TAI CHI CHUAN EN LA TERCERA EDAD:
SALUD E INTEGRACIÓN
Durante los catorce años que llevo
dando clases a grupos de mayores, he podido disfrutar de muy buenos momentos
con mis alumnos. La experiencia ha resultado ser muy gratificante. Son personas
agradecidas que suelen implicarse rápidamente en actividades participativas
como jornadas de convivencia, maratones de Tai Chi o entrenamientos conjuntos.
Y el fruto de la práctica ha sido, entre otros aspectos, una mejora de la salud
y la integración social.
A lo largo de su vida la mayoría ha
tenido pocas oportunidades para la práctica de actividades deportivas. Con la
jubilación muchas veces llega el sedentarismo, algunos se encierran en sus
casas y pasan más horas en la cama, aunque no duerman o delante de la
televisión. Son pocos los que se dedican a dar largos paseos y se muestran más
activos.
En los últimos años se está
promocionando el deporte como medio de mejorar la calidad de vida de nuestros
mayores, ya que realizar una actividad física de forma habitual trae consigo
una clara mejora en el bienestar físico y emocional. Es necesario fomentar una
actitud positiva ante la vida a través de la práctica de un tipo de ejercicio
que les resulte satisfactorio, interesante y motivador, máxime cuando se empieza
a percibir el deterioro de las cualidades físicas y se piensa en la muerte como
algo cada vez más cercano.
CONOCER EL MUNDO DE NUESTROS MAYORES
Si pretendemos dar clases de Tai Chi
a la tercera edad deberíamos ponernos al día sobre cómo se desarrolla el
proceso evolutivo en esta etapa de la vida y conocer los elementos que la
conforman.
Algunas de las características que
configuran la realidad actual de la vejez son el aumento de las expectativas de
vida y la mejora de las condiciones sociales y sanitarias. La pirámide de
población nos muestra que cada vez habrá más personas mayores de 65 años y que
aumenta el número de personas que superan los 80. En el futuro será cada vez
más evidente su mayor proporción respecto al conjunto de la población, algo de
lo que son conscientes las instituciones. Hay que proporcionar a este colectivo
un entorno adecuado para su desarrollo social y afectivo, cuidando aspectos
tales como la cultura, el deporte, la salud, etc.
En relación al deporte para la Tercera Edad,
la práctica del Tai Chi Chuan goza de una situación privilegiada que aún será
más ventajosa en los próximos años. El Taichi es un ejercicio no agresivo,
adaptable a las características y necesidades de cada persona, que contribuye a
la estimulación intelectual y social y tiene efectos beneficiosos para la salud
a corto plazo, aunque se comience en edades muy tardías. La calidad de vida del
sujeto y su motivación para mantenerse activo pueden permitir que el
envejecimiento sea algo menos traumático.
La memoria reciente o capacidad para
retener informaciones nuevas, es una de las funciones que más se reduce durante
el envejecimiento. La pérdida de memoria es una de las quejas subjetivas más
habituales en los ancianos. Se sienten preocupados ante su dificultad en evocar
datos concretos y en recordar fragmentos aislados de su experiencia vital. Por
eso es muy importante el amparo y el refuerzo constante en su aprendizaje del
Tai Chi Chuan por parte del profesor, que en ningún caso debe resaltar
negativamente este aspecto. Una de nuestras obligaciones como docentes es la de
motivarles destacando sus logros y haciéndoles ver que su trayectoria general
es satisfactoria, evitando así su estancamiento en detalles negativos.
Fernando Llorente
Fuente: Tai Chi Cuan Revista
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