La cistitis
–inflamación de las membranas mucosa de la vejiga y la uretra– es uno de los
efectos secundarios de los baños estivales, sobre todo cuando se llevan durante
demasiado tiempo las prendas de baño mojadas, donde proliferan rápidamente las
bacterias.
Las mujeres
afectadas conocen bien los síntomas: ganas frecuentes de orinar y sensación de
escozor y dolor al hacerlo.
En lugar de
echar rápidamente mano de antibióticos, puede tratarse con productos de la
cocina. Para empezar, se pueden comer rábanos y berros que ayudan a eliminar
los gérmenes.
Además es
muy efectivo el zumo de arándanos rojos. Junto a la vitamina C y al hierro,
estas bayas tienen proantocianidinas y flavonoides que evitan la implantación
de gérmenes en las mucosas de las vías urinarias.
Si en las
primeras horas de notar los síntomas se bebe un vaso de 250 ml de zumo cada 20
minutos se eliminarán gran cantidad de gérmenes. Los preparados de farmacia a
base de proantocianidinas concentradas (PAC) aún serán más efectivos. Deben
tomarse no menos de 36 mg de PAC/día.
Si el
preparado se combina con semillas de calabaza se fortalecerá además la musculatura
de la vejiga y se eliminará la molesta sensación de tener que ir al baño cada
segundo.
Una botella
de agua caliente, una esterilla y un baño de asiento también ayudan a
aliviarlas molestias. Es importante mantener calientes también los pies y beber
al menos 3l de agua o infusiones al día. Hay que evitar beber zumos cítricos,
café y alcohol.
Cuando hay
que ir al médico
Las cistitis
tienden a remetir rápidamente, pero si los síntomas se mantienen o empeoran con
fiebre, náuseas o vómitos es conveniente acudir con urgencia al médico para que
valore la posibilidad de tratamiento con anitbióticos. Es importante prevenir
que la infección llegue a los riñones.
Fuente: El
Correo Del Sol
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