Bien
amado del Amor,
Abba se
expresa en el corazón de los seres, donde todo es presencia, donde todo se
revela, en el seno de la Alegría, en la Verdad Desnuda, en cada uno y, se eleva
en el canto de la Resurrección, en el canto del Silencio.
Lo que se
desarrolla, en el seno de lo que son en apariencia, sólo puede revelarse más
allá del ser, lo que está en lo indecible, anterior a todo, donde ni el tiempo
puede pasar, donde, ni el espacio puede comprometerse y desviar, donde el
tiempo y el espacio se fusionan, dentro de la Verdad Inmutable, Eterna e
Infinita del Amor, no dependiendo de nada, dónde está la Fuente de la Alegría.
Que cada
uno de ustedes descubra, en función de las circunstancias, de lo que creyó y de
lo que vivió, poniendo fin al sufrimiento, poniendo fin a todo sueño, a fin de
que no quede nada más allá que la Verdad indisoluble del Ser, jugando el no
ser, donde ninguna distancia no puede permanecer ya, donde nada puede alcanzar
lo que jamás apareció y lo que jamás podrá desaparecer.
En este
espacio sagrado llamado Corazón del Corazón, invito a cada ABBA a permitirse
ser, después de no ser, de todo lo que puede aparecer, además de todo
nacimiento, como además de toda la muerte, como además de cualquier ciclo, la
Última Presencia se abre en tí los canales de la Alegría, a través de este
cuerpo o, en el interior de este cuerpo, como una emanación de este cuerpo, por
lo tanto perecedero y sosteniendo lo imperecedero.
Yo no
vengo aquí para llenarte con palabras, sino en el silencio de esta evidencia y
vacuidad, donde todo sucede, donde todo es creado, donde nada puede
desaparecer, donde todo aparece.
Por
tanto, en esta desnudez, en la presencia de cada uno, en este instante, como en
cada instante, trascendiendo justamente el tiempo, como toda la distancia.
Vengo
para apaciguar, con el espacio entre mis palabras, la realidad de su presencia,
para encontrar su fuente en toda ausencia, allí donde nada puede ser jugado,
allí donde nada puede pasar y que, por tanto, permite todos los pasajes y todos
los estados, porque se sitúan más allá del estado, fuera del estado, así como
fuera de todo pasaje.
Están
allí conmigo, poniendo fin a la distancia, poniendo fin a la ignorancia, y
poniendo fin a aquello que no es verdadero.
La hora
ha llegado, desde hace tiempo, de realizar la Verdad, a fin de que ella te
recubra con su bálsamo, aquel que pone fin justamente a distancia y
sufrimiento; a fin de que la evidencia crezca a cada instante, trascendiendo el
tiempo y trascendiendo todo lo que puede hacerte resistir.
Los invito
a ser gentiles y ser dulzura, en cualquier apariencia que sea, que se expresa y
es sagrada por medio de sus cuerpos, como a través de este mundo, eso no es
nada comparable a ésto que te pide vestirse con todos los hábitos de la nulidad
del amor, conteniendo todas las formas, como todos los mundos.
En este
espacio llamado sagrado, se vive lo sagrado, mucho más de lo que se vive la
Eternidad, eso que siempre existió y, eso que siempre estuvo allí, donde no
puede existir ninguna animosidad, ni ninguna contradicción, ni ningún
sufrimiento.
Este
espacio y este tiempo no están fuera de tu Corazón del Corazón, sino aquí, en
este lugar bien definido en tu pecho, donde todo se revela, donde no hay
necesidad de persona, ni de tí, ni de otro, ni de quién sea, ni de ningún
mundo. Viene a poner fin a toda sed, viene a poner fin a todos los fines.
Así, la
alegría de la ligereza y la ligereza de la alegría, revelan las máscaras, las
que se han escondido en el seno de su cabeza, como en sus ojos, porque no hay
nada más que mirar, que no sea a sí mismo, sobre la pantalla de este mundo,
como sobre todas las pantallas, porque no son ninguna de esas pantallas, en las
cuales aparece la forma, sobre las cuales aparece la densidad, porque están más
allá de toda la densidad, allí donde la nada es leve, donde la nada se puede
medir, donde todo es evidente. Porque si cada uno de se reconoce o no, que
acepten o no, no cambia nada.
