55.
Las prácticas holísticas de los
antiguos maestros abarcan la ciencia, el arte y el desarrollo personal
espiritual.
Mente, cuerpo y espíritu forman
igualmente parte de ellas. Éstas incluyen:
Yi Yau, la ciencia de la sanación
que incorpora la diagnosis, la acupuntura, las plantas medicinales, la dieta
terapéutica y otros métodos.
Syang Ming, la ciencia que
predice el destino de una persona mediante la observación de los síntomas
físicos de su rostro, esqueleto, palmas de las manos y voz.
Feng Shui, la ciencia de
distinguir los rayos de energía sutil en una zona geográfica para determinar si
ésta es adecuada para sostener las actividades de un edificio o de una ciudad
que deba de ser construida en ella.
Fu Kua, la observación de las
alteraciones sutiles del Yin y del Yang, con el objeto de tomar decisiones
armoniosas con los aspectos manifiestos y los ocultos de una situación. La base
del Fu Kua y de toda la práctica taoísta es el estudio del I Ching, o Libro de
los Cambios.
Nei Dan, Wai Dan y Fang Jung, las
ciencias de afinar la propia energía personal a través de la alquimia, la
química y el desarrollo de la energía sexual equilibrada.
Tai Syi, la ciencia de la
revitalización mediante la respiración y las técnicas de visualización.
Chwun Shi, la transformación de
la esencia espiritual de una persona
mediante el mantenimiento de sus pensamientos en armonía con la Fuente Divina.
Shu-Ser, la armonización de la
vida cotidiana con el ciclo de los rayos de la energía universal.
Bi Gu, la práctica del ayuno en
días concretos, a fin de reunir la energía vital que emana de las posiciones
armonizadas de ciertas estrellas.
Sau Yi, la ciencia de aceptar
totalmente la unidad trascendental integral, a fin de realizar el concepto de
la "perla mística".
Tai Chi Chuan, la realización de
ejercicios físicos para inducir y dirigir los flujos de energía dentro del
cuerpo, con el objeto de obtener el dominio de éste, de la respiración, de la
mente, de los órganos internos, de la vida y de la muerte.
Fu Chi, la ciencia de rehacer y
refinar la propia energía mediante alimentos puros y hierbas medicinales.
Chuan Se, la visualización
interna de la unidad del propio ser interno y externo.
Dzai Jing, la purificación de la
energía a través de prácticas ascéticas.
Fu Jou, el dibujo de imágenes
místicas y la escritura y recitación de invocaciones místicas con el objeto de
evocar una respuesta del ámbito sutil del universo.
Tsan Syan, el proceso de disolver
el ego y de conectarse con la Gran Unidad mediante el estudio de las escrituras
clásicas y el diálogo diario con un maestro iluminado.
Lyou Yen y Chi Men, las ciencias
místicas de la articulación de la energía con el objeto de influenciar los
acontecimientos externos.
De todas éstas, la más importante
para los principiantes es el estudio del I Ching, que permite percibir las
influencias ocultas en cada situación y, de este modo, establecer medios
equilibrados y espiritualmente evolucionados para responder a la misma.
Todos ellos son instrumentos para
alcanzar el Tao.
Estudiarlos es contribuir a la
unidad, armonía y sabiduría universales.
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