Pero el ir trabajando los Yos, borrándolos,
unificándolos, eliminando programas y patrones mentales, e ir consiguiendo cada
vez más “silencio” interior, con menos ruido en la cabeza, me hace notar esa
musiquilla cada vez de forma más patente. Cuando hay poco ruido en una
habitación, hasta una mosca parece un tornado, así que cuantos menos “yos”
hablan en la psique, cualquier cosa que detectamos (si conseguimos tener al yo observador o al yo del ser al mando de la misma), se hace tremendamente patente.
Finalmente, con las herramientas de trabajo que tengo,
y un poco de introspección y meditación, he ido tratando de encontrar el origen
de la musiquilla de fondo. Al principio, nada raro, parecía, a visión interna,
como un programa más en las esferas mentales, recogiendo “datos” (las
canciones) almacenadas en algún rincón de mi cuerpo mental, durante años y años
de escuchar y disfrutar de la música y reproduciéndolas de forma automática.
Sin embargo, al tratar de eliminarlo, algo lo impide. Raro es, al trabajar con
la aspecto energía de la mónada para hacer sanaciones (ya hablamos de eso en algún otro artículo
anteriormente, pero como
recordatorio, todos nosotros, a nivel de esencia o mónada, poseemos los tres
aspectos fundamentales de los componentes de la Creación, el aspecto materia,
el aspecto energía y el aspecto consciencia, que “atraemos” hacía la dimensión
física desde su posición “atemporal” y espacial en su propia “dimensión”), pues
literalmente los programas y demás bloqueos que vamos detectando en los
diagnósticos de la terapia energética se transmutan y eliminan
rápidamente. Así que, ¿por qué este programa mental se resiste a ser
“borrado”?. Algún aspecto de nosotros, más allá de la mente consciente, no
desea que así sea. ¿La causa? Algo que aparece subyacente a todo esto: el miedo
al silencio mental. Al silencio total en la cabeza.
Para no oír la voz del Yo Superior
No tenia constancia de que un ser humano pudiera tener
“programado” el miedo al silencio. Literalmente, lo que veo en el interior de
mi psique, es que, el programa ego, no permite que haya nunca “silencio”
completo ya que entonces sería muy fácil oír constante y directamente la “voz
de nuestro Yo Superior/ser”, y, por ende, por programación, desconectarnos,
reprogramar o salirnos de los parámetros de control impuestos en nuestra mente
al poder ser dirigidos más fácilmente por esa otra parte del complejo
multidimensional que somos.
Hay básicamente dos formas, que yo conozca, de acallar
el ruido mental. La primera es por imposición de la voluntad férrea de un Yo
sobre los otros, y sobre el resto de los programas generadores de pensamiento y
de ruidos. Es algo así como que, en un teatro lleno de gente, que murmuran y
cuchichean sin parar, hacerles callar a todos los asistentes por la fuerza de
la voluntad de uno de ellos, que se impone y mantiene al público a raya, sin
decir ni mu. El teatro es la esfera de consciencia, y la psique, y el público
son los múltiples Yos con sus programas asociados. La segunda forma es vaciando
el teatro, básicamente, eliminando todos los Yos superfluos, y, por ende, con
ello, todos sus programas, patrones y formas mentales asociadas. Yo opto por la
segunda forma con las técnicas de sanación energética con las que trabajo,
usando el potencial del aspecto energía de mi mónada, pero ambas son igual de
válidas, como lo han demostrado las técnicas de meditación y control mental,
mediante el ejercicio de la voluntad, que han ido surgiendo por doquier por
todo el planeta.
Acallemos la mente por imposición de un Yo sobre los
otros, o eliminando todos los Yos (lo cual es necesario, por otro lado, para
obtener un Yo único que gobierne la personalidad que tenemos), la cuestión es
que el miedo al silencio que existe en los parámetros del programa ego, parece
hacer que seamos incapaz de bloquear la ejecución automática de canciones
de “fondo” u otros ruidos mentales (este es el que estoy usando como
ejemplo). Aun no conozco la forma de reprogramar esto de forma consciente, ha
habido alguna experiencia en los últimos meses, donde, literalmente, sin yo
pedirlo, me he levantado por la noche a las tantas de la mañana notando o
sintiendo como alguna otra parte de mi, posiblemente la que yo llamo mi Yo
Superior, ha introducido algunos cambios en la gestión de mi psique, pero esto
ha sucedido sin mi intervención consciente, como lo estoy tratando de hacer
ahora, al menos para comprender como hacerlo, y que luego pudiera ser explicado
a terceros.
Así nos programaron
Pero si existe el miedo al silencio mental como
programa en la psique, es por qué, literalmente, a nuestros creadores y
programadores, razas de antaño que siguen entre bambalinas, no les interesaba
que hubiera un vacío absoluto de ruido en el interior de nuestras cabezas, que
durara eternamente, y que se mantuviera siempre así, en silencio. Se que se
pueden conseguir ratos de silencio total con técnicas de meditación, eso no es
el problema, pues cuando te pones a meditar, y ejerces tu poder de voluntad
para ello, se puede llegar a parar el ruido mental por completo, pero eso no es
lo que tenemos que buscar, ya que al salir del rato de meditación, y volver al
día a día, el ruido vuelve, y por ende, la voz de tu Yo Superior vuelve a verse
ahogada en la miríada de blablablás internos. Por lo tanto, hay que encontrar
la fórmula para acallar el 100% del tiempo de forma automática ese ruido
artificial, mientras no se siga fragmentando la personalidad virtual con nuevos
yos que vuelvan a llenar el teatro de gente, y vuelva a incrementarse ese
reducto de “canciones de fondo”.
Descubrir que existe el miedo al silencio como
parámetro en la psique es ya un paso al menos. Si los que nos diseñaron así
tenían miedo de que hubiera silencio total en nuestra mente, si aprendemos a
desprogramarlo, ¿estaríamos dispuestos nosotros a vivir sin ruido y sin
parloteos? ¿sabríamos hacerlo? ¿nos sentiríamos extraños y desubicados? Quizás.
Pero vale la pena comprobarlo, para ver que tipo de conexión directa y forma de
ver las cosas se obtiene cuando la única voz que oyes en tu psique, además de
la “voz” de tu “yo” en cuestión, es la voz interna de tu conciencia (la de tu
Yo Superior).
David Topi
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