Todo lo
que pasa en este instante, como en cada instante, todo es abolido porque todo
ya está hecho. No tiene nada más que esperar, ni tienen que temer, ni tienen
nada que esperar, así como nada que proyectar.
Sólo el
silencio interior que magnifica la Alegría, necesita expresarse, a través de ti
e independientemente de ti, de cualquier creencia, de cualquier idea, de
cualquier pensamiento, donde no hay otra cosa que la totalidad de los mundos,
sino también la evidencia del Amor, que no se puede separar, donde nada puede
ser separado, donde nada puede ser dividido, donde nada puede ser aprobado.
Y en este
lugar que es tuyo, además de mis palabras y de mi silencio, existe sólo eso,
por lo que se le promete, aún si hoy, todavía son numerosos en no reconocerse
dentro de esta desnudez.
Yo no he
venido a entregar lo que sea, yo llegué al centro de su corazón, testimoniando
lo inefable, más allá de mis palabras y más allá de cualquier presencia que
sea, para que no seas perturbado por la forma, tanto la suya, como la del otro,
porque están más allá de todo eso, eso es lo que se desarrolla en este
instante.
Ahora
sólo puedo declamar en ti Paz, Alegría y Verdad, no necesitando nada más que
experimentar, de manera permanente, en esta Alegría, en esta Verdad, en esta
paz, porque nada puede venir a perturbar, cualquiera que sea el escenario,
cualquiera que sea el estado de tu cuerpo, presente en la Tierra, eso no impide
nada.
Es la
Verdad del Amor y, yo diría, la Verdad del Amor y de la Alegría que florecen,
en tus ojos, en tus labios, porque se está devolviendo hacia sí mismo, por sí
mismo y en sí mismo. Porque eso está más allá de ti, además de todo lo que
sentiste y, como de todo lo que viste.
Aquí y
allá, a tu alrededor y en todas partes en este mundo, eso es lo que se vive, a
pesar de toda apariencia y, a pesar de todo el sufrimiento. Porque el Amor
recubre todo, a la manera de la Luz y de su Inteligencia, que revisten este
mundo en un campo con flores llamadas esperanzas, que no será necesario
cosechar, porque nada más hay que esperar, ni siquiera que temer, porque todas
las soluciones están en el seno del instante.
Yo sólo
puedo pedirles, en el silencio de mis palabras, unirse en este momento, que no
es mañana, ni después, sino que será siempre, inscritos en el instante en que
son ustedes mismos, en cualquier apariencia que sea, en cualquier historia que
se desarrolle, sobre la pantalla ordinaria, a fin de vivir lo maravilloso, para
trascender todo lo ordinario, así como todo límite.
¿Qué te
queda cumplir, si no simplemente probar la ligereza del silencio, la
magnificencia de la Alegría y del Amor donde nada puede ser dicho, que no sea
vestirse de Él Mismo? Te resta volverte simple, en la inocencia de la infancia,
donde cada minuto pasado en la Tierra, en cualquier ocasión que sea, en
cualquier momento, porque se desarrolla a la belleza de lo inefable, que
ninguna imagen de este mundo, ni ningún sufrimiento que sea, podrán impedir o
limitar.
Bien
amado del Uno, constatas que el Juramento y la Promesa son accesibles a cada
ser viviente, sin distinción de lo que sea, porque hay en cada conciencia, como
en cada lugar de este espacio de la Tierra, la misma presencia y el mismo el
Amor indescriptible, no hay esfuerzo que hacer.
Por el
contrario, sólo hay que estar allí, más allá de toda petición, más allá de toda
pregunta, porque el Amor no tiene ninguna pregunta, ni del por qué, ni del
antes, porque luego se diluye. Así como toda esperanza y como todo miedo, dando
lugar a este Amor calificado Desnudo, cuyo testimonio es simplemente tu
presencia, en esta forma y que permanecerá más allá de todas las formas, más
allá de toda densidad.
