Puede
resultar muy agotador en la vida, tener que justificar todo lo que hacemos,
decidimos, escogemos o simplemente abandonamos, es como tener que ser aprobados
por los demás, escapar de los comentarios contrarios, cuidarnos las espaldas,
evitar el desprestigio y no ser juzgados…en fin, es como tener demasiado que
atender y se trata de nuestra vida, no es nada coherente vivirla en torno al
deseo o pensamiento de alguien más.
Aún así,
lo hacemos, día tras día, nos angustia pensar que no tenemos la aprobación de
quién queremos o de quiénes nos preocupan, nos genera estrés lo que otros
puedan pensar, terminamos actuando en base a lo que más conforma a otros o
quizás de la manera en que esperan que actuemos, de cualquier forma nos estamos
abandonando a nosotros mismos, estamos aceptando que lo que otros piensan o
dicen de nosotros, es realidad.
Quizás
debamos relajarnos un poco o lo suficiente, para entender que no tenemos que
ser aceptados por todos, menos aún nuestras decisiones, basta con sabernos
amados, pero especialmente, basta con sentirnos conformes con quiénes somos y
lo que hacemos, con ser fieles a nuestra conciencia y a nuestros límites.
Para
llevar una vida en armonía, debemos comenzar por entender que es imposible
complacer a todos, que siempre hay antagonismos, insatisfacción y notas
discordantes, lo que para unos es maravilloso es terrible para otros, más si
cada cosa que hacemos requiere ser juzgada y justificada, entonces el cansancio
nos hará una pesadilla cada día.
¿Quién
nos exige justificación en la vida?.. podemos jugar muchos roles y sentir que
debemos explicaciones a muchas personas, pero menester es saber, que pocos
valorarán nuestra intención y que por mucho que expliquemos, finalmente cada
quien siempre creerá y juzgará como le parece, así que relájate, y entiende que
es tu vida, y que si bien eres responsable de tus acciones, nadie vivirá por ti
las consecuencias.
Por:
Marvi Martínez
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