año de pandemia ha sido todo un
aprendizaje de cómo vivir en el cambio.
Nadie dice que caminar por la vida
como un buda sea fácil. Seguir todas estas premisas es un ejercicio diario que
requiere disciplina. Trata de caminar como un buda, viviendo desde el corazón,
más pausado, enfocado y conectado con tu interior.
Despierta, el mundo puede ser un
lugar maravilloso y tú tienes la capacidad de crear un bonito sendero. Poco
antes de morir el Buda brindó a sus discípulos uno de sus mejores consejos:
“Sed vuestra propia lámpara; sed
vuestro propio refugio. No busquéis refugio en otro lugar.”
Thomas Demarczyk
Fuente: Vientos deConsciencia
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