Lo que yo
digo a cada uno, puede ser dicho en el silencio de las palabras, sin añadir
nada y sin quitar nada. Vaya más allá de mis palabras, ve más allá de tus
palabras, donde todo es evidencia y eso es simple, porque los tiempos se
cumplen, porque el momento a llegado, el momento de la Verdad, donde nada puede
ser escondido, donde nada puede ser olvidado.
Entonces,
si ustedes aceptan colocarse en este espacio sagrado de su corazón, yo estaré
allí, no como una voz que habla, sino simplemente en presencia, ampliando su
presencia y abriendo el origen de su propia presencia, aquí como en todas
partes.
Bien
amado del Uno, son ustedes mismos, en cualquier imagen, en cualquier reflejo,
el mismo Uno, lo que sea que digan sus ojos, sea lo que digan sus sentidos, sea
lo que diga este mundo, como todos los mundos.
La Luz no
necesita, ni de mensajero, ni de condiciones, porque todas las condiciones se
cumplieron, más allá de lo necesario, porque el Amor sólo puede ser la
abundancia de la Paz, la abundancia de la Alegría.
Por
tanto, sólo queda cosechar los frutos de la Verdad, la Fuente que jamás se
seca, te sacia con su Fuego, por su dulzura, pero también con algunos dolores,
pero eso no hace diferencia, porque el resultado de la ecuación es siempre el
mismo, no puede ser de otro modo, no puede ser diferente.
Esta
evidencia no necesita justificación, ni palabras, ni postura, sino simplemente
la transparencia que los conducirá naturalmente a la evidencia de la infancia,
la evidencia del instante, la evidencia de la Verdad.
Entonces,
en cada uno, resuena el campo de la libertad, si lo percibe o no, no cambia
esta realidad. Cada día y cada minuto, del tiempo transcurrido dentro de la
ilusión de este mundo, se acerca y no fuiste tú quien se movió, no tienes que
moverse, no tienes que ver nada, no tiene que sentir nada.
Así, el
vacío de todo concepto, el vacío toda sensación, eso está ahí, lo indecible,
donde todo se resuelve y al mismo tiempo, no se resuelve, porque no te
pertenece más, ni depende más de tu historia, ni de tu forma en este mundo.
Por
tanto, los invito a colocarse en el silencio, en este instante de comunión, de
fusión, cualquiera que sea el nombre que ustedes quieran darle, él se acercará,
porque sólo tu corazón puede entender la Esencia, pues sólo tu corazón, más
allá de tu corazón, puede vivir esto, porque sólo existe esto, porque eres esto
y nada más en este mundo, lo sabes, viven esto todos juntos, sin nada que
excluir, sin nada que separar, sin nada que eliminar. Y eso es perfecto, y esto,
¡es la Verdad!
Así, sólo
puedo colocarte donde siempre has estado, no tocando ninguna puerta que sea,
sino simplemente con tu presencia; no pidiendo otra cosa, a menos que esté
presente, allí donde no hay proyección, ninguna historia, ni a donde llegar,
porque todo ha llegado; porque todo ya nació, donde debería haber nacido, donde
debería aparecer sobre la pantalla de este mundo.
Todo lo
que llegue, de ahora en adelante, no hará más que pasar y desaparecer, cada día
que parece transcurrir y que, por tanto, sucede en el seno de la ilusión de
este mundo, es la evidencia que se convierte en la única Verdad, más allá de lo
posible, no existe otra.
Por
tanto, cuando te colocas en el Corazón del Corazón, por medio de mis palabras,
aparece la inutilidad, incluso de todos los males o de toda discusión. Entre
cada palabra, entre cada frase, la respiración de su Eternidad, se superpone a
toda respiración de este mundo, allí donde no hay nada que seguir, donde ningún
movimiento es necesario, ni siquiera deseable.
Bien
amado del Uno, Unos en sí mismos, además de cualquier escena y cualquier
concepto, además de todas las formas, como además de todas las dimensiones.
Esto es mucho más que un "cara a cara", porque en definitiva, no
existe cara, ni espalda, ni lado derecho, ni inverso; nada puede ser definido,
nada puede ser medido, nada puede ser categorizado.
[CONTINÚA
...]
Fuente: Universo Espiritual
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