La palabra mindfulness no tiene una
traducción exacta al español. Por este motivo se utiliza la palabra inglesa. No
obstante, podría traducirse como atención plena. Implica centrarse en el
momento presente de una manera activa, siendo conscientes de la experiencia que
estamos viviendo dentro o fuera de nosotros, tal y como es, sin pretender
controlarla, ya sea un pensamiento, una emoción, un recuerdo, las palabras de
otra persona, etc.
Se trata de permanecer en una
situación sintiendo y observando lo que sucede pero sin juzgar ni intervenir.
Esto permite que lo que tiene que suceder suceda de un modo completo,
sintiéndolo hasta el final.
Es una técnica procedente del budismo
Zen que se ha estado practicando durante más de 2.500 años y que ahora la
psicología científica está investigando e incorporando como parte de la
psicoterapia.
El mindfulness se basa en el
descubrimiento de que nuestros esfuerzos por evitar el dolor y aferrarnos al placer
no hacen más que multiplicar nuestro sufrimiento. Supone aceptar la vida tal y
como es en el momento presente, tanto en sus alegrías como en sus dificultades
y dejar de esperar o luchar para que todo sea maravilloso y por la ausencia
total de sufrimiento en nuestras vidas. Esta actitud lleva a que haya menos
síntomas, mayor felicidad y una sensación más profunda de conexión con el mundo
y los demás, así como un mayor control de la propia mente.
Las psicoterapias basadas en
mindfulness
En los años 90 los psicólogos
empezaron a tener presentes estas técnicas nacidas del budismo y a crear nuevas
psicoterapias que las integraban. Es lo que se conoce como las psicoterapias de
tercera generación, como la terapia cognitiva basada en mindfulness, la terapia
de aceptación y compromiso (ACT), la terapia de conducta dialéctica o la
psicoterapia analítica funcional.
Numerosas investigaciones han
demostrado la eficacia de este tipo de intervenciones y cada vez son más los
psicólogos que las añaden a su arsenal de técnicas terapéuticas.
Pero el mindfulness es mucho más que
una técnica. Es también un modo de estar en el mundo, un modo de vida y un modo
de actuar y comportarse o de enfrentarse a los retos y dificultades de nuestras
vidas. Es un modo de vida que implica dejar de huir del sufrimiento para
aceptarlo como una parte inherente a la vida, algo que estará siempre presente,
junto con la felicidad. El sufrimiento y la felicidad pasan a ser las dos caras
de la misma moneda, van juntos, son inseparables y ambos nos ayudan en nuestro
desarrollo personal.
Los beneficios del mindfulness
El mindfulness es un estado que te
ayuda a sentirte relajado, alerta y en paz. Los estudios realizados demuestran
que reduce el estrés, hace que sea más fácil soportar el dolor, reduce la
depresión y aumenta la autoaceptación y autoconocimiento. Te ayuda a despegarte
de tus propias reacciones, a verlas desde fuera y con mayor claridad y
perspectiva. Pero sobre todo te ayuda a controlar tu mente y todo lo que sucede
en ella: pensamientos, emociones, recuerdos, imágenes mentales.
El mindfulness te ayuda a tomar las
riendas de tu mente.
El mindfulness te ayuda también a
estar en el presente, que es el único lugar donde puedes ser verdaderamente
feliz (no rumiando el pasado o soñando con el futuro).
Cómo practicar mindfulness
La meditación es un buen modo de
practicar mindfulness, pero no es el único. En realidad, el objetivo del
mindfulness es acabar convirtiéndose en algo continuo; se trata de vivir en un
estado de mindfulness el mayor tiempo posible, en cualquier cosa que hagas y en
cualquier momento, ya sea trabajando, hablando por teléfono, tomando una ducha,
comiendo, hablando con alguien…
Supongamos que estás haciendo algo
tan sencillo como tomar el desayuno, mientras estás en tu casa, a solas. Para
hacer esto con mindfulness, el primer paso es ser plenamente consciente de lo
que estás haciendo, de cada sabor, de cada gesto y movimiento, de cada aroma,
aceptando esa experiencia tal y como se va desarrollando y poniendo toda tu atención
en ella como si no hubiera nada más en el mundo.
Sin embargo, puedes ser consciente de
que estás desayunando pero, al mismo tiempo, tu mente está llena de todo tipo
de pensamientos y preocupaciones, y además, puedes estar viendo la tele o
leyendo al mismo tiempo. Eso no es mindfulness, puesto que de este modo, solo
una pequeña parte de tu conciencia está implicada en el acto de comer y solo
eres parcialmente consciente de las sensaciones, emociones o pensamientos que
experimentas.
Cuando tu mente está en todas partes
y en ninguna, eres solo mínimamente consciente de tus pensamientos y éstos son
capaces de vagar libremente, sin control. Estas haciendo varias cosas pero no
hay una intención, un propósito. Y precisamente ese propósito es la parte más
importante del minfulness. Cuando no practicas mindfulness en lo que haces y,
por tanto, no hay un propósito claro en tus actos, todo en tu interior vaga
libremente, acuden emociones o pensamientos a tu mente, centras tu atención en
una cosa, al azar, luego en otra, también al azar, no hay control de tu estado interno,
estás a merced tanto de los estímulos externos como internos, como si
estuvieras en un mar que te lleva de un lado a otro, saltando de ola en ola, de
una corriente a otra.
Mindfulness significa estar en ese
mismo mar pero sintiendo una corriente determinada en la cual decides,
libremente, concentrar toda tu atención, siguiéndola voluntariamente, dejándote
arrastrar por ella, siendo plenamente consciente de esa experiencia y dejando
ir todas las demás. Es decir, el resto de los estímulos, como el ladrido de un
perro, un pensamiento, una imagen mental, simplemente lo observas, te das
cuenta de que está ahí y luego lo dejas ir, como si te atravesara y se
desvaneciera, volviendo a centrar tu atención en tu experiencia.
Cuando practicas mindfulness tienes
el propósito de permanecer con tu experiencia, ya sea comer, meditar, pensar en
algo concreto o sentir una emoción determinada. Así pues, midfulness significa
que tienes las riendas de tu mente y la controlas, sin dejarla vagar al azar y
viviendo el presente.
Vila
Fuente: Interser
No hay comentarios:
Publicar un comentario