Las decisiones, parte importante e imprescindible en nuestra
vida, de hecho vivimos decidiendo, desde lo más simple y pequeño, hasta lo más
trascendental y significativo, decidimos todo y en todo momento, sin embargo,
muchas veces tomamos la decisión de no arriesgar, de no asumir o de simplemente
no dar el primer paso, pues no sabemos a ciencia cierta, si la decisión que
tomemos dará los resultados esperados.
Y es que de eso se trata la vida, de tomar riesgos, decisiones
y oportunidades que nos lleven a recorrer caminos, aunque muchas veces no
vislumbremos el horizonte, la vida es la experiencia en sí misma, el
aprendizaje, el recorrido…lo que se queda en nuestra alma y nos hace cada vez
más sabios.
Cuando iniciamos una relación, en la mayoría de los casos no
tenemos idea de hacia donde nos dirigimos, no sabemos exactamente donde vamos a
terminar, ocurre más bien lo contrario, nos llenamos de ánimo, de expectativa,
de optimismo y pintamos el panorama más hermoso que podamos pintar.
El caso es que la vida no nos muestra todas sus facetas en
todo momento, nos encontramos con muchas sorpresas, enfrentamos caminos
inciertos, pasamos por escenarios indeseados y por hermosas vivencias,
conocemos el dolor, el sufrimiento, la decepción y la amargura, pero si el
éxito y el placer del amor y la victoria no fuera conocido, nadie jamás se
atrevería a aventurarse a correr el riesgo de dar el primer paso aún y cuando
no sepan que les espera al final…
Todos quisiéramos tener la certeza del camino que vamos a
recorrer, de la escalera que nos disponemos a subir, si es largo, corta, si
tiene descansos entre cada peldaño o si consta de un solo escalón, el caso es
que la vida es incierta, es impredecible y las oportunidades llegan, pasan y se
van, no importa si las tomamos o no, si nos invade el temor, la duda o la
voluntad.
Dar el primer paso es la manera más certera de vivir, de
experimentar cada instante, de alcanzar metas, de lograr lo deseado, aunque el
fracaso y la incertidumbre sea parte del camino, no debe ser nuestro
pensamiento prevaleciente, si toca pues se asume, pero esto jamás se sabrá si
no se tiene la entereza de dar el primer paso.
Atrévete a subir la escalera de tu vida, no temas a lo que te
espera, siente la dicha, la emoción y la valentía de conocer y vivir tu propia
vida, no dejes en manos de nadie lo que te corresponde asumir, decidir y
experimentar, no te cohíbas por temor, por duda o por comodidad, la seguridad
de algo en la vida, jamás se llega a tener, pues las cosas materiales pueden
desaparecer de un día para otro y las personas suelen irse, simple y sencillo,
están y luego no, de manera que nada puede darnos la falsa seguridad que creemos
alcanzar en la vida.
En la vida solo nos queda asumir, vivir, decidir y tomar
retos, riesgos y caminos, no importa lo que se muestre y aquello que no
alcancemos a ver…vive sin temor y confía…
Fuente: El Rincon del Tibet
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