Yen
Hui, el discípulo favorito de Confucio, apareció para despedirse de su Maestro.
"¿Dónde vas?", preguntó Confusio. "Voy a Wei." "¿Y
para qué?" "He oído que el príncipe de Wei es un individuo
autoritario, sensual y totalmente egoísta. No se preocupa en absoluto de su
gente y se niega a admitir cuaquier defecto en su persona. No presta la más
mínima atención al hecho de que sus súbditos mueren por doquier. Todo el campo
está lleno de cadáveres como heno en un prado. El pueblo está desesperado. Pero
yo le he oído decir, Maestro, que se debe abandonar el estado bien gobernado e
ir al que esté sumido en el desorden. A las puertas del médico hay abundantes
enfermos. Deseo aprovechar esta oportunidad para poner en práctica lo que he
aprendido de usted y ver si puedo lograr alguna mejora de las condiciones de
aquel lugar." "¡Ay!", dijo Confucio, "no te das cuenta de
lo que haces. Atraerás el desastre sobre tu cabeza. El Tao no necesita de tus
anhelos y sólo lograrás desperdiciar tus energías con tus mal encaminados
esfuerzos. Al desperdiciar tus energías, te encontrarás confuso y después
ansioso. Una vez que te invada la ansiedad, ya no serás capaz de ayudarte a ti
mismo. Los antiguos sabios empezaban por buscar el Tao en ellos mismos, después
miraban a ver si encontraban en los demás algo que se correspondiera al Tao,
tal como ellos lo conocían. Pero si tú mismo no tienes el Tao,¿qué ganas tú
desperdiciando el tiempo en vanos esfuerzos por llevar al camino correcto a
unos políticos corruptos?...No obstante, supongo que has de tener alguna base
para tus esperanzas de éxito.¿Cómo te propones conseguirlo?" Yen Hui
respondió: "Pretendo presentarme como un hombre humilde y desinteresado,
que sólo busca hacer lo que está bien y nada más: un planteamiento sencillo y
honesto. ¿Ganaré con esto su confianza" "Por supuesto que no",
replicó Confucio. "Ese hombre está convencido de que sólo él está en lo
cierto. Podrá fingir ante el público que se toma interés en un patrón objetivo
de justica, pero no te dejes engañar por ello. Él no está acostumbrado a que
nadie se le oponga. Su método es confirmarse a sí mismo que está en lo cierto
pisotenanso al resto de la gente. Si esto lo hace con hombres mediocres, con
más seguridad aún lo hará con alguien que representa una amenaza para él al
afirmar qu es un hombre de grandes cualidades. Él se aferrará tozudamente a su
método. Podrá fingir que está interesado en tus palabras acerca de lo que es
objetivamente bueno, pero en su interior no te oirá y no lograrás cambio albuno.
No llegarás a ninguna parte de esta manera." Yen Hui dijo entonces:
"Muy bien. En lugar de oponerme a él directamente, mantendré mis propios
valores interiormente, pero exteriormente fingiré ceder. Apelaré a la autoridad
de la tradición y a los ejemplos del pasado. Aquel que interiormente se niega a
aceptar compromisos es tan hijo del Cielo como cualquier gobernante. No me
apoyaré en ninguan enseñanza propia y, por tanto, no tendré preocupación alguna
sobre si se aprueba mi conducta o no. Finalmente seré aceptado como una persona
desinteresada y sincera. Todos llegarán a apreciar mi candor y así seré un
instrumento del Cielo en medio de ellos. De esta manera, cediendo
obedientemente ante el príncipe como hacen otros hombres, inclinándome,
arrodillándome, postrándome como cualquier sirviente debe hacer, seré aceptado
como limpio de culpa. Así, otros tendrán confianza en mí y gradualmete
empezarán a usarme, viendo que tan sólo deseo hacerme útil y trabajar para el
bien de todos. Seré así un instrumento de los hombres. Mientras tanto, todo lo
que tenga que decir será expresado en términos de la antigua tradición.
