La vida tiene ritmo. Al
ego no le gusta eso porque quiere estar siempre bien y avanzando, por lo que
detesta los bajones y las retiradas. Sin
embargo, somos como las olas del mar, como la respiración, como la noche y el
día: contracción y expansión.
Negar este hecho nos estresa y nos frustra; cuando estamos
arriba, deseamos que eso siga y, cuando estamos abajo, queremos que se termine
rápido. Cada fase tiene su propósito y
su tiempo. Una frase que sirve es: “Esto
también pasará”; ni una ni otra son eternas (a menos que nos obsesionemos con
la fase baja y nos hagamos adictos al dolor, el sufrimiento y la lucha).
Disfrutemos las olas altas y aprendamos de las bajas. Todo tiene su tiempo bajo el Sol y la Tierra
nos sostiene y nutre en ambas. Siendo
realistas y aceptando cada una, sacaremos provecho de todo.
Laura Foletto
GRACIAS
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