Trabajaré con la sagrada tradición de los sabios de la antigüedad. Aunque lo
que diga pueda ser objetivamente una condena de la conducta del príncipe, no
seré yo el que la pronuncie, sino la propia tradición. De esta forma, seré
perfectamente honesto sin ser ofensivo. Así, seré un instrumento de la
tradición. ¿Cree usted que es ésta la forma correcta de abordar la
cuestión?"
"Desde
luego que no", dijo Confucio. "¡Tienes demasiados planes de acción,
mientras que ni siquiera has conocido al príncipe u observado su carácter! En
el mejor de los casos, tal vez puedas www.bibliotecaespiritual.com
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librarte
y salvar tu pellejo, pero no conseguirás cambiar absolutamente nada. Tal vez él
se adapte superficialmente a tus palabras, pero no existirá un cambio real en
su actitud." Yen Hui dijo entonces:"Está bien, esto es todo lo que se
me ocurre. ¿Querría usted, Maestro, decirme qué sugiere?" "¡Debes
ayunar!", dijo Confucio. "¿Sabes a qué me refiero cuando hablo de
ayunar? No es fácil. Pero los caminos fáciles no provienen de Dios."
"¡Oh!", dijo Yen Hui. "¡Estoy acostumbrado al ayuno! En casa
éramos pobres. Pasábamos meses sin ver carne o vino. Eso es ayuno,¿no es así?"
"Bueno, puedes llamarlo 'observar un ayuno', si quieres", dijo
Confucio, "pero no es el ayuno del corazón." "Dígame", dijo
Yen Hui. "¿Qué es el ayuno de corazón?" Confucio respondió: "El
objetivo del ayuno es la unidad interior. Esto significa oír, pero no con los
oídos; oír, pero no con el entendimiento; oír con el espíritu, con tudo tu ser.
Oír sólo con los oídos es una cosañ Oír con el entendimieto es otra. Pero oír
con el espíritu no se ve limitado a una facultad u otra, al oído o a la mente.
Por tanto, exige el vacío de todas las facultades. Y cuando las facultades
quedan vacías, la totalidad del ser escucha. Se da entonces una captación
directa de aquello que está frente a ti y que no puede ser escuchado con el
oído o comprendido por la mente. El ayuno del corazón vacía las facultades, te
libera de las limitaciones y de las preocupaciones. El ayuno del corazón da a
luz la unidad y la libertad." "Ya veo", dijo Yen Hui. "Lo
que obstruía mi camino era mi propia conciencia de mí mismo. Si consigo empezar
el ayuno del corazón, esta conciencia de mi mismo desaparecerá. ¡Entonces me
veré libre de limitaciones y preocupaciones!¿Es eso lo que quiere decir?"
"Sí", dijo Confucio, "¡eso es! Si eres capaz de hacerlo,
quedarás capacitado para ir al mundo de los hombres sin afectarlos. No entrarás
en conflicto con su propia imagen ideal de sí mismos. Si estan dispuestos a
escuchar, cántales una canción. Si no, mantente en silencio. No intentes echar
abajo sus puertas. No pruebes nuevas medicinas con ellos. Limítate a estar
entre ellos, porque no tienes otra misión que ser uno de ellos.¡Entonces podrás
tener éxito! Es fácil mantenerse quieto y no dejar rastro, pero es difícil
andar sin tocar la tierra. Si sigues los métodos humanos, podrás engañar y aun
salir bien librado. En el camino del Tao, el engaño es imposible. Sabes que se
puede volar con alas; aún no has aprendido a volar sin ellas. Estás
familiarizado con la sabiduría de aquellos que saben, pero aún no conoces la
sabiduría de aquellos que no saben. Observa esta ventana: no es más que un
agujero en la pared, pero gracias a ella todo el cuarto está lleno de luz. Así,
cuando las facultades están vacías, el corazón se llena de luz. Al estar lleno
de luz, se convierte en una influencia por medio de la cual los demás se ven
secretamente transformados